Por un lado, las empresas han tenido que tomar serias medidas de transformación y adaptación a nivel estratégico y en sus modelos de negocio. Algunos estudios señalan que las compañías con una estructura demasiado vertical, han hecho una conversión horizontal a nivel organizacional, tomando como ejemplo la personalidad de startups y compañías tecnológicas.
Es evidente que el riesgo de no adaptarse es muy alto, y ya se ve reflejado: En Colombia, el cierre de compañías aumentó un 63% en el primer semestre del año pasado, según la Cámara de Comercio de Bogotá, y la realidad del 2021 en curso no es prometedora.
Por el otro, el mismo sector empresarial, a través de censos y encuestas, ha expresado que son cinco áreas principales en las que están enfrentando dificultades desde el comienzo de la pandemia:
Área económico-financiera
El efecto inmediato de la crisis del coronavirus ha sido la devaluación de monedas a nivel mundial, especialmente en América latina, lo cual encarece la compra de materias primas e insumos importados. Esto genera una sensación de incertidumbre en las empresas, a la que se suman la falta de liquidez por retrasos en los pagos de clientes, los gastos fijos de operación y el pago de impuestos.
Área de producción
El descenso en las ventas que resulta de la inactividad de algunos clientes, ya sea por cancelación de servicios, recorte de presupuestos o presencia en otros países, ha puesto en jaque la línea de producción. Con una producción en pausa los efectos negativos a mediano o largo plazo se reflejan en precariedad y caducidad de insumos.
Salud y seguridad
Para los empresarios, la salud y seguridad de sus empleados es una alta prioridad durante la pandemia, por lo que las empresas han tomado medidas para prevenir la propagación del coronavirus. Estas medidas han sido una inversión pero también un aprendizaje en cuanto a la capacidad de adaptación e innovación de sus negocios.
Suministro y abastecimiento
Las cadenas de producción y de suministro de bienes, servicios, materiales, entre otros, han cambiado de manera radical a raíz de la pandemia, por lo que las empresas se han tenido que adaptar a las circunstancias actuales. El desabastecimiento y encarecimiento de materias primas e insumos, la ralentización de los procesos de producción-entrega y garantizar la higiene de los productos sigue siendo un desafío importante.
Área laboral
En lo referente a capital humano, los empleadores han adaptado sus procesos de ejecución con opciones de trabajo remotas y flexibles para sus trabajadores, además de capacitación que les permita aprender a tener rápida capacidad de respuesta-adaptación en escenarios poco convencionales o de crisis, como el que se vive hoy a nivel mundial. En general, las empresas han evitado el despido masivo.
Aprendizaje: la estrategia
Es claro entonces que como resultado de la pandemia, el área de oportunidad para un gran número de empresas (sobre todo no digitalizadas o con procesos de producción poco innovadores) sigue siendo la implementación de recursos tecnológicos que les permitan responder a las demandas de la crisis actual, tanto a nivel de infraestructura como de capital humano.
En ese sentido, la capacitación de equipos de trabajo a través de medios digitales, es una necesidad que las empresas no consideraban indispensable antes del coronavirus, y que se ha convertido en una prioridad para incrementar su capacidad de adaptación y resiliencia.
Para ello, existen iniciativas como hackU, startup colombiana que ofrece a las empresas educación en línea para sus trabajadores y colaboradores. El servicio consiste en utilizar WhatsApp como canal de formación, enviando microcápsulas educativas de máximo 15 minutos de duración.
Una vez que el usuario recibe el contenido, tiene acompañamiento por parte de un coach educativo. Al finalizar cada módulo de estudio, el mismo usuario puede medir el conocimiento adquirido a través de una evaluación de aprendizaje.