Desde hace ya más de diez años las nuevas tecnologías – como cloud computing, inteligencia artificial, internet de las cosas, impresión en 3D y blockchain – vienen destruyendo las industrias de gran escala del siglo 20 y reinventándolas para que sean más livianas, más personalizadas, más distribuidas y más resilientes. Ese proceso, que afectó a todos los sectores, consiste en una “reducción de la escala”.
La crisis provocada por el coronavirus no hace otra cosa que acentuarla.
El distanciamiento social y las cuarentenas provocadas por la crisis significó un duro golpe para millares de empresas pequeñas y sus empleados, que reaccionaron contrayendo la escala del negocio aun más y, de paso, descubren nuevas oportunidades que podrían subsistir cuando pase la pandemia.
Ya se ve la rápida reinvención de industrias como la de la salud, educación, manufactura y un cambio monumental en la forma de trabajar. Cuando estas realidades se afirmen, los mercados masivos y la producción masiva perderán frente a ofertas personalizadas. Esta tendencia hacia la customización se observa también en negocios que ya son de escala pequeña.