Si hay algo que la pandemia y el aislamiento social le demostró a las empresas, es que la capacidad de adaptación al cambio es un factor clave para mantener la productividad y la eficiencia frente a circunstancias adversas. Pero, además, se acrecentó la tendencia por parte de los empleadores de velar por el bienestar de los trabajadores, su salud mental en relación al trabajo, las consecuencias físicas de trabajar muchas horas en una misma posición, y el famoso “burnout”.
Es así como muchas empresas comienzan a repensar sus estrategias de trabajo y contratación, y encuentran en la flexibilidad la forma de motivar a sus empleados, manteniendo a su vez la productividad o hasta, incluso, aumentándola.
El informe español sobre flexibilidad y competitividad empresarial, arroja algunas reflexiones interesantes sobre cómo ofrecer mayor flexibilidad en el horario y forma de trabajo, y permite ver el compromiso real de los empleados en sus tareas.
Asimismo, plantea una ecuación clave al momento de pensar cómo mantenerse eficiente en el mercado laboral actual: a mayor tecnología, mayor flexibilidad y mayor adaptación al cambio. Tres factores clave para enfrentar el presente del mundo empresarial.
Si bien únicamente el 12% de las empresas españolas encuestadas ve posible reducir la jornada laboral a 4 días manteniendo el sueldo actual, una empresa de software de dicho país fue la primera en implementar este esquema. Presentó mejoras en la productividad y motivación de sus empleados, y percibió además un beneficio en relación al cuidado del medio ambiente, teniendo en cuenta que se reduce la necesidad de transporte y los recursos utilizados en la oficina.
El estudio realizado por ambos institutos, también expone que muchos empleadores se encuentran preocupados por cómo mantener el seguimiento de la productividad, respetando la vida personal de los empleados (7.9 puntos sobre 10) y cómo coordinar la necesidad de trabajar determinada cantidad de horas con la también necesaria desconexión digital (8 sobre 10).
El debate entonces, radica en cómo balancear la mejora del bienestar de los empleados, reduciendo sus horas de trabajo, pero manteniendo a su vez la relación productividad-sueldo de forma eficiente para las empresas.
“Un punto medio, beneficioso para ambas partes, podría ser correr el foco del tiempo trabajado hacia los objetivos”, expone Alexandra Manera, Directora de Recursos Humanos de Adecco para Argentina y Uruguay. “De esta forma, el empleado tiene el compromiso y la responsabilidad de cumplir con sus tareas, pero organizando su tiempo en base a sus necesidades y comodidades personales. Las empresas, por otra parte, contabilizarán la productividad de éste en relación al cumplimiento de determinados objetivos, y no según la cantidad de horas frente a su estación de trabajo”. “Pensar en nuestro país en algún sistema de 4 días laborales a la semana es un tanto lejano todavía”, finalizó.
El mercado laboral es cada vez más diverso, y las empresas y empleadores encontrarán beneficios en repensar sus estructuras de trabajo, adaptándose así al cambio constante y a las tendencias, manteniendo sano y motivado al capital principal: los empleados.