sábado, 28 de diciembre de 2024

El marketing de la espiritualidad

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La Christian Booksellers Association, que representa a 70% del mercado cristiano de Estados Unidos, calcula que en 1997 se vendieron en el país el equivalente a US$ 3.000 millones en mercadería religiosa.

El giro del materialismo a la espiritualidad no es una simple moda pasajera; es una tendencia. Se hará cada vez más evidente durante todo el siglo XXI a medida que la tecnología amenace cada vez más con disminuir el papel que juega cada uno de nosotros en la vida de los que nos rodean.

Pero no son solamente los comercios especializados los que se están viendo favorecidos por este renovado interés en la religión y la espiritualidad.

Siete de cada 10 de los libros religiosos se venden en cadenas como Barnes & Noble, Borders, Waldenbooks y B. Dalton.

Los gigantes mediáticos, por su parte, están acaparando sellos de música religiosa. Gaylord Entertainment, Zomba Music y EMI, entre ellos, han comprado siete sellos de neta orientación cristiana desde 1994.

Para mantener una presencia significativa en este mercado, los comerciantes del ramo forman grupos de compra para dar más peso a sus actividades de marketing.

Iglesias y sinagogas están reclamando software cada vez más customizado para la tarea de organizar sus servicios, comunicarse con sus seguidores y atender consultas de interesados.

Los libros sobre temas religiosos son un fenómeno editorial por primera vez en décadas. Los trabajos sobre religión y espiritualidad crecieron 112% entre 1991 y 1996, según la American Booksellers Association.

En 1997 y 1998, los libros religiosos fueron los únicos libros en la categoría no ficción que registraron aumento de ventas.

Las letras WWJD (que representan What Would Jesus Do o Que haría Jesús) aparecen bordadas en corbatas, bufandas, chaquetas y camisas. Hay toda una nueva línea de joyas con la inscripción WWJD, casi un imperativo para toda una generación de adolescentes creyentes.

Sus hermanos más pequeños, mientras tanto, reclaman cuentos y videos sobre temas religiosos con la infaltable lección moral al final. Y ahora también todo eso se compra en cadenas como Wall Mart y Target.

Dos son los videos que más piden los niños norteamericanos. El primero es Elmopalooza de Plaza Sésamo, y luego sigue uno que se llama Where is God When I’m Scared? (¿Dónde está Dios cuando tengo miedo?).

En el terreno turístico se están popularizando entre los sectores de mayores ingresos los viajes con objetivos religiosos como las peregrinaciones a Tierra Santa.

Hay monasterios que ofrecen a los huéspedes la posibilidad de vivir la vida del monje por un día o una semana. Hay varios años de lista de espera con personas anotadas para realizar este tipo de experiencias.

Y ya no son sólo personajes famosos de Hollywood o excéntricas personalidades del arte los que viajan a la India o al Tibet. Ahora son ejecutivos de altos ingresos los que van en busca de algo más que dinero, prestigio y autoridad.

El deseo de contar con un guía espiritual ha creado muchas oportunidades de negocios para hábiles emprendedores con inclinación religiosa.

Así como el furor por conseguir buen estado físico da origen al personal trainer, el renacimiento del interés en la religión y la espiritualidad ha dado origen al spiritual trainer, también llamado director espiritual.

Existen organizaciones de acreditación para asegurar que los llamados spiritual trainers tengan un mínimo nivel de conocimiento. Según el director ejecutivo de uno de esos programas, confirmar la validez de la enseñanza espiritual es competencia exclusiva del Santo Padre.

El giro del materialismo a la espiritualidad no es una simple moda pasajera; es una tendencia. Se hará cada vez más evidente durante todo el siglo XXI a medida que la tecnología amenace cada vez más con disminuir el papel que juega cada uno de nosotros en la vida de los que nos rodean.

Los sentimientos de aislamiento y soledad se están exacerbando, y eso conduce a la búsqueda cada vez más intensa de respuestas.

El giro del materialismo a la espiritualidad no es una simple moda pasajera; es una tendencia. Se hará cada vez más evidente durante todo el siglo XXI a medida que la tecnología amenace cada vez más con disminuir el papel que juega cada uno de nosotros en la vida de los que nos rodean.

Pero no son solamente los comercios especializados los que se están viendo favorecidos por este renovado interés en la religión y la espiritualidad.

Siete de cada 10 de los libros religiosos se venden en cadenas como Barnes & Noble, Borders, Waldenbooks y B. Dalton.

Los gigantes mediáticos, por su parte, están acaparando sellos de música religiosa. Gaylord Entertainment, Zomba Music y EMI, entre ellos, han comprado siete sellos de neta orientación cristiana desde 1994.

Para mantener una presencia significativa en este mercado, los comerciantes del ramo forman grupos de compra para dar más peso a sus actividades de marketing.

Iglesias y sinagogas están reclamando software cada vez más customizado para la tarea de organizar sus servicios, comunicarse con sus seguidores y atender consultas de interesados.

Los libros sobre temas religiosos son un fenómeno editorial por primera vez en décadas. Los trabajos sobre religión y espiritualidad crecieron 112% entre 1991 y 1996, según la American Booksellers Association.

En 1997 y 1998, los libros religiosos fueron los únicos libros en la categoría no ficción que registraron aumento de ventas.

Las letras WWJD (que representan What Would Jesus Do o Que haría Jesús) aparecen bordadas en corbatas, bufandas, chaquetas y camisas. Hay toda una nueva línea de joyas con la inscripción WWJD, casi un imperativo para toda una generación de adolescentes creyentes.

Sus hermanos más pequeños, mientras tanto, reclaman cuentos y videos sobre temas religiosos con la infaltable lección moral al final. Y ahora también todo eso se compra en cadenas como Wall Mart y Target.

Dos son los videos que más piden los niños norteamericanos. El primero es Elmopalooza de Plaza Sésamo, y luego sigue uno que se llama Where is God When I’m Scared? (¿Dónde está Dios cuando tengo miedo?).

En el terreno turístico se están popularizando entre los sectores de mayores ingresos los viajes con objetivos religiosos como las peregrinaciones a Tierra Santa.

Hay monasterios que ofrecen a los huéspedes la posibilidad de vivir la vida del monje por un día o una semana. Hay varios años de lista de espera con personas anotadas para realizar este tipo de experiencias.

Y ya no son sólo personajes famosos de Hollywood o excéntricas personalidades del arte los que viajan a la India o al Tibet. Ahora son ejecutivos de altos ingresos los que van en busca de algo más que dinero, prestigio y autoridad.

El deseo de contar con un guía espiritual ha creado muchas oportunidades de negocios para hábiles emprendedores con inclinación religiosa.

Así como el furor por conseguir buen estado físico da origen al personal trainer, el renacimiento del interés en la religión y la espiritualidad ha dado origen al spiritual trainer, también llamado director espiritual.

Existen organizaciones de acreditación para asegurar que los llamados spiritual trainers tengan un mínimo nivel de conocimiento. Según el director ejecutivo de uno de esos programas, confirmar la validez de la enseñanza espiritual es competencia exclusiva del Santo Padre.

El giro del materialismo a la espiritualidad no es una simple moda pasajera; es una tendencia. Se hará cada vez más evidente durante todo el siglo XXI a medida que la tecnología amenace cada vez más con disminuir el papel que juega cada uno de nosotros en la vida de los que nos rodean.

Los sentimientos de aislamiento y soledad se están exacerbando, y eso conduce a la búsqueda cada vez más intensa de respuestas.

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