La calidad de las contrataciones que se incorporan a los equipos de trabajo constituye un factor importante y es una métrica intrínseca al proceso de onboarding, pero ¿qué significa realmente? Adecco Argentina, firma mundial en consultoría integral de recursos humanos, comparte detalles acerca de este concepto y de su medición.
La calidad de la contratación mide el valor que las nuevas contrataciones aportan a una empresa. Un empleado con un puesto administrativo que está presente siempre que es necesario, trabaja con responsabilidad y es productivo puede tener un mejor impacto en la empresa que un vicepresidente que se desempeña en un nivel promedio.
Pero ¿cómo se puede medir? Si bien la calidad de contratación es difícil de medir, existen algunas métricas que pueden usar las empresas para determinar ese valor. Dado que resulta útil conocer el impacto que tiene una nueva contratación en la organización, habrá que medir el desempeño del empleado pasados unos seis meses o más desde el momento de la contratación. Este lapso de tiempo dificulta ver resultados inmediatos.
Estas son algunas métricas generales para tener en cuenta:
Rotación de empleados
En la tasa de rotación de empleados, se observa el porcentaje de personas que renuncian dentro de un período de tiempo específico. Mirar la rotación como un todo da una idea general de la efectividad de los procesos de contratación. Observar cómo cambia la rotación en los primeros seis meses es una herramienta valiosa para evaluar cómo contrata la empresa.
Desempeño laboral
Para esto se pueden utilizar métricas cuantitativas. Al comparar los resultados de la nueva contratación con los de otros empleados y otras nuevas contrataciones, se puede comparar la calidad de la contratación por la rapidez y eficiencia con que realizan sus funciones. Siempre que la empresa realice evaluaciones de desempeño, podrá medir el éxito de las nuevas contrataciones.
Compromiso del empleado
Se recomienda llevar a cabo una encuesta de compromiso de los empleados para conocer de primera mano cómo se sienten las nuevas incorporaciones con respecto a la cultura de la empresa, la carga de trabajo, el salario y cualquier otra indicación de compromiso que sea útil medir. Esto no solo brinda información sobre la calidad de la contratación, sino también sobre la efectividad del programa de onboarding.
Ahora bien, una vez que se realizan mediciones y se obtienen resultados, ¿cómo se mejora la calidad de contratación?
Llevar un registro: Se necesita tiempo para determinar la calidad de la contratación, por eso hay que comprender cómo se tomaron las decisiones de contratación seis meses antes de recopilar los datos para esa métrica y tener en cuenta en qué se diferencia el proceso de contratación de nuevos empleados con los procesos de contratación de la última vez.
Comprobar las fortalezas y debilidades: Si los nuevos empleados tienen cualificaciones de alto rendimiento, pero también una alta rotación, esto puede señalar un problema mayor. Puede que el proceso de selección sea el mejor, pero los directivos no apoyan a las nuevas contrataciones de manera adecuada, o tal vez sea un problema con el proceso de selección de la empresa.
No temer al cambio: Las métricas no sirven para nada si no se realizan cambios en función de los hallazgos. Cuando se determina que hay un problema, hay que realizar cambios para solucionarlo. Esto implica generar reuniones con la dirección para analizar la situación y tratar el problema.
Hay que prestar especial atención a las encuestas de compromiso y también a las entrevistas de salida, para saber dónde aparecen los problemas. ¿Los empleados experimentan una falta de información? ¿Supervisores de microgestión? Cualquiera que sea el problema, hay que esforzarse para realizar ajustes donde sea necesario, darle solución y mejorar la calidad de contratación de la empresa.