<p>Tener muchas buenas ideas todo el tiempo es una complicación. Los emprendedores lo saben bien: para tener una empresa exitosa se necesita un buen capital de ideas originales, creativas, efectivas; pero tener demasiadas.</p>
<p>Ese es el problema que enfrentan hoy los emprendedores. No saber en qué idea hacer hincapié y perder de vista cuáles son realmente buenas para el negocio. Ser la cabeza de una compañía da poder y es sabido que el poder es parecido a una droga. No pasar las ideas por un “tamiz” de personas de confianza pero también críticas puede ser fatal.</p>
<p>Para remediar este problema es importante discutir las ideas con un equipo gerencial. Aunque el proceso puede resultar tedioso – los emprendedores son apasionados; los gerentes más racionales- es muy práctico: si el emprendedor se ha sabido rodear de personas inteligentes y críticas, que sepan decir que no, el resultado final valdrá la pena. Es cierto que los emprendedores sienten que sus ideas son como bebés a los que deben proteger con uñas y dientes pero deben hacer un esfuerzo para alejarse de esa idea. Algunas no son tan buenas o, en todo caso, necesitan esperar un mejor momento para ser lanzadas o modificadas de alguna manera.</p>
<p>Claro que para asegurar el crecimiento de la organización conviene estabilizar otros factores. Acá se ofrecen 10 consejos:</p>
<p>1) Haga buen casamiento. Casarse con la persona indicada es importante por muchas razones. Una de ellas es que la confianza de un matrimonio permite decir cuándo una idea es ridícula y cuándo vale la pena. <br />
2) Contrate buenos empleados. Parece un consejo obvio pero no lo es: no solo es necesario talento sino también carácter. Rodearse de obsecuentes no es nunca una buena idea. Un emprendedor necesita un equipo que le cuestione todo el tiempo.<br />
3) Forme un equipo para desarrollar y discutir ideas. <br />
4) Explique de manera elocuente los problemas y las oportunidades que presenta una idea<br />
5) Presente sus ideas al máximo nivel gerencial. <br />
6) Sea paciente. No venda sus ideas al mejor postor. Trate de discutir cada oportunidad con calma y de manera racional. Si los ejecutivos sienten que el emprendedor les está tratando de vender una idea suya tal vez se predispongan a rechazarla.<br />
7) Pida que los ejecutivos expliquen cómo se podría llevarla a la práctica sin perjudicar los proyectos actuales de la compañía. <br />
8) En un pizarrón piense en todas las razones por las que no sería conveniente seguir adelante con el proyecto. Luego, haga lo mismo pero al revés: explique por qué es una idea ganadora. <br />
9) Escuche por lo menos la mitad de lo que habla. La opinión de los demás puede ser valiosa. <br />
10) La más difícil: esté preparado para modificarla o matarla.</p>
<p>En definitiva, si un emprendedor pudo armar una empresa, no puede hacer lo que quiere cuando quiere. Si las organizaciones crecen es lógico que se contraten personas talentosas y críticas, capaces de dar su opinión y limitar los alcances perjudiciales de las ideas cuando no son buenas para el negocio.</p>
Cara y contracara del pensamiento emprendedor
El mayor capital de un emprendedor radica en su pensamiento original, audaz y atrevido. Esa mentalidad bien manejada, es de un valor incalculable; descontrolada, sin embargo, puede ser una maldición.