Las tiendas ofrecen cientos de marcas y artículos como ropa, zapatos y accesorios.
Otros grandes competidores, como Walmart por ejemplo, habían lanzado previamente líneas de indumentaria, pero sin la apuesta disruptiva de montar un nuevo negocio exclusivamente para el nuevo vertical y con todo el potencial robusto de su tecnología detrás, como lo detalla el informe de la consultora Trendsity.
Como era de esperar, los datos tienen un rol central en las tiendas. Los clientes pueden usar la aplicación Amazon Shopping para escanear artículos y solicitar que se envíen en su talla directamente a un probador. Además, los algoritmos sugerirán qué otros artículos debe probar la persona según lo que escanee con su teléfono en la tienda y es de esperar que toda esa información también se cruce con todos los datos que ya tracciona la compañía en sus diferentes plataformas (desde la compra online a Amazon Prime, entre otros)
De esta manera Amazon muestra por qué es punta de lanza en lo que se refiere a estrategia omnicanal, al menos en los mercados en los que opera.
Su objetivo es aprovechar aún más la información online para vender en tiendas presenciales.
La apuesta es a seguir diversificándose, con la salvedad que hace tiempo que esa diversificación no es sólo en el mundo online sino que toca el mundo físico. En este sentido, se demuestra que la retroalimentación entre ambos mundos (online-físico) prima frente a la supuesta superioridad de uno sobre el otro.
¿Qué implica esta nueva jugada hacia la omnicanalidad de este gigante de la industria? ¿Sienta un nuevo precedente? Amazon suele ser una compañía que dicta gran parte de las reglas del ecommerce que luego el resto sigue, por lo que una vara más alta para el comercio híbrido también establece un nuevo aspiracional en términos de modelo de negocios e innovación tecnológica del que el resto de la industria debería tomar nota.