La Comisión Federal de Comunicaciones en Estados Unidos inició el
lunes una investigación sobre el incidente protagonizado por la cantante
pop Janet Jackson durante la final del campeonato de fútbol americano,
al exhibir furtivamente un seno delante de 100 millones de telespectadores durante
un espectáculo en el tiempo de descanso.
Como es tradición, la Super Bowl –la gran final de fútbol americano–
presenta en el entretiempo un superespectáculo musical. Sin embargo, el
espectáculo del domingo en el entretiempo del partido que disputaron los
New England Patriots y los Carolina Panthers fue demasiado entretenido. Al final
de la canción “Rock your body“, Janet Jackson dejó
que el cantante Justin Timberlake, con quien cantaba a dúo, abriera la
cobertura de cuero que tapaba su pecho, mientras cantaban: “Quiero tenerte
desnuda cuando termine esta canción”.
El director de la Comisión Federal de Comunicaciones, Michael Powell –
hijo del secretario de Estado Colin Powell-, calificó el lunes de “grosera
y deplorable” la exposición durante el Super Bowl XXXVIII y ordenó
una investigación.
La cadena de televisión CBS, que transmitía el acontecimiento en
directo desde Houston, Texas, cortó rápidamente la escena.
“CBS lamenta profundamente el incidente que se produjo durante el espectáculo
del Super Bowl (…) Participamos en todas las prácticas durante la semana
y nada hacía pensar que se produciría tal cosa”, dijo CBC
en un comunicado.
La cadena musical MTV, productora del espectáculo, había sin embargo
advertido, el 28 de enero en su sitio de Internet, que el espectáculo
de Janet Jackson iba a ofrecer “momentos calientes”.
Luego del escándalo, una portavoz de MTV aseguró que en vez del
pecho desnudo lo que estaba previsto era que quedara al descubierto un corpiño
rojo. Timberlake también se disculpó y dijo que todo se debió
a una falla de la prenda de vestir.
Las televisoras estadounidenses repitieron ayer una y otra vez las imágenes,
en las que sin embargo el pecho apenas se veía.
La discográfica de Jackson, Virgin Records, utilizó el
incidente como publicidad y lanzó antes de lo previsto en las radios
la nueva canción de la cantante, “Just a Little While”, del
álbum aún inédito “Damita Jo”.
El incidente generó una catarata de quejas entre los 89 millones de espectadores
del Super Bowl. Los comentaristas de los medios lo citan como ejemplo de aumento
de la explotación barata del sexo en los programas de televisión.
Powell lo aprovechó para redoblar sus ataques a la indecencia, la grosería
y la chabacanería en televisión.
Powell había dicho en repetidas oportunidades que los miembros de la
CFC no deberían decidir sobre lo que los estadounidenses pueden o no
pueden ver en televisión. Pero en las últimas semanas parece haber
tomado la posta de Michael Copps, comisionado demócrata, quien desde
hace tiempo viene reclamando sobre la caída de los estándares
en televisión.
El mes pasado el presidente de la CFC se manifestó a favor de aumentar
“drásticamente” las multas aplicadas a quienes difunden contenido
que viola las leyes de la decencia. Las cadenas y canales que difunden material
considerado “evidentemente ofensivo” según las normas de la
comunidad hoy pagan una multa máxima de US$ 27.500 por violación.
Un proyecto de ley apoyado por el presidente Bush y actualmente a consideración
del Congreso eleva la carga a US$ 275.000.
La Comisión Federal de Comunicaciones en Estados Unidos inició el
lunes una investigación sobre el incidente protagonizado por la cantante
pop Janet Jackson durante la final del campeonato de fútbol americano,
al exhibir furtivamente un seno delante de 100 millones de telespectadores durante
un espectáculo en el tiempo de descanso.
Como es tradición, la Super Bowl –la gran final de fútbol americano–
presenta en el entretiempo un superespectáculo musical. Sin embargo, el
espectáculo del domingo en el entretiempo del partido que disputaron los
New England Patriots y los Carolina Panthers fue demasiado entretenido. Al final
de la canción “Rock your body“, Janet Jackson dejó
que el cantante Justin Timberlake, con quien cantaba a dúo, abriera la
cobertura de cuero que tapaba su pecho, mientras cantaban: “Quiero tenerte
desnuda cuando termine esta canción”.
El director de la Comisión Federal de Comunicaciones, Michael Powell –
hijo del secretario de Estado Colin Powell-, calificó el lunes de “grosera
y deplorable” la exposición durante el Super Bowl XXXVIII y ordenó
una investigación.
La cadena de televisión CBS, que transmitía el acontecimiento en
directo desde Houston, Texas, cortó rápidamente la escena.
“CBS lamenta profundamente el incidente que se produjo durante el espectáculo
del Super Bowl (…) Participamos en todas las prácticas durante la semana
y nada hacía pensar que se produciría tal cosa”, dijo CBC
en un comunicado.
La cadena musical MTV, productora del espectáculo, había sin embargo
advertido, el 28 de enero en su sitio de Internet, que el espectáculo
de Janet Jackson iba a ofrecer “momentos calientes”.
Luego del escándalo, una portavoz de MTV aseguró que en vez del
pecho desnudo lo que estaba previsto era que quedara al descubierto un corpiño
rojo. Timberlake también se disculpó y dijo que todo se debió
a una falla de la prenda de vestir.
Las televisoras estadounidenses repitieron ayer una y otra vez las imágenes,
en las que sin embargo el pecho apenas se veía.
La discográfica de Jackson, Virgin Records, utilizó el
incidente como publicidad y lanzó antes de lo previsto en las radios
la nueva canción de la cantante, “Just a Little While”, del
álbum aún inédito “Damita Jo”.
El incidente generó una catarata de quejas entre los 89 millones de espectadores
del Super Bowl. Los comentaristas de los medios lo citan como ejemplo de aumento
de la explotación barata del sexo en los programas de televisión.
Powell lo aprovechó para redoblar sus ataques a la indecencia, la grosería
y la chabacanería en televisión.
Powell había dicho en repetidas oportunidades que los miembros de la
CFC no deberían decidir sobre lo que los estadounidenses pueden o no
pueden ver en televisión. Pero en las últimas semanas parece haber
tomado la posta de Michael Copps, comisionado demócrata, quien desde
hace tiempo viene reclamando sobre la caída de los estándares
en televisión.
El mes pasado el presidente de la CFC se manifestó a favor de aumentar
“drásticamente” las multas aplicadas a quienes difunden contenido
que viola las leyes de la decencia. Las cadenas y canales que difunden material
considerado “evidentemente ofensivo” según las normas de la
comunidad hoy pagan una multa máxima de US$ 27.500 por violación.
Un proyecto de ley apoyado por el presidente Bush y actualmente a consideración
del Congreso eleva la carga a US$ 275.000.