Para la publicidad, no hay consumidor más escurridizo que el joven profesional urbano. El famoso yuppy está demasiado ocupado trabajando en su oficina, o entretenido con el último jueguito de la tecnología como para sentarse frente al televisor y mirar los avisos publicitarios.
El grupo británico de publicidad en vía pública Maiden, imaginó en 2001 una manera de sortear el problema para llegar a esos consumidores en permanente movimiento. Se trataba de enormes pantallas lumínicas incorporadas a los paneles indicadores de las estaciones de ferrocarril. Esas pantallas, que muestran simultáneamente noticias de la BBC y publicidad, han tenido tal éxito que ahora Maiden incorpora otras cinco estaciones a las diez originales. Además, la compañía está ampliando el sistema, denominado Transvision, para que la gente pueda bajar información de la pantalla e incorporarlo a su teléfono celular.
Esta expansión subraya la popularidad de la publicidad en vía pública, que en Gran Bretaña está creciendo más que cualquier otra categoría publicitaria a excepción de Internet. La publicidad de exteriores es, fundamentalmente, para la gente rica de las ciudades. Especialmente allí donde hay muchas congestiones de tránsito, que dan a la gente el tiempo necesario para leer los carteles a los costados de la calle o la ruta.
Según Maiden la publicidad digital sólo funciona en lugares donde la gente tiene muchas “esperas” a lo largo del día. Cuando no es así, los carteles digitales pueden ser acusados de plantear problemas de seguridad callejera por su enorme poder de distracción.
Por ahora, la publicidad de pantallas en estaciones ferroviarias son una parte importante de la estrategia de Maiden, líder británico en un negocio dominado por las tres grandes de la publicidad en vía pública: Viacom y Clear Channel de Estados Unidos y JCDecaux de Francia.
Los avisos tienen buena recepción entre la gente porque la noticia aparece con titulares en formato grande para no bombardear con demasiada información. La idea es dirigirse de manera suave y tranquila a la gente está esperando su tren y que tiene, por lo tanto, tiempo para mirar. La noticia le llena un hueco
Para la publicidad, no hay consumidor más escurridizo que el joven profesional urbano. El famoso yuppy está demasiado ocupado trabajando en su oficina, o entretenido con el último jueguito de la tecnología como para sentarse frente al televisor y mirar los avisos publicitarios.
El grupo británico de publicidad en vía pública Maiden, imaginó en 2001 una manera de sortear el problema para llegar a esos consumidores en permanente movimiento. Se trataba de enormes pantallas lumínicas incorporadas a los paneles indicadores de las estaciones de ferrocarril. Esas pantallas, que muestran simultáneamente noticias de la BBC y publicidad, han tenido tal éxito que ahora Maiden incorpora otras cinco estaciones a las diez originales. Además, la compañía está ampliando el sistema, denominado Transvision, para que la gente pueda bajar información de la pantalla e incorporarlo a su teléfono celular.
Esta expansión subraya la popularidad de la publicidad en vía pública, que en Gran Bretaña está creciendo más que cualquier otra categoría publicitaria a excepción de Internet. La publicidad de exteriores es, fundamentalmente, para la gente rica de las ciudades. Especialmente allí donde hay muchas congestiones de tránsito, que dan a la gente el tiempo necesario para leer los carteles a los costados de la calle o la ruta.
Según Maiden la publicidad digital sólo funciona en lugares donde la gente tiene muchas “esperas” a lo largo del día. Cuando no es así, los carteles digitales pueden ser acusados de plantear problemas de seguridad callejera por su enorme poder de distracción.
Por ahora, la publicidad de pantallas en estaciones ferroviarias son una parte importante de la estrategia de Maiden, líder británico en un negocio dominado por las tres grandes de la publicidad en vía pública: Viacom y Clear Channel de Estados Unidos y JCDecaux de Francia.
Los avisos tienen buena recepción entre la gente porque la noticia aparece con titulares en formato grande para no bombardear con demasiada información. La idea es dirigirse de manera suave y tranquila a la gente está esperando su tren y que tiene, por lo tanto, tiempo para mirar. La noticia le llena un hueco