Un perfume llamado Yeslam

Yeslam es medio hermano de Osama, el terrorista más buscado del mundo. Saudita instalado en Europa desde los ‘80, se propone sacar toda una línea de artículos de lujo con su marca – Yeslam – y demostrar que no todos los Bin Ladin son iguales.

5 noviembre, 2004

Muchos antes del 11 de septiembre de 2001, Yeslam Bin Ladin acariciaba la idea de sacar un perfume y toda una línea de artículos de lujo (la mayoría de los miembros de la familia prefiere esa grafía a la terrorista “Bin Laden”).

En una entrevista que concedió a la prensa en el hotel Plaza Athénée de París, Yeslam explicó que Bin Ladin es un nombre muy respetado y muy antiguo en todo el Oriente Medio. Los acontecimientos del año 2001 lo llevaron a cambiar de marca y elegir su primer nombre, mucho más discreto. El texto de la publicidad dice que la fragancia trae “un profundo y a la vez sutil mensaje para todos los que buscan paz interior”. Su propósito, demostrar que no todos los Bin Ladin son iguales.

Yeslam Bin Ladin, explican quienes lo conocen, es una suerte de anti-Osama: profundamente materialista, disfruta de la vida y de su dinero: pinta, practica esquí, pilotea su propio avión, se pasea por Europa en un Porsche último modelo y juega tenis en Suiza.

Allá por los años ’70 trabajaba con la familia en una empresa de construcción, pero en 1984 se distanció con sus medio hermanos y se mudó a Suiza, donde fundó una empresa de inversiones. En el 2001 los negocios no iban bien y buscaba nuevo rumbo.

Su idea era crear una marca de lujo usando el nombre Bin Laden, todavía respetado a causa del éxito de su padre, aunque ya iba adquiriendo una triste notoriedad gracias a las actividades terroristas de su medio hermano. En marzo de 2001 registró la marca Bin Ladin en Suiza y en muchos otros países de Europa y el sudeste asiático. Estaba a punto de registrarla en Estados Unidos cuando llegó el 11 de septiembre. Ahora cree que ha llegado el momento de reanudar su proyecto.

En lugar del apellido completo, la marca lleva ahora las iniciales YB y su primer nombre, que significa “proteger” o “bendecir” en árabe.

Como maneja algunos asuntos financieros de la familia a través de empresas extraterritoriales – una conexión con Osama bin Laden – algunos investigadores suizos y franceses sospechan posibles lazos financieros con Al Qaeda. Yeslam lo niega, afirmando categóricamente que no ha vuelto a Arabia Saudita desde 1987 y que desde entonces no ve a Osama. En realidad, toda la familia repudió al terrorista desde que se negó a abandonar su campaña contra la familia real saudita, gracias a la cual el clan Bin Ladin amasó su fortuna.

Lujo asiático

Yeslam sueña con crear una marca comparable a las europeas que abarque desde pañuelos de seda hasta gel de baño. Para el perfume, contrató un experto italiano que vive en el sur de Francia, en la ciudad de Grasse.

Presentado en una convención en Cannes, el Yeslam estará para fin de año las tiendas europeas y asiáticas al precio de US$ 30 la onza.En algún momento – Bin Ladin no sabe cuándo – ambiciona lanzarlo en Estados Unidos.

Muchos antes del 11 de septiembre de 2001, Yeslam Bin Ladin acariciaba la idea de sacar un perfume y toda una línea de artículos de lujo (la mayoría de los miembros de la familia prefiere esa grafía a la terrorista “Bin Laden”).

En una entrevista que concedió a la prensa en el hotel Plaza Athénée de París, Yeslam explicó que Bin Ladin es un nombre muy respetado y muy antiguo en todo el Oriente Medio. Los acontecimientos del año 2001 lo llevaron a cambiar de marca y elegir su primer nombre, mucho más discreto. El texto de la publicidad dice que la fragancia trae “un profundo y a la vez sutil mensaje para todos los que buscan paz interior”. Su propósito, demostrar que no todos los Bin Ladin son iguales.

Yeslam Bin Ladin, explican quienes lo conocen, es una suerte de anti-Osama: profundamente materialista, disfruta de la vida y de su dinero: pinta, practica esquí, pilotea su propio avión, se pasea por Europa en un Porsche último modelo y juega tenis en Suiza.

Allá por los años ’70 trabajaba con la familia en una empresa de construcción, pero en 1984 se distanció con sus medio hermanos y se mudó a Suiza, donde fundó una empresa de inversiones. En el 2001 los negocios no iban bien y buscaba nuevo rumbo.

Su idea era crear una marca de lujo usando el nombre Bin Laden, todavía respetado a causa del éxito de su padre, aunque ya iba adquiriendo una triste notoriedad gracias a las actividades terroristas de su medio hermano. En marzo de 2001 registró la marca Bin Ladin en Suiza y en muchos otros países de Europa y el sudeste asiático. Estaba a punto de registrarla en Estados Unidos cuando llegó el 11 de septiembre. Ahora cree que ha llegado el momento de reanudar su proyecto.

En lugar del apellido completo, la marca lleva ahora las iniciales YB y su primer nombre, que significa “proteger” o “bendecir” en árabe.

Como maneja algunos asuntos financieros de la familia a través de empresas extraterritoriales – una conexión con Osama bin Laden – algunos investigadores suizos y franceses sospechan posibles lazos financieros con Al Qaeda. Yeslam lo niega, afirmando categóricamente que no ha vuelto a Arabia Saudita desde 1987 y que desde entonces no ve a Osama. En realidad, toda la familia repudió al terrorista desde que se negó a abandonar su campaña contra la familia real saudita, gracias a la cual el clan Bin Ladin amasó su fortuna.

Lujo asiático

Yeslam sueña con crear una marca comparable a las europeas que abarque desde pañuelos de seda hasta gel de baño. Para el perfume, contrató un experto italiano que vive en el sur de Francia, en la ciudad de Grasse.

Presentado en una convención en Cannes, el Yeslam estará para fin de año las tiendas europeas y asiáticas al precio de US$ 30 la onza.En algún momento – Bin Ladin no sabe cuándo – ambiciona lanzarlo en Estados Unidos.

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