En todos los temas difíciles, esos que hoy nos recuerdan que hemos vivido sin respetar el mundo que nos brinda alojamiento, aparecen casi siempre conductas que tienden al fundamentalismo. Desde hace muchas décadas el plástico fue insertado en la vida cotidiana moderna en todas las formas imaginables. La sociedad mundial aprendió que era más barato, más liviano y mucho más conveniente que el metal o el cartón. Donde miremos a nuestro alrededor hay plástico en alguna de sus aplicaciones.
Con la aparición del plástico desechable surgió un problema adicional. Lo hemos tratado con tanta desaprensión que hoy nadan en los océanos enormes cantidades de objetos plásticos que ya están diezmando la vida animal y vegetal que los habita. Obviamente es necesario educar a la sociedad para que se vuelva más responsable con aquello que tira a la basura o deja abandonado donde le place.
El Brighton College en Gran Bretaña, decidió educar de manera imperativa. Acaba de prohibir el uso de todo tipo de botellas plásticas desechables (porque muchas de ellas no se reciclan) y también los vasos y sorbetes, que por su conformación y material no son reciclables. Muy pronto, los estudiantes que sean descubiertos usando alguna de esas cosas serán castigados de la misma forma que si fumaran. La norma vale también para el personal del colegio.
“Consideraremos las botellas plásticas, los sorbetes y los vasos no biodegradables como objetos antisociales, así como durante años hemos prohibido los cigarrillos. Iniciaremos con advertencias, pero luego llegarán las sanciones”, explica Richard Cairns, el director de la escuela.
Los dos pasos que sugiere el director, advertencia primero y luego castigo, son totalmente diferentes. Una cosa es aconsejar el uso de materiales biodegradables y otra muy diferente castigarlo como delito.
¿En qué se parece una botella plástica a un cigarrillo?
Una escuela inglesa castigará a quien use plástico desechable como fumara.