Las oficinas son mucho más que el lugar donde la gente trabaja. Gracias al aporte de la tecnología, los empleados pueden trabajar en cualquier lugar, a cualquier hora, o ni siquiera ir a la oficina. Pueden trabajar en su propia casa, en la oficina de los clientes, en el auto o el avión, y hasta en algún lugar de los Alpes suizos. Hoy la oficina pasa a ser un refugio en el que la gente se reúne. Por eso, ES importante crear un ambiente que refleje este cambio.
El personal calificado suele exigir exige espacios, condiciones y contratos que se ajusten a su individualidad.Hay – es cierto — que proporcionar diversidad y posibilidad de elección, pero esa diversidad y esa posibilidad de elección debe ser adecuada a la empresa, y los gerentes tienen la responsabilidad de homogeneizar los diversos gustos para que concuerden con la identidad corporativa. La unión de los empleados sólo se da cuando la imagen física del lugar de trabajo la fomenta.
La mayoría de las empresas reconoce que el desarrollo de la marca de sus productos o servicios es de fundamental importancia, e invierten en eso tiempo y dinero. Sin embargo, rara vez se piensa en desarrollar una marca interna de la cultura de la empresa como un mecanismo para atraer retener al personal. Esta especie de “marca interna” sirve para unificar a la gente que no va a la oficina todos los días.
El espacio de las oficinas se puede distribuir de manera tal que empleados y visitantes entren inmediatamente a formar parte de la cultura de la empresa. Debe permitirles sentirse cómodos y absorber las cualidades de la organización.
Claro que sólo se logra transmitir la imagen de una marca – ya sea en el caso de los productos o el lugar de trabajo – cuando ésta refleja la realidad. Como expresó Wally Olins, fundador de la consultora de marcas Wolff Olins: “Las identidades más exitosas no se inventan. Se basan en el ánimo, en las cosas que en verdad están ocurriendo, que luego encapsulan y promueven”. Ponerle marca a un espacio no significa pintar las paredes con el color de la empresa. Se trata más bien de usar un estrategia que refuerce la cultura y los procesos de esa organización. El diseño de la oficina debe reflejar lo que la compañía simboliza, generar una buena predisposición por parte del personal y recordar en todo momento lo que la empresa espera de sus empleados.
La imagen tradicional de una oficina cede el paso a un aspecto más sofisticado. Como los estudios cinematográficos, las oficinas reflejan lo que la empresa pretende ofrecer a clientes y empleados. El estilo puede ser tecnológico, lujoso o clásico moderno, pero la decoración siempre transmite la cultura de la organización.
Puede, por ejemplo, indicar que la empresa es rentable, confiable, innovadora o cuidadosa. Para que esto sea posible, la empresa debe definir un mensaje claro y hasta redactar una descripción detallada de cómo transmitirlo. Muchas contratan arquitectos o decoradores para lograr esto.
Una oficina con un buen diseño puede fomentar el buen humor del personal, ahorrar dinero y agregar un valor considerable a la empresa. El “ambiente adecuado” puede también ayudar a las empresas a mantener una existencia “física” en un mundo cada vez más virtual.
Santa Raymond
©Financial Times / MERCADO
Las oficinas son mucho más que el lugar donde la gente trabaja. Gracias al aporte de la tecnología, los empleados pueden trabajar en cualquier lugar, a cualquier hora, o ni siquiera ir a la oficina. Pueden trabajar en su propia casa, en la oficina de los clientes, en el auto o el avión, y hasta en algún lugar de los Alpes suizos. Hoy la oficina pasa a ser un refugio en el que la gente se reúne. Por eso, ES importante crear un ambiente que refleje este cambio.
El personal calificado suele exigir exige espacios, condiciones y contratos que se ajusten a su individualidad.Hay – es cierto — que proporcionar diversidad y posibilidad de elección, pero esa diversidad y esa posibilidad de elección debe ser adecuada a la empresa, y los gerentes tienen la responsabilidad de homogeneizar los diversos gustos para que concuerden con la identidad corporativa. La unión de los empleados sólo se da cuando la imagen física del lugar de trabajo la fomenta.
La mayoría de las empresas reconoce que el desarrollo de la marca de sus productos o servicios es de fundamental importancia, e invierten en eso tiempo y dinero. Sin embargo, rara vez se piensa en desarrollar una marca interna de la cultura de la empresa como un mecanismo para atraer retener al personal. Esta especie de “marca interna” sirve para unificar a la gente que no va a la oficina todos los días.
El espacio de las oficinas se puede distribuir de manera tal que empleados y visitantes entren inmediatamente a formar parte de la cultura de la empresa. Debe permitirles sentirse cómodos y absorber las cualidades de la organización.
Claro que sólo se logra transmitir la imagen de una marca – ya sea en el caso de los productos o el lugar de trabajo – cuando ésta refleja la realidad. Como expresó Wally Olins, fundador de la consultora de marcas Wolff Olins: “Las identidades más exitosas no se inventan. Se basan en el ánimo, en las cosas que en verdad están ocurriendo, que luego encapsulan y promueven”. Ponerle marca a un espacio no significa pintar las paredes con el color de la empresa. Se trata más bien de usar un estrategia que refuerce la cultura y los procesos de esa organización. El diseño de la oficina debe reflejar lo que la compañía simboliza, generar una buena predisposición por parte del personal y recordar en todo momento lo que la empresa espera de sus empleados.
La imagen tradicional de una oficina cede el paso a un aspecto más sofisticado. Como los estudios cinematográficos, las oficinas reflejan lo que la empresa pretende ofrecer a clientes y empleados. El estilo puede ser tecnológico, lujoso o clásico moderno, pero la decoración siempre transmite la cultura de la organización.
Puede, por ejemplo, indicar que la empresa es rentable, confiable, innovadora o cuidadosa. Para que esto sea posible, la empresa debe definir un mensaje claro y hasta redactar una descripción detallada de cómo transmitirlo. Muchas contratan arquitectos o decoradores para lograr esto.
Una oficina con un buen diseño puede fomentar el buen humor del personal, ahorrar dinero y agregar un valor considerable a la empresa. El “ambiente adecuado” puede también ayudar a las empresas a mantener una existencia “física” en un mundo cada vez más virtual.
Santa Raymond
©Financial Times / MERCADO