Toyota, BP y GS, tres casos de reputación mal manejada

Dale Carnegie dictaminó que “toda publicidad es buena”. Pero los desastres sucedidos a Toyota, British Petroleum o Goldman Sachs, firmas que “cuidaban al extremo cada imagen institucional, desmienten terminantemente el aserto”, apunta Peter Goodman.

6 septiembre, 2010

<p>Los tres constituyeron &ldquo;veras implosiones de reputaci&oacute;n&rdquo;, sostiene Howard Rubinstein, un prestigioso experto en relaciones p&uacute;blicas. A su criterio, la banca y las dos empresas &ldquo;sufrieron ataques de caracter&iacute;sticas similares, da&ntilde;inos para sus marcas o identidades. Examinarlos ser&aacute; fuente de an&aacute;lisis y sacar&aacute; a luz errores que deber&aacute;n ponerse en evidencia y luego evitarse&rdquo;.<br />
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Varios expertos opinan que las tres firmas agravaron problemas prexistentes por no respetar una regla de oro: &ldquo;cuando las cosas van mal, debe expon&eacute;rselas de inmediato pues, de lo contrario &ndash;apunta Goodman- y se ingresa a una fase de deterioro en credibilidad dif&iacute;cil de revertir&rdquo;.<br />
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En suma, Toyota, BP y GS exacerbaron cada situaci&oacute;n resisti&eacute;ndose&nbsp; a confesar. En su lugar, culparon a terceros o adoptaron actitudes negativas ante la opini&oacute;n p&uacute;blica, el mercado y los medios. Lo malo, seg&uacute;n James Donnelly (Ketchum, gigante en RR.PP), es que &ldquo;nunca se habla de quienes se manejan bien. Pero las complicaciones llaman al punto la atenci&oacute;n y dejan claro que Carnegie no ten&iacute;a raz&oacute;n: la mala publicidad no siempre es deseable.<br />
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Eric Dezenhall, ex asesor comunicacional bajo George W.Bush, afirma que <br />
&ldquo;las estrategias convencionales son in&uacute;tiles si las circunstancias resultan muy desagradables. Cuando eso ocurre, la mejor opci&oacute;n en RR.PP. ser&aacute; sencillamente absorber el golpe y volver a la normalidad. Sin duda, cosas como la hipocres&iacute;a y el rid&iacute;culo son arduas de superar&rdquo;.<br />
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Todos esos analistas coinciden en que British Petroleum marcha al frente en materia de papelones. &ldquo;Fue una de las peores pol&iacute;ticas de RR.PP. que he visto en 56 a&ntilde;os de actividad&rdquo;, se&ntilde;ala Rubinstein. Anthony Hayward, hoy ex director ejecutivo, apel&oacute; a todas las excusas disponibles para no admitir una cat&aacute;strofe que empez&oacute; con once muertos&rdquo;.<br />
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Toyota estaba en mejor posici&oacute;n, indican los expertos consultados. Pero la mayor automotriz mundial ten&iacute;a (&iquest;o tiene?) estereotipos culturales r&iacute;gidos y una conducci&oacute;n de tipo familiar. Mientras tanto, Goldman Sachs es un ejemplo contrario a los otros casos. Como dice Donnelly, &ldquo;si hubo p&aacute;nico durante la crisis sist&eacute;mica de 2007/09, la banca lo ocult&oacute;. No obstante, lo hizo a tal punto que, ahora, encarna la hipocres&iacute;a t&iacute;pica de Wall Street&rdquo;. Especialmente, tras revelarse que enga&ntilde;&oacute; durante ocho a&ntilde;os del Banco Central Europeo sobre las cuentas de Grecia.<br />
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En julio, GS pag&oacute; una multa de US$ 550 millones para arreglar con complaciente secretaria de hacienda norteamericana un proceso por estafa. Su presidente ejecutivo, el imperturbable Lloyd Blankfein., declar&oacute; que &ldquo;la banca hace el trabajo de dios&rdquo;. <br />
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