Kinderinsel (en alemán, “la isla de los niños”) emplea a educadoras con experiencia que ofrecen a los niños atención, cuidado y experiencias divertidas que incluyen artes, manualidades, música y visitas a museos, estudios de filmación y otros lugares interesantes.
Los padres que necesitan ausentarse por un fin de semana pueden anotar a sus hijos por un “curso en la isla”, que es un fin de semana lleno de entretenimientos que combinan desarrollo personal con juegos y programas especiales, como una noche egipcia o una fiesta de disfraces con hadas, brujas y magos.
Los huéspedes de este hotel tienen entre 0 y 14 años de edad, llegan de todas partes del mundo y pueden quedarse desde un mínimo de tres horas hasta un máximo de tres semanas.
La idea del negocio, en este mundo actual que funciona 24/7 (24 horas al día los 7 días de la semana) tiene muchas posibilidades de éxito, especialmente si se la combina, como en este caso, con una buena dosis de creatividad y desarrollo infantil.
El plan de negocios del Kinderinsel fue ganador en la competencia de 1999 del Investitionsbank de Berlín. Fue fundado en marzo de 2000 y en diciembre de ese año, se instaló en su domicilio actual, en el corazón más antiguo de la ciudad. Debido a su éxito, pronto habrá Kinderinsels en Hamburgo, Frankfurt y Munich.
Un emprendimiento similar abrirá pronto en Auckland, Nueva Zelanda. En realidad, cualquier gran ciudad del mundo podría hacerle lugar a un hotel infantil, o se trata de una idea interesante como adicional para hoteles existentes, que atiendan tanto a residentes como a locales.
Kinderinsel (en alemán, “la isla de los niños”) emplea a educadoras con experiencia que ofrecen a los niños atención, cuidado y experiencias divertidas que incluyen artes, manualidades, música y visitas a museos, estudios de filmación y otros lugares interesantes.
Los padres que necesitan ausentarse por un fin de semana pueden anotar a sus hijos por un “curso en la isla”, que es un fin de semana lleno de entretenimientos que combinan desarrollo personal con juegos y programas especiales, como una noche egipcia o una fiesta de disfraces con hadas, brujas y magos.
Los huéspedes de este hotel tienen entre 0 y 14 años de edad, llegan de todas partes del mundo y pueden quedarse desde un mínimo de tres horas hasta un máximo de tres semanas.
La idea del negocio, en este mundo actual que funciona 24/7 (24 horas al día los 7 días de la semana) tiene muchas posibilidades de éxito, especialmente si se la combina, como en este caso, con una buena dosis de creatividad y desarrollo infantil.
El plan de negocios del Kinderinsel fue ganador en la competencia de 1999 del Investitionsbank de Berlín. Fue fundado en marzo de 2000 y en diciembre de ese año, se instaló en su domicilio actual, en el corazón más antiguo de la ciudad. Debido a su éxito, pronto habrá Kinderinsels en Hamburgo, Frankfurt y Munich.
Un emprendimiento similar abrirá pronto en Auckland, Nueva Zelanda. En realidad, cualquier gran ciudad del mundo podría hacerle lugar a un hotel infantil, o se trata de una idea interesante como adicional para hoteles existentes, que atiendan tanto a residentes como a locales.












