“El criterio de selección es bastante subjetivo. Se toma en cuenta su excelente reputación, su capacidad de crecimiento, el interés que despierta en los inversores, todos criterios debatibles y con anomalías en su composición”, indicó Koijen }
Los integrantes del Dow Jones
• 3M
• American Express
• AT&T
• Boeing
• Caterpillar
• Chevron
• Cisco-Systems
• Coca-Cola
• DuPont
• ExxonMobil
• General Electric
• Goldman Sachs
• The Home Depot
• Intel
• IBM
• Johnson & Johnson
• JPMorgan Chase
• McDonalds
• Merck
• Microsoft
• Nike
• Pfizer
• Procter & Gamble
• Travelers
• UnitedHealth Group
• United Technologies
• Verizon
• Visa
• Wal-Mart
• Walt Disney
Una de las anomalías más flagrantes es que la primera y tercera compañía estadounidense en valor de mercado, Apple y Google, no figuran en el índice.
La razón para este aparente sinsentido es que a los criterios subjetivos mencionados por Koijen se añade uno más mensurable.
El Dow Jones toma en cuenta el precio por acción de una compañía: esto da más peso a compañías más pequeñas, pero con un precio bursátil mayor.
Otros índices se rigen por el valor de mercado, es decir, el valor total de todas las acciones de una compañía: las compañías más grandes suelen tener un peso mayor.
Esto lleva a que muchos inversores institucionales –Fondos de Pensión o de Alto Riesgo que forman el grueso de la inversión en los mercados bursátiles– se guíen por índices más amplios que el Dow Jones, como el S&P 500, que tiene un volumen total de inversiones muy superior.
Los fondos que toman como guía el Dow Jones manejan unos US$200 millones en comparación con los US$3 billones de los que siguen el S&P 500.
Anacronismo o no, estamos acostumbrados a que en la sección financiera de las noticias televisivas, de radio o de prensa aparezcan referencias al índice Dow Jones.
El mero nombre viene con un aura de prestigio equivalente a su opacidad: pocos saben qué es o qué mide.
¿Se trata de un ranking más o nos dice algo sobre las empresas incluidas o excluidas y el estado de la economía estadounidense?
“Cuando el precio de las acciones de una compañía cae mucho está claro que no puede seguir en el Dow Jones. Al mismo tiempo, la composición interna de estos 30 lugares refleja el peso de distintos sectores”, indicó Koijen.
Recientemente hubo mucha agitación tras el anuncio de que tres miembros –Bank of America, Hewlett-Packard y el rey del aluminio Alcoa– han sido sustituidos por nuevas deidades: Goldman Sachs, Visa y Nike, que se integran este lunes.
En el caso de uno de los caídos del Olimpo, el Bank of America, está claro que esta entidad financiera no se recuperó del estallido financiero del 2008: el precio de sus acciones de US$14 es elocuente al respecto.
Pero también es evidente que, a cinco años de la caída de Lehman Brothers y la recesión económica mundial que le siguió, su exclusión del índice es un dictamen sobre el Bank of America en particular y no un juicio sobre las entidades financieras.
De hecho, Goldman Sachs, que ayudó a Grecia a ocultar su déficit fiscal con operaciones ficticias a principios de siglo y es el candidato más firme a la corona de la especulación financiera mundial, es una de las tres compañías que han ingresado en indicador.
El hecho de que Visa sea otro de los elegidos subraya el creciente peso de las finanzas en la economía estadounidense.
En el campo industrial, la expulsión de Alcoa refleja la caída internacional del precio del aluminio debido a la menor demanda china: hoy el precio de las acciones se sitúa en torno a los US$8.
“Su reemplazo por Nike habla del creciente peso del consumo de ropa en la economía estadounidense”, subraya Koijie.