El lujo sufrió mucho con la pandemia

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La crisis del coronavirus diezmó la demanda de productos suntuarios y puso al discubierto la dependencia del sector de los turistas chinos.

 

Las grandes marcas del lujo, desde Dior hasta Prada, tuvieron que encontrar nuevas maneras de atraer clientes y acelerar sus pases al ecommerce.

Todo esto indica que las ventas se van a contraer 22% este año, lo que significa una vuelta a los niveles de 2014 y que les va a llevar tres años recuperarse, según un estudio realizado por Bain y Altagamma, la asociación italiana del lujo.

Después de que varios meses de cuarentena obligaran a cerrar las tiendas, un segundo brote de infecciones en Estados Unidos y Europa llevó a más restricciones para el retail en países como Francia, Gran Bretaña y Austria.

Así las cosas, las marcas debieron ser más creativas. Louis Vuitton en Francia permite que los compradores hagan una cita con un vendedor para comprar por teléfono o por videochat y luego ofrece entrega gratuita a domicilio.

La pandemia hizo también que los líderes de la industria LVMH, Kering y Richemont, que reúnen muchas marcas en un grupo ya hayan invertido fuerte en la venta online y en marketing. Mientras tanto, las marcas más chicas como Salvatore Ferragamo que tienen menos experiencia digital y dependen más de la venta física, son las que más sufren.

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