Según Mark Dolliver, autor del informe, los estadounidenses se contradicen cuando hablan del uso que los anunciantes hacen de sus datos. Muchos dicen que las protestas sobre privacidad son desmentidas por lo que realmente hace la gente en Internet: dejar todos sus datos, por ejemplo, para conseguir un cupón o entrar en una discusión en Facebook. O sea que hay una desconexión entre lo que la gente dice y hace en Internet.
Según Dolliver esa divergencia entre lo que la gente dice y hace no necesariamente quiere decir que tienen dos posiciones en lo que se refiere a privacidad. Su investigación sugiere que la conducta aparentemente contradictoria del público tiene su origen en dificultades que deben ser consideradas por anunciantes, editores y legisladores. Algunas de ellas son las siguientes:
La gente sólo tiene un conocimiento superficial sobre la forma en que los anunciantes usan sus datos. Los usuarios s2aben que las empresas los siguen, pero entienden muy poco conceptos como data mining o targeting. También piensan que el gobierno los protege más de lo que en realidad hace con respecto al uso abusivo de su información.
La gente tiene una vida que vivir. Los empresarios dicen alegremente que la gente debería usar anomizadores y otras tecnologías para proteger su privacidad digital. Pero es difícil tener un profundo conocimiento del mundo online Además lleva mucho tiempo y la gente tiene otras prioridades en su vida privada. Cuando entran a Facebook o You tube van a hacer algo y luego se retiran.
Las políticas de privacidad son incomprensibles. ¿Quién ha tratado de leer alguna de ellas hasta el final? Sólo alguien que conoce mucho sobre los matices y la jerga del negocio (afiliados, terceras partes, píxeles y demás) podría comenzar a entender lo que dicen.
Casi siempre las políticas de privacidad hacen un planteo de “tómalo o déjaloâ€. O usted acepta la forma en que nosotros usamos sus datos o se retira. Lo mismo ocurre con las cookies. Se dice a la gente que el sitio puede no funcionar bien si las cookies son deshabilitadas. Los ejecutivos de la web saben muy bien que a la gente le cuesta mucho abandonar sitios que tienen un rol importante en sus vidas.
Muchos de los más prominentes actores en marketing digital tienen un doble discurso público. Google dijo a sus usuarios que había decidido conectar información sobre sus actividades con los servicios más populares y dispositivos múltiples. Pero cuando se cliqueaba el link para “saber más†el lenguaje no explicaba que a partir del 1 de marzo la única manera de desconectar los datos era salir de Google. Los que la gente veía era una tranquilizante declaración de que la política refleja “nuestro deseo de crear una experiencia maravillosamente simple e intuitiva en todo Google.â€
Google no está solo con esta posición. Amazon y Pandora sugieren en su landing page que el análisis que hace de sus datos (data mining) es transparente con respecto a los visitantes del sitio. Pero la lectura de la política de privacidad revela que este método aparentemente abierto para los datos de los visitantes a la home page oscurece el uso de sus datos, tanto para la misma compañía como para terceros asociados.
Conflicto intrínseco. No habría que desestimar el conflicto intrínseco entre la necesidad de la gente de vivir en el mundo digital y su convencimiento de que no conocen ni controlan ese mundo. La investigación de Dolliver sugiere que los estadounidenses están genuinamente preocupados por este conflicto. Se preocupan pero no saben qué hacer. En los próximos años, a medida que la recuperación de datos y la publicidad personalizada aumenten su grado de sofisticación en las esferas móvil, comercial y política, las preocupaciones aumentarán. Los anunciantes y editores que quieran entablar relaciones de largo plazo con sus clientes deberían ayudarlos con estos conflictos fundamentales. Pueden hacerlo dándoles verdadero control sobre la información que retienen de ellos en lugar de aprovecharse de su ignorancia para obtener ganancias de corto plazo.