Por eso es que esas decisiones que casi siempre tomamos al comenzar un nuevo año casi nunca se cumplen. Nos dejamos llevar por el entusiasmo del momento, todo el mundo brinda con champán y a medianoche, cuando los fuegos artificiales estallan en la cielo de la noche, todas esas metas parecen logrables.
Aun cuando logremos algunas de esas metal mal planeadas, la satisfacción que habíamos imaginado no alcanza para que nos sintamos satisfechos. Nos cuestionamos, muchas veces, si valía la pena iniciar el esfuerzo necesario para lograr eso que una vez nos pareció una buena idea.
A continuación, cinco cosas a considerar cuando fijamos metas para no sabotear el éxito:
- 1.Explorar nuestras propias necesidades
En primer lugar debemos analizar nuestros verdaderos deseos para de esa forma no ponernos objetivos sobre la base de influencias e externas o la necesidad de agradar a los demás. Deberíamos preguntarnos qué es lo que verdaderamente deseamos y qué nos hará felices.. Lo mejor es dejar que nuestras experiencias personales orienten nuestras decisiones y no tener miedo de empujar nuestros límites siempre un poco más allá. También tendremos que considerar el impacto a corto, mediano y largo plazo que una determinada meta tendrá en nuestras vidas. Hay que darse el tiempo necesario para fijar metas. Se trata de nuestra vida.
2. Tener en cuenta la influencia de la autoridad
La “influencia de la autoridad” se refiere a la forma en la cual podemos estar influenciados por las personas a quienes admiramos y así proponernos al proponernos un curso de acción. Muchas veces las decisiones que tomamos han sido subconscientemente inoculadas por personas con autoridad en nuestras vidas. Esto comienza en casa con nuestros padres, luego sigue con nuestros pares y maestros en los años de formación y luego se sigue desarrollando a través de mentores y expertos, jefes o ídolos durante la adultez. Es preciso que analicemos nuestros deseos profundamente. Hacernos preguntas y buscar respuestas en fuentes no predecibles. No necesitamos riqueza para vivir una vida plena e independiente. Aprovechemos cada oportunidad y busquemos nuevas experiencias Encontremos nuestra individualidad para aprovechar al máximo aquellos que nos hace únicos.
3. Evitar la falacia del costo ya invertido
Muchas veces caemos en la trampa de pensar que la inversión en tiempo y dinero ya hecha para lograr una meta específica se pierde si la cambiamos y nos sentimos obligados a terminar lo iniciado. Es posible cambiar de idea. Todo aprendizaje es valioso y todo l o que se haya invertido para lograr algo siempre vale la pena. Yodo es parte del proceso, aun si ha mostrado que estamos en el camino equivocado. Tratemos de ver el cuadro en todo su conjunto mientras simultáneamente nos enfocamos en las decisiones inmediatas que tomamos y vivir cada momento como viene. Cuando buscamos felicidad y satisfacción como fin último, el viaje que hacemos para llegar es apenas un detalle. El fin va a justificar los medios.
4. Metas versus estrategias
Debemos distinguir con claridad entre lo que deseamos y cómo lo vamos a lograr. El CEO de Thought Leadership Leverage, Peter Winick dice,
“La estrategia es un ejercicio en la resolución de problemas …….Las metas que sostienen la estrategia son fundamentales, pero las metas no resuelven problemas. Sólo son una medida del progreso”.
Los pasos y las decisiones que hacen falta para avanzar pueden separarse en metas y objetivos más chiquitos; todo contribuye al fin último fijado, pero no son metas en sí mismas. Las estrategias son las opciones que elegimos, los caminitos que tomamos para llegar a destino.
5. Tener auto-confianza y determinación
Fijarse metas puede ser una tarea intimidante y muchas veces queremos cosas tan difíciles de lograr que fracasamos casi desde el principio. El auto-sabotaje, la creación de limitaciones y la búsqueda de obstáculos y la fabricación de excusas impiden que logremos lo que nos propusimos. El error no sólo está en las metas sino en la estrategia. Cuando en cambio nos fijamos metas realistas que reflejan nuestros verdaderos deseos, las opciones que elegimos ocurren fácil y naturalmente. Si tenemos confianza en nosotros mismos y aprendemos a confiar en nuestros instinto haremos las elecciones adecuadas. Nunca nos debemos comparar con los demás sino mantener la vista fija en lo que buscamos.