Los investigadores del OECD creen que para trabajar mejor hay que trabajar menos. En efecto, descubrieron una interesante correlación entre cuántas horas se trabaja y por otro lado cuánto se produce. Al parecer trabajar menos horas redunda en una mayor productividad, como se aprecia en el gráfico que aparece más adelante.
Esta gráfica muestra las horas trabajadas por persona en los países de la OCDE entre 1990 y 2012, y el aumento del PIB por hora trabajada. El estudio revela que la productividad es más alta cuando las personas pasan menos horas en su lugar de trabajo. La relación entre las horas trabajadas y la productividad siempre tuvo a los economistas interesados. Aunque estos resultados parecen indicar que trabajar hasta 50 horas a la semana podría aumentar la productividad, que no toman en cuenta las profesiones del sector servicios: el tipo de trabajo realizado por la mayoría de la gente en los países avanzados de hoy. Por estas profesiones, donde el trabajo es principalmente autodirigido y requiere el compromiso intelectual, el número óptimo de horas semanales puede, de hecho, ser menor.
Este tipo de investigaciones podrían orientar a las empresas a la hora de buscar una maximización de la productividad, pero pensando en planes que no involucren simplemente un aumento del personal o de las horas de trabajo: sino de mejor trabajo y de más calidad. Incluso, aunque parezca antiintuitivo, algunas empresas podrían pensar en reducir las horas de trabajo en pos de producir más.