Rite Solutions es la excepción. Sus dueños y fundadores –James R. Lavoie y Joseph M. Marino — recurren permanentemente a sus empleados para ideas que hacen a la estrategia general. “Nosotros somos los fundadores, pero eso no nos convierte en las personas más inteligentes de este grupo”, dijeron en entrevista con la prensa. “En muchas empresas, especialmente las de tecnología, las ideas más brillantes tienden a originarse fuera de la alta gerencia. Por eso nosotros creamos un mercado para cosechar el genio colectivo”.
Eso es, en esencia, lo que está detrás del éxito de la tecnología de fuente abierta, especialmente del programa Linux. Un ejército de programadores organizados en grupos escribió el código, lo puso al alcance de cualquiera que quisiera revisarlo y compitiendo y cooperando en una comunidad global, transformaron el mercado del software. La maravilla de Linux como modelo de innovación es que está impulsado por los miles de programadores que lo crearon.
Según Tim O´Reilly, fundador y director ejecutivo de O´Reilly Media, el tema de la creatividad no consiste en ver qué empresas tienen los ejecutivos más visionarios, sino cuáles tienen la mejor arquitectura de participación. Eso quiere decir qcuáles compañías facilitan el aporte de todos sus miembros para ofrecer ideas, resolver problemas y mejorar productos.
El próximo paso es aprovechar también el genio que existe fuera de las organizaciones: atraer innovaciones de gente que está dispuesta a trabajar para una compañía, aunque no esté trabajando en ella. Un caso interesante en este sentido es InnoCentive, un laboratorio virtual de investigación y desarrollo que invita a científicos e ingenieros de todo el mundo a aportar ideas y resolver problemas que ellos mismos no han logrado destrabar. InnoCentive es, literalmente, un mercado de ideas. Los que aportan las ideas compiten para solucionar complicados desafíos técnicos planteados por las empresas “que buscan soluciones”. Cada desafío tiene una detallada descripción científica, un plazo para presentar la solución y un premio, que puede ser de hasta US$ 100.000.
Rite Solutions es la excepción. Sus dueños y fundadores –James R. Lavoie y Joseph M. Marino — recurren permanentemente a sus empleados para ideas que hacen a la estrategia general. “Nosotros somos los fundadores, pero eso no nos convierte en las personas más inteligentes de este grupo”, dijeron en entrevista con la prensa. “En muchas empresas, especialmente las de tecnología, las ideas más brillantes tienden a originarse fuera de la alta gerencia. Por eso nosotros creamos un mercado para cosechar el genio colectivo”.
Eso es, en esencia, lo que está detrás del éxito de la tecnología de fuente abierta, especialmente del programa Linux. Un ejército de programadores organizados en grupos escribió el código, lo puso al alcance de cualquiera que quisiera revisarlo y compitiendo y cooperando en una comunidad global, transformaron el mercado del software. La maravilla de Linux como modelo de innovación es que está impulsado por los miles de programadores que lo crearon.
Según Tim O´Reilly, fundador y director ejecutivo de O´Reilly Media, el tema de la creatividad no consiste en ver qué empresas tienen los ejecutivos más visionarios, sino cuáles tienen la mejor arquitectura de participación. Eso quiere decir qcuáles compañías facilitan el aporte de todos sus miembros para ofrecer ideas, resolver problemas y mejorar productos.
El próximo paso es aprovechar también el genio que existe fuera de las organizaciones: atraer innovaciones de gente que está dispuesta a trabajar para una compañía, aunque no esté trabajando en ella. Un caso interesante en este sentido es InnoCentive, un laboratorio virtual de investigación y desarrollo que invita a científicos e ingenieros de todo el mundo a aportar ideas y resolver problemas que ellos mismos no han logrado destrabar. InnoCentive es, literalmente, un mercado de ideas. Los que aportan las ideas compiten para solucionar complicados desafíos técnicos planteados por las empresas “que buscan soluciones”. Cada desafío tiene una detallada descripción científica, un plazo para presentar la solución y un premio, que puede ser de hasta US$ 100.000.