En el estado de Pennsylvania,. un comisionista del banco de inversión
Smith Barney mató a un motociclista por hablar por teléfono mientras
manejaba su auto. La familia de la víctima hizo juicio y SB tuvo que
pagar US$ 500.000.
En Minnesota ocurrió algo similar pero el resultado fue diferente. Allí
una enfermera chocó su automóvil contra otro vehículo mientras
se estiraba para encontrar su teléfono celular que sonaba en algún
rincón de su cartera. En el juicio, el jurado resolvió que contestar
el teléfono no formaba parte de las tareas laborales.
Reina la confusión sobre estos temas por falta de antecedentes suficientes.
Por ahora, muchas empresas piden a sus empleados que se atengan a la ley estadual.
Si la ley prohíbe usar teléfono mientras se maneja, deben obedecer.
Pero, si el empleado realiza una llamada de trabajo, las empresas no van a quedar
a salvo de su responsabilidad.
Los teléfonos no son el único peligro. También lo son cualquiera
de los aparatitos electrónicos que permiten a la gente realizar en la
calle o la ruta una actividad relacionada con el trabajo: beepers, computadoras
portátiles o radiomensajes de doble vía.
Los teléfonos celulares – que permiten a una persona realizar su trabajo
desde el volante de un auto como si estuviera en su escritorio – ponen a muchas
empresas en peligro. Porque, independientemente del juicio criminal que se le
sigue a la persona individual que causa el accidente, se mantiene un juicio
civil contra su empresa empleadora.
Nadie sabe a ciencia cierta qué deben hacer las empresas para evitar
o limitar su responsabilidad. Además, el riesgo de grandes daños
puede ir más allá de los empleadores. En agosto de este año,
un adolescente que manejaba su auto mientras escuchaba la radio y hablaba por
teléfono, atropelló y casi mata a una mujer. El veredicto del
jurado obligó a pagar US$ 28 millones al grupo Chase Maniatan Automotive
Finance, por haber alquilado (en plan de leasing) el auto al padre
del niño.
Muchos empleadores, por ende, han decidido prohibir a sus empleados el uso de
sus celulares mientras conducen.
En el estado de Pennsylvania,. un comisionista del banco de inversión
Smith Barney mató a un motociclista por hablar por teléfono mientras
manejaba su auto. La familia de la víctima hizo juicio y SB tuvo que
pagar US$ 500.000.
En Minnesota ocurrió algo similar pero el resultado fue diferente. Allí
una enfermera chocó su automóvil contra otro vehículo mientras
se estiraba para encontrar su teléfono celular que sonaba en algún
rincón de su cartera. En el juicio, el jurado resolvió que contestar
el teléfono no formaba parte de las tareas laborales.
Reina la confusión sobre estos temas por falta de antecedentes suficientes.
Por ahora, muchas empresas piden a sus empleados que se atengan a la ley estadual.
Si la ley prohíbe usar teléfono mientras se maneja, deben obedecer.
Pero, si el empleado realiza una llamada de trabajo, las empresas no van a quedar
a salvo de su responsabilidad.
Los teléfonos no son el único peligro. También lo son cualquiera
de los aparatitos electrónicos que permiten a la gente realizar en la
calle o la ruta una actividad relacionada con el trabajo: beepers, computadoras
portátiles o radiomensajes de doble vía.
Los teléfonos celulares – que permiten a una persona realizar su trabajo
desde el volante de un auto como si estuviera en su escritorio – ponen a muchas
empresas en peligro. Porque, independientemente del juicio criminal que se le
sigue a la persona individual que causa el accidente, se mantiene un juicio
civil contra su empresa empleadora.
Nadie sabe a ciencia cierta qué deben hacer las empresas para evitar
o limitar su responsabilidad. Además, el riesgo de grandes daños
puede ir más allá de los empleadores. En agosto de este año,
un adolescente que manejaba su auto mientras escuchaba la radio y hablaba por
teléfono, atropelló y casi mata a una mujer. El veredicto del
jurado obligó a pagar US$ 28 millones al grupo Chase Maniatan Automotive
Finance, por haber alquilado (en plan de leasing) el auto al padre
del niño.
Muchos empleadores, por ende, han decidido prohibir a sus empleados el uso de
sus celulares mientras conducen.