En marzo, Fabergé, la marca asociada a los magníficos huevos de Pascua y zarinas rusas acaba de aliarse con Net-a-Porter, para ofrecer relicarios con huevos en miniatura, pulseras, anillos y collares, todos engarzados en rubíes, esmeraldas y zafiros en el gran portal de ecommerce.
“El lanzamiento en Net-a-Porter es un paso lógico y natural para nosotros”, dice el CEO Sean Gilbertson, quien añade que la marca desea aumentar sus ventas online.
“Net-a-Porter es claramente una de las grandes usinas en el mundo del comercio electrónico. Tienen unas envidiable base de clientes y un tremendo alcance online”.
Fabergé fabrica unas 2.300 piezas al año y el año pasado registró apenas US$ 9 millones en ventas, apenas una fracción de lo que venden Bulgari, Tiffany y Cartier.
“En muchos aspectos somoos la antítesis del lujo masivo”, dice Gilbertson. “Pero tiene mística por su asociación con los 50 Huevos Imperiales de Pascua hechos para la familia imperial rusa entre 1885 y 1916. Hoy, en su página web la marca recibe incontables emails de personas que piden ver la colección completa de piezas Fabergé.
Una selección de los huevos reales estará en exhibición en noviembre en el Victoria and Albert Museum de Londres.
El primer Huevo de Pascua fue encargado a Peter Carl Fabergé por el emperador Alejandro III como regalo para su esposa, la emperatriz Maria Feodorovna. Luego ese regalo se convirtió en una romántica tradición anual para la pareja. Diez huevos fueron creados durante el reino de Alejandro y 40 más durante el reinado de su hijo, Nicolás II. Cuenta la leyenda que ni siquiera el emperador sabía cómo sería el huevo imperial. La única condición es que todos tuvieran dentro una sorpresa. En 1898 la sorpresa fue que el interior contenía miniaturas de las hijas mayores de la familia real , Olga y Tatiana, con coronas de diamantes y rubíes.