<p>El incidente que se relata más abajo muestra cómo proceder a quienes comercian con Japón. Si ocurre un incidente desgraciado, no taparlo, mostrar arrepentimiento y ofrecer disculpas. Después, y sólo después, vendrá la investigación. <br />
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Un grupo de japoneses visitó este mes el International Com¬merce Centre, el rascacielos que se está construyendo en Honk Kong y que tendrá 118 pisos cuando se termine en 2010. <br />
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El motivo de la visita no era curiosear los pisos ya habilitados ni gozar de las vistas sino para subirse a los más modernos ascensores que se conocen hasta la fecha, de la marca suiza Schindler. En realidad, fueron invitados especialmente por los directivos de Schindler para intentar reconstruir la imagen de la marca en Japón luego de un aparente desperfecto en uno de sus elevadores que resultó en la muerte de un adolescente. <br />
“Queremos mostrarles que no somos malos tipos”, dijo Alfred Schindler, presidente de Schindler Holdings. <br />
El incidente ocurrió en Tokio en 2006, y desde entonces la compañía no ha logrado volver a vender sus ascensores y escaleras mecánicas en Japón. “queremos demostrarles que no somos mala gente,” dice Alfred Schindler, presidente de Schindler Holdings, cuyos productos mueven 900 millones de personas por día en 135 países. Por otro lado, la compañía niega ser responsable del incidente, que todavía es investigado por la policía. La familia del adolescente demandó a la compañía y a dos de las empresas que proveían el servicio de los elevadores desde marzo 2005. <br />
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Pero la opinión pública japonesa se indignó mucho más por una sucesión de gaffes ocurridas en los días siguientes a la muerte. Por ejemplo, Schindler decidió no dar su total colaboración a los investigadores locales, ni tampoco presentó sus disculpas hasta que hubiera identificado la causa del desperfecto. Desde entonces no volvió a recibir un solo pedido más y sus ventas se desplomaron, aunque posteriormente ofreció disculpas. <br />
La ausencia de excusas inmediatas constituyó una gruesa equivocación por parte de los directivos. Siempre es mejor disculparse primero y averiguar después. En Asia, mostrar arrepentimiento no se toma como en Occidente como admisión de la culpa. </p>
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El peligro de no disculparse a tiempo
El incidente que se relata más abajo muestra cómo proceder a quienes comercian con Japón. Si ocurre un incidente desgraciado, no taparlo, mostrar arrepentimiento y ofrecer disculpas. Después, y sólo después, vendrá la investigación.