Conocidos en inglés como intrapreneurs, estos hombres y mujeres que hoy vuelven a emplearse en empresas ponen en el lugar en que trabajan, todo su espíritu independiente, innovador, toda su rapidez y flexibilidad.
Unos 450.000 trabajadores estadounidenses dejaron de trabajar por cuenta propia en los últimos 13 meses para ir a golpear a las puertas de las grandes empresas nacionales. La respuesta ha sido más que calurosa porque el país sufre su más bajo nivel de desempleo en 29 años.
Un estudio de la revista Inc. descubrió que 82% de los ejecutivos de empresas consideran que los pequeños emprendimientos constituyen un modelo de cómo se debe operar hoy un negocio. Admiran la audacia de los creadores de compañías que confían en sus instintos, cuestionan las reglas, actúan con velocidad y aprovechan las tecnologías.
La llegada del espíritu emprendedor cambiará notablemente la forma en que las grandes empresas (las visionarias) contraten a su personal, dirijan y motiven en los próximos años.
En una economía donde el cambio es constante y las oportunidades cada vez menos frecuentes, las empresas valorarán mucho más el pensamiento independiente y el estilo que no teme ni correr riesgos ni tomar decisiones.
En las grandes empresas, para que una idea se concrete en acción debe ser expuesta en una propuesta, tratada y revisada luego en comisiones y reuniones. Por el contrario, aquellos que se animaron a crear su propia empresa casi siempre tienen una habilidad especial para abreviar pasos y para actuar con mucha decisión y poca supeditación a las órdenes de arriba.
Las famosas job descriptions, rígidas y plagadas de fórmulas, se volverán obsoletas y serán reemplazadas por lineamientos más flexibles que los empleados puedan expandir o modificar de acuerdo con sus habilidades o las necesidades del empleador. Esto comienza a ocurrir en el mercado laboral actual, donde los profesionales aprovechan su recuperada popularidad para dar nueva forma al empleo que desean. Los empleadores inteligentes crearán ambientes de trabajo favorables al crecimiento para atraer nuevos y talentosos empleados a demás de retener a sus propios empleados valiosos.
Pero no todos los intrapreneurs son ex emprendedores. Las empresas invitan a sus empleados más talentosos a comenzar nuevos negocios in-house.
Pitney Bowes, un importante fabricante de máquinas de oficina, dio a dos de sus empleados más antiguos el visto bueno para lanzar la Pitney Bowers Small Office Division, un lugar desde donde pudiera llegar al mercado de la pequeña oficina/oficina hogareña.
Xerox compró tanto la idea del emprendedor interno que dejó que una ejecutiva llamada Rose Fass lanza el Centro para la Transformación Organizacional de Xerox, donde se insta a los empleados a tener iniciativa.
Según estándares convencionales, su consejo es francamente subversivo: “No esperen a que les den permiso o que se abran las puertas que corresponden. Comiencen a hacer lo que quieren hacer desde donde estén.”
El acelerado avance del cambio va a forzar a las empresas con mentalidad de supervivencia a desmantelar sus pesadas y lentas burocracias organizadas verticalmente. En su lugar habilitarán líneas más ágiles de vía rápida para la aprobación y la acción. Habrá emprendedores en todos los niveles identificando oportunidades imposibles de ver en una cultura de acatamiento y sometimiento a la autoridad.
Conocidos en inglés como intrapreneurs, estos hombres y mujeres que hoy vuelven a emplearse en empresas ponen en el lugar en que trabajan, todo su espíritu independiente, innovador, toda su rapidez y flexibilidad.
Unos 450.000 trabajadores estadounidenses dejaron de trabajar por cuenta propia en los últimos 13 meses para ir a golpear a las puertas de las grandes empresas nacionales. La respuesta ha sido más que calurosa porque el país sufre su más bajo nivel de desempleo en 29 años.
Un estudio de la revista Inc. descubrió que 82% de los ejecutivos de empresas consideran que los pequeños emprendimientos constituyen un modelo de cómo se debe operar hoy un negocio. Admiran la audacia de los creadores de compañías que confían en sus instintos, cuestionan las reglas, actúan con velocidad y aprovechan las tecnologías.
La llegada del espíritu emprendedor cambiará notablemente la forma en que las grandes empresas (las visionarias) contraten a su personal, dirijan y motiven en los próximos años.
En una economía donde el cambio es constante y las oportunidades cada vez menos frecuentes, las empresas valorarán mucho más el pensamiento independiente y el estilo que no teme ni correr riesgos ni tomar decisiones.
En las grandes empresas, para que una idea se concrete en acción debe ser expuesta en una propuesta, tratada y revisada luego en comisiones y reuniones. Por el contrario, aquellos que se animaron a crear su propia empresa casi siempre tienen una habilidad especial para abreviar pasos y para actuar con mucha decisión y poca supeditación a las órdenes de arriba.
Las famosas job descriptions, rígidas y plagadas de fórmulas, se volverán obsoletas y serán reemplazadas por lineamientos más flexibles que los empleados puedan expandir o modificar de acuerdo con sus habilidades o las necesidades del empleador. Esto comienza a ocurrir en el mercado laboral actual, donde los profesionales aprovechan su recuperada popularidad para dar nueva forma al empleo que desean. Los empleadores inteligentes crearán ambientes de trabajo favorables al crecimiento para atraer nuevos y talentosos empleados a demás de retener a sus propios empleados valiosos.
Pero no todos los intrapreneurs son ex emprendedores. Las empresas invitan a sus empleados más talentosos a comenzar nuevos negocios in-house.
Pitney Bowes, un importante fabricante de máquinas de oficina, dio a dos de sus empleados más antiguos el visto bueno para lanzar la Pitney Bowers Small Office Division, un lugar desde donde pudiera llegar al mercado de la pequeña oficina/oficina hogareña.
Xerox compró tanto la idea del emprendedor interno que dejó que una ejecutiva llamada Rose Fass lanza el Centro para la Transformación Organizacional de Xerox, donde se insta a los empleados a tener iniciativa.
Según estándares convencionales, su consejo es francamente subversivo: “No esperen a que les den permiso o que se abran las puertas que corresponden. Comiencen a hacer lo que quieren hacer desde donde estén.”
El acelerado avance del cambio va a forzar a las empresas con mentalidad de supervivencia a desmantelar sus pesadas y lentas burocracias organizadas verticalmente. En su lugar habilitarán líneas más ágiles de vía rápida para la aprobación y la acción. Habrá emprendedores en todos los niveles identificando oportunidades imposibles de ver en una cultura de acatamiento y sometimiento a la autoridad.