lunes, 23 de diciembre de 2024

4 tipos de preguntas que arruinan una entrevista laboral

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Quien busca empleo se prepara arduamente para afrontar a su entrevistador o al encargado de RR.HH, pero a todos se nos pasan algunos detalles. Como estás cuatro preguntas que arruinan cualquier entrevista.

¿Qué es lo que peor que puede pasar en una entrevista de trabajo? Muchas cosas, pero una de las más comunes es que a la hora que el postulante le toca el turno de preguntas embarre las cosas. Durante toda la entrevista en el departamento de RR.HH estamos a la merced de la compañía, sólo durante el breve período en que nos toca preguntar se da vuelta el tablero y tenemos nosotros la responsabilidad de indagar en aspectos que son de nuestro interés. Pero las cosas pueden salir mal. A continuación cuatro categorías llenas de preguntas que nunca hay que hacer. 

 

Las preguntas “realmente no quiero este trabajo”

La primera categoría se compone de preguntas que nos hacen quedar como que realmente no queremos el trabajo o estamos dudando. Son preguntas que tiene el subtexto “esto no me gusta” impregnado por todos lados. Son del tipo “¿no tenemos que hacer tal tarea en esta empresa, verdad?” o “¿cuánto tiempo tardaré en ascender a tal cosa porque en realidad yo quiero trabajar en tal área?”. Si realmente no queremos hacer alguna tarea o nos interesa otra áreas deberíamos aplicar a esa área o buscar un trabajo que no implique realizar esas tareas. A veces toma la forma de “¿qué tanto trabajo puedo hacer desde casa?”.

 

Las preguntas “no investigué en profundidad la empresa/sector/compañía”

A veces pecamos de exceso. Cuando en una entrevista queremos impresionar a la persona que decide si entramos o no, solemos intentar hacer una pregunta muy específica sobre la compañía que en realidad no tiene demasiado que ver con nuestro potencial puesto o está directamente mal. Suelen preguntas de la forma “Leí que tal compañía del sector (que en realidad es la competencia) está desarrollando una aplicación importante. ¿Cómo afecta a mi puesto?” en realidad la compañía no desarrolla eso y la aplicación, si la conociéramos al menos superficialmente, sabríamos que no tiene nada que ver con nuestro puesto.

 

Las preguntas “mi anterior trabajo es drásticamente distinto a este”

Las comparaciones son odiosas. Por eso es un error preguntar acerca de la nueva empresa y el nuevo puesto en comparación con el anterior, en particular cuando las empresas son muy diferentes. Por ejemplo, si ingresamos a una nueva compañía con un presupuesto menor no es nada recomendable preguntar “Cuando trabaje en tal otra compañía tenía un presupuesto mayor ¿cómo podría negociar una mejor para este nuevo puesto?” porque simplemente estamos admitiendo que no sabemos manejar los números que sí maneja la empresa actualmente. También puede tomar la forma de “tal tarea nunca fue de mi agrado en la anterior compañía, ¿cuánto tiempo de mi día requiere hacerla en este puesto?” y es la mejor forma de cortar nuestro propio potencial.

 

Las preguntas “quiero impresionarlo como sea”

En esta categoría se agrupan todas las preguntas cuya única intención es demostrar que somos inteligentes y que sabemos de que hablamos. No tienen relevancia para nuestro puesto y simplemente suenan egocéntricas y presumidas. Por lo general incluyen meter forzosamente alguna palabra de moda en el ambiente de los negocios o una aplicación que está en fase alfa al mejor estilo “¿cómo integra su compañía tal técnica de marketing que nadie conoce y ni siquiera es tan eficaz?” Nunca falta que vengan acompañadas de algún nombre que oímos de pasada o googleamos cinco minutos antes de entrar a la entrevista. “¿Cómo manejan su CEO (cuyo nombre pronunciamos mal o lo confundimos) tal aspecto irrelevante de la compañía adversaria?”.

 

 

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