Perón decía que “la organización vence al tiempoâ€. En el
caso de las empresas esto es doblemente cierto: en vez de sufrir pensando en
las barreras para delegar responsabilidades, es mejor plantear estrategias para
su correcta ejecución.
¿Qué hacer?
1) Objetivos claros
Si lo que se necesita es un análisis de la competencia lo
que conviene es dejar en claro que se espera de eso y no dejar que los
subalternos tomen decisiones equivocadas. Al menos al principio es importante
establecer cómo quiere un jefe que se haga el trabajo y esperar que el talento
reclutado por la empresa esté a la altura de la situación.
En todas las organizaciones existe una jerarquía que sirve,
en parte, para delimitar responsabilidades, funciones, obligaciones. Cuando se
emprende un nuevo proyecto, el líder debe preocuparse por aclarar cuáles serán
las funciones especificas de cada uno.
No hay que ser vago en cuanto a las deadlines. Si hay una
meta en tiempo la palabra “rápido†no será suficiente. Se necesita ser específico
y, además, realista. ¿Se puede hacer esto en el tiempo que marco? Eso evitará
futuras desilusiones.
La delegación implica, en todo momento, una fluida
comunicación. La clave es asegurarse que haya tiempo para aclarar todo lo referido
a esa tarea importante y que los trabajadores entiendan que hay espacio para
las preguntas. Así se empieza.