<p>Pero ¿y Wagoner? Algunos, como Kirk Kerkorian, sostienen que sobrevive gracias a una alianza con mandos medios y un directorio débil. Por cierto, es el único de los tres CEO de Detroit ligado al sector. Alan Mullaly (Ford) proviene de Boeing y a Nardelli (Chrysler) lo despidieron de una cadena minorista.</p>
<p>El ejecutivo nunca pudo cumplir su promesa inaugural (junio de 2000), de que la compañía crecería 25 a 28% en porción del mercado norteamericano. Algunos años, GM lograba bajar costos y aumentar productividad. Pero, en cada oportunidad, las cosas se daban vuelta -en todo Detroit- y acababan mal. Al terminar junio, la acción volvía a 1955; es decir, ni siquiera mantenía los precios de dos crisis intermedias (1973/5, 1980/2), ambas asociadas a fuertes alza de crudos.</p>
<p>Desde que Wagoner llegó, los títulos perdieron 81% y, hoy, la participación de mercado no sube de 12,5%. Menos de la mitad de lo prometido con el CEO hace ocho años. ¿Por qué no lo han hecho renunciar todavía? En primer lugar, por el respaldo del management medio y superior, puntal de su gestión.</p>
<p>En segundo término, el directorio de GM es poco activo y rechaza a quienes los son. Sucedió en 2000 con Carl Icahn y, en 2006, con Kerkorian. Ninguno pudo organizar un "golpe de estado" para deponer a la junta y a Wagoner, pese a sus notorios errores. Por otra parte, el ejecutivo tiene amigos nada desinteresados en el periodismo especializado que le sacan las papas del fuego.</p>
<p>La técnica es simple: Wagoner & Cía. traban salidas rápidas a las crisis y, agotados, los accionistas combativos terminan vendiendo sus tenencias y pasando a otra cosa. Sólo en el primer trimestre, al menos una docena de fondos de cobertura (derivados) y jubilatorios se sacaron de encima un millón o más en papeles de GM. <br />
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Ahora, empero, la iliquidez puede serle fatal al CEO. Las pérdidas operativas están absorbiendo su efectivo, calculado en US$ 24.000 millones a fin de marzo. El deterioro quizá lo haya reducido a 21.000 millones a fin de junio. Desde 2005 la deuda de la firma está en categoría basura, por lo cual -para juntar caja- sólo puede vender activos, escindir sus rentables en Latinoamérica, Surocorea (Daewoo) y Europa occidental o endeudarse a tasas prohibitivas. Ante los dilemas, algunos piensan en Frederick Henderson (ex director financiero y hoy presidente de la junta) para sustituir a Wagoner "desde adentro".</p>
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Contra todo, Richard Wagoner sigue al frente de General Motors
Las malas ventas de junio confirman lo archisabido: las obsesión por fabricar utilitarios deportivos castiga a GM, Ford y Chrysler. En ésta, Roberto Nardelli quiere que sus managers imiten las técnicas de Avon o Tupperware…