<p><em>Por Nadia Vexlir <br />
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</em>Dancing Matt es el video que esta recorriendo el mundo, al verlo uno se sorprende con la situación absurda: un excéntrico individuo que “baila” en distintas partes del mundo.</p>
<p>¡Que simpático! es lo primero que se viene a la mente, seguido de ¡Cuánta plata se necesita para viajar a esos lugares! Hasta ahora, el video oscila entre lo divertido y lo curioso.</p>
<p>La música tranquila desentona completamente con los movimientos del sujeto y uno espera que cambie el ritmo con algo más rítmico esperando el momento del desenlace. </p>
<p>Unos segundos más y las imágenes se plagan de personas que bailan bufonescamente alrededor de Matt, y luego de unos segundos la cabeza se ocupa en ¡que bueno, la gente se plegó al baile! ¡Que espontaneidad!</p>
<p>En esto se quedan nuestros cerebros cuando el video termina y una enorme placa de Stride Gum (marca de chicles estadounidense) aparece en la pantalla.</p>
<p>¡Aplausos para Stride! Ha desarrollado una campaña viral que alcanzó a casi cinco millones de personas en todo el mundo (y sigue sumando). ¿El costo de este monumental alcance? Los pasajes aéreos de Matt, la estrella del “comercial”, que por cierto, en ningún momento muestra la marca salvo al final.</p>
<p>Así, nuestra breve ilusión de un mundo “solidario y espontáneo” se desgasta como un chicle. </p>
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Bailando en el mundo
Un alcance mundial con sólo bailar