viernes, 27 de diciembre de 2024

El poder transformador de la economía de experiencias

spot_img

La experiencia del cliente no es simplemente una forma más de agregar valor a un producto o servicio. Es la base de un nuevo tipo de economía. Esa es la nueva postura de quienes a fines de los 90 describieron por primera vez “la economía de experiencias.

<p><strong>Una ventaja de marketing<br />
</strong><br />
La idea de que la experiencia del cliente podría ser considerada por sus propios méritos se originó en marketing. Fue explicada por Morris B. Holbrook y Elizabeth C. Hirschman en “<em>The Experiential Aspects of Consumption: Consumer Fantasies, Feelings, and Fun</em>,” un ensayo publicado en 1982. Los autores mezclaron investigaciones en psicología y biología y las aplicaron a la conducta del consumidor. A diferencia de la concepción tradicional, el consumo experiencial estaba gobernado por el principio del placer. “Este tipo de consumo”, decían los autores, “busca diversión, entretenimiento, fantasía, interés y estímulo sensorial”. El enfoque resultó atractivo a anunciantes que buscaban nuevas formas de hacer frente a las presiones de precios creadas por la recesión de principios de los 80. <br />
<br />
Esta línea de pensamiento fue la que aplicó al marketing Bernd H. Schmitt, autor de "<em>Experiential Marketing: How to Get Customers to Sense, Feel, Think, Act, and Relate to Your Company and Brands</em>. En el libro Schmitt se hizo eco de Peter Drucker (quien preparó el camino para la ascendencia del marketing cuando dijo “sólo hay una definición válida de propósito de negocios: crear un cliente”), cuando escribió, “También, hay sólo una definición fálida de propósito de marketing; crear una valiosa experiencia de cliente.”<br />
<br />
Mientras Schmitt se concentró en el rol de la experiencia sensorial en marketing, otros exploraban experiencias de cliente en un sentido más amplio, como la moneda fundamental para el èxito empresarial. En 1994 Lewis P. Carbone, publicó un artículo titulado “<em>Engineering Customer Experiences</em>,” que comenzaba así: “Los clientes siempre obtienen más de lo que buscan porque el producto o servicio siempre viene con una experiencia.” Se refería a claves que afectan, para bien o para mal las percepciones del cliente y que surgen durante la compra y uso del producto o servicio. Claves funcionales (forman parte del producto o servicio), claves mecánicas (creadas por el entorno) y claves humanas (que surgen de la gente). Las tres se combinan para entregar experiencia del cliente. <br />
 </p>

<p>La econom&iacute;a de las experiencias naci&oacute; mucho antes de que tuviera nombre. Podr&iacute;a decirse que al menos uno de los originadores del concepto fue John D. Rockefeller Jr., hijo &uacute;nico del fundador de Standard Oil, cuando all&aacute; por los a&ntilde;os 20 comenz&oacute; a comprar el pueblito de Tidewater para convertirlo en museo viviente sobre la vida en Virginia durante los a&ntilde;os coloniales de 1770. <br />
<br />
El pueblito transformado recibi&oacute; el nombre de Williamsburg, la restaurada capital de la Virginia inglesa y desde aquel entonces atrajo a cientos de millones de visitantes. Tambi&eacute;n dio origen a una econom&iacute;a local totalmente nueva basada en alimentar, alojar y entretener a todos esos visitantes adem&aacute;s de brindar casas y servicios para toda la gente que trabajaba all&iacute; en br4indar esos servicios. Toda Williamsburg y sus alrededores son demostraci&oacute;n viviente del poder transformador de la econom&iacute;a de experiencias, afirma Theodore Kinni, director de Strategy and Business, en un an&agrave;lisis de la evoluci&ograve;n de este tema. <br />
<br />
Nadie relacion&oacute; lo que ocurr&iacute;a en Williamsburg con un nuevo tipo de econom&iacute;a hasta 1998, cuando B. Joseph Pine II y James H. Gilmore, publicaron <em>The Experience Economy: Work Is Theatre and Every Business a Stage,</em> un libro que inmediatamente tuvo eco en la Harvard Business Review. Los autores hablaban de negocios exitosos &ndash; como el parque tem&aacute;tico de Walt disney, que ofrec&iacute;an mucho m&aacute;s que productos y servicios: brindaban experiencias memorables que atra&iacute;an a millones de clientes. <br />
<br />
Antes de ese libro, la experiencia era vista como algo que entregaba una empresa de servicios y que reib&iacute;a el nombre de &ldquo;calidad de servicio&rdquo; o &ldquo;servicio de excelencia&rdquo;. Pie y gilmore separaron experiencia de servicio y dijeron que la creaci&oacute;n de experiencia para el cliente no se limita a las empresas de servicios o a una funci&ograve;n de servicios. <br />
<br />
&ldquo;Los fabricantes deben dise&ntilde;ar expl&iacute;ticamente sus bienes para aumentar la experiencia del usuario: &ldquo;experienciar los bienes&rdquo;, dec&iacute;an. Desde entonces, los dos autores dieron otro salto m&aacute;s ambicioso y declararon que las experiencias no eran s&oacute;lo una manera de agregar valor a las ofertas al cliente, eran la base de una era econ&oacute;mica totalmente nueva. As&iacute; como la econom&iacute;a agraria hab&iacute;a dado lugar a la econom&iacute;a industrial y la econom&iacute;a industrial a la econom&iacute;a de servicios, ahora la econom&iacute;a de servicios se estaba transformando en la econom&iacute;a de experiencias. La pregunta fundamental para las empresas que buscaban posicionamiento en tal econom&iacute;a era: &iquest;qu&eacute; har&iacute;amos en forma diferente si cobr&aacute;ramos entrada?<br />
<br />
A m&aacute;s de diez a&ntilde;os de la publicaci&oacute;n de aquel libro, Pine y Gilmore est&aacute;n m&aacute;s convencidos que nunca de que la experiencia del cliente es la base de una nueva econom&iacute;a. En un manifiesto que llamaron &ldquo;<em>Economic Sense</em>&rdquo; dicen que la experiencia encierra la soluci&oacute;n a las angustias econ&oacute;micas de Estados Unidos. En una era donde productos y servicios est&aacute;n cada vez m&aacute;s automatizados y los empleos est&aacute;n desapareciendo o mud&aacute;ndose al extranjero, &ldquo;las experiencias requieren cada vez m&aacute;s capital humano . &ldquo;Un pr&oacute;spero futuro econ&oacute;mico requiere el nacimiento de una nueva era econ&oacute;mica basada en experiencias.&rdquo;<br />
<br />
&nbsp;</p>

Compartir:

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

Noticias

CONTENIDO RELACIONADO