En medio del escándalo británico por posible contaminación de productos con carne de caballo – el “horsemeat scare”, como lo llaman los medios de ese país- la cadena de comidas rápidas la cadena tomó las medidas correspondientes y movió su producción de Irlanda, el foco del problema, a Alemania e Italia. Aunque las hamburguesas hechas en la planta revelaron “poca cantidad de carne de caballo”, las que salieron de los restaurantes dieron negativo, por lo que se sospecha que los consumidores no habrían probado productos contaminados.
La alianza con el proveedor de carne Silvercrest, como así también todas las unidades de negocios de ABP Food Group que están siendo investigadas por la introducción de carne de caballo en su producción de carne para hamburguesas.
Por su parte, Burger King difundió un comunicado de prensa sobre el asunto. “Nuestros resultados independientes de ADN de hamburguesas de restaurante dieron negativa la presencia de carne de caballo. Sin embargo, muestras tomadas de la fábrica de Silvercrest dieron positivo pero solo en una pequeña cantidad. En las últimas 36 horas hemos averiguado que la contaminación se debe a que Silvercrest usó un porcentaje pequeño de carne importada de Polonia. Habían prometido otra cosa; hamburguesas 100% británicas. No pudieron cumplir. En violación a nuestro acuerdo hemos decidido terminar la relación con ellos”.
Burger King no es la única empresa en cortar lazos con ABP. Todos los supermercados más grandes de las islas decidieron retirar sus productos, como precaución. Los retailers tienen que asegurarles a sus consumidores que no hay razón para temer y así recuperar su confianza rápidamente.
Tal vez Silvercrest no logre recuperarse nunca de este percance. Es una de las mayores plantas de Europa para la fabricación de hamburguesas, hacen alrededor de 200 millones cada año. Luego del escándalo decidieron cerrar sus plantas para limpiarlas y también para una reorganización de su staff.