Por diversas circunstancias, muchas veces nos encontramos trabajando desde nuestras casas. Esta modalidad, el llamado home office, puede parecer sencillo y cómodo en un principio. ¿Qué mejor que trabajar en pijama, por ejemplo? Pero lo cierto es que trabajar desde el propio hogar tiene muchas complicaciones ocultas. ¿Cómo mantener la productividad, cómo evitar el sedentarismo, cómo no llenar nuestro hogar de archivos y papeles del trabajo?
Una de las peores consecuencias del trabajo de oficina es el sedentarismo. Si además trabajamos desde nuestras casa, el movimiento se minimiza aún más. De acuerdo a las investigaciones científicas, el estar mucho tiempo sentada es una actividad letal para nuestro organismo. Por eso es recomendable engañar al cuerpo con, por ejemplo, los escritorios para trabajar parado. Un escritorio con una atril que permite tener la computadora a una altura aceptable para poder utilizarla y estar parado. Los beneficios son inmensos: reduce el riesgo de padecer obesidad y diabetes tipo 2. En este mismo sentido, el estar a pocos pasos de la heladera puede ser un problema cuando trabajamos desde casa. En las oficinas tradicionales, por lo general salimos a comer afuera o llevamos algo desde casa. Cuando trabajamos desde nuestra casa tenemos acceso VIP a los refrigerios, en particular comida chatarra. Resistir la tentación de comer de más, por ejemplo por estrés, y tratar de mantener una conducta alimenticia coherente es clave para que trabajar desde casa no desajuste nuestra alimentación.
Lamentablemente, también es recomendable resistir la tentación de trabajar en pijamas todo el día. Levantarse y cambiarse como para salir a un trabajo fuera de nuestra casa puede ser una fuerte fuente de motivación y productividad. No es necesario que sea así todo los días, pero si vemos que estamos desmotivados o procrastinamos algunas tareas puede ser una buena ponerse ropa más formal y cambiar el mindset para sentirnos más en el lugar de trabajo que en nuestra casa. Lo mismo vale para la organización: la facilidad de trabajar desde casa puede quebrar cualquier rutina organizada. Que no suceda. Mantener una rutina puede ayudar a que la productividad no caiga en picada y además nos da la sensación de estar trabajando fuera de casa lo que evitaría situaciones desagradables en el largo plazo como trabajar de más el día anterior o terminar trabajando 12 horas al día porque hacemos pequeñas jornadas esporádicas en lugar de 8 horas de corrido.
Para mantener la salud física, es recomendable hacer pequeñas actividades físicas como tomarse 10 minutos para salir a caminar al aire libre. Incluso, agregar una pequeña rutina de ejercicios de 15 o 20 minutos puede cambinar rotundamente, para mejor, nuestra salud.
Por último, que nuestro hogar se sienta como una oficina, pero mejor. Podemos, por ejemplo, tener una verdadera home office si dedicamos un espacio de la casa a que sea el lugar de trabajo. Un lugar alejado de nuestra vida personal y que sea exclusivo para trabajar. La idea es no asociar piscológicamente toda nuestra casa a un lugar donde se trabaja. Una alternativa es cambiar el lugar de trabajo en lugar de encerrarse en una casa. Trabajar desde el patio, un café o incluso al aire libre es la mejor manera de no sentirse prisionero y pensar que en lugar de tener una oficia en la casa tenemos nuestra casa dentro de una oficina.