Cómo saber si tu jefe gusta de vos

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Si notamos que el jefe nos contacta después de las horas del trabajo, si pareciera confiar mucho en nosotros o si tenemos trato diferencial respecto a las responsabilidades y la relación profesional posiblemente el jefe quiera algo más

El amor puede nacer en la oficina tanto como en cualquier otro lugar. Por ejemplo si nuestro jefe se ríe mucho de nuestros chistes o recibimos más halagos por nuestro trabajo que la mayoría y pensamos que no lo merecemos es posible que haya florecido el amor en el trabajo. Puede ser difícil determinar si alguien tiene una intención romántica respecto a nosotros o si sólo están siendo muy agradable, por lo que conviene a quienes estén en dilema manejarse con mucho cuidado, ya que malinterpretar las intenciones podría ser embarazoso para ambas partes, llevar a malentendidos y dañar irremediablemente la carrera profesional. En cualquier caso hay que estar atento a algunas señales y llegado el momento plantear el tema de manera profesional y adulta.

 

Comunicación innecesaria

Por supuesto que la buena comunicación entre el jefe y sus empleados es clave para que una empresa sea exitosa. No es infrecuente que un jefe tenga el número telefónico o el mail personal de algunos de sus empleados. Pero distinto es que el jefe se comunique con nosotros de manera regular y sin que el llamado tenga relación directa con algún aspecto del trabajo o que, de existir esa relación, pase inmediatamente a segundo plano y la charla sea informal. Otro caso que suele darse es cuando un empleado suele ser convocado muy seguido a reuniones fuera del horario laboral y a solas. No es raro que un jefe invite a empleados a reuniones de trabajo pero si las invitaciones son muy frecuentes es posible que sea solamente una excusa.

 

Recibimos trato preferencial

Que un empleado reciba trato preferencial puede darse por una serie de motivos que nada tengan que ver con la relación personal como buen desempeño o confianza. Pero si el trato preferencial que recibimos no está acorde a las circunstancias hay que desconfiar. Puede tratarse desde más flexibilidad horaria hasta más días libres. En el peor de los casos para el empleado puede darse un exceso de confianza donde el jefe comenta información que un empleado normalmente no tendría como si se planea echar a alguien, lo cual pone al trabajador en una situación incómoda.

 

Se reciben muchas promesas

Un jefe que tiene una agenda romántica puede expresarse  con entusiasmo sobre nuestro gran futuro en la empresa. Puede ser difícil discernir si el gestor sólo está alentándonos como a todo el mundo o no. Pero cuando su perspectiva del trabajo parece sospechosamente color de rosa, hay que hacer una pausa y considerar todos los posibles signos para tener una idea realista de sus motivaciones.

 

Exceso de contacto físico

Si notamos que nuestro jefe tiene más contacto con nosotros que con otros empleados, por ejemplo una palmada en la espalda o un apretón de manos para saludar o despedirse, es un claro signo de preferencia romántica. Esta es la señal más clara de que hay que hablar el tema y darle una solución.

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