Tácticas de aprendizaje

En un reciente libro, David Garbin ofrece herramientas valiosas en temas como la delineación de los pasos de los tres tipos de aprendizaje corporativo.

11 septiembre, 2000

David Garvin, ganador en tres oportunidades del premio McKinsey Award, que se otorga al mejor artículo de la publicación Harvard Business Review, acaba de publicar un libro (Learning in Action, Harvard Business School Press) que transforma teorías de aprendizaje en herramientas prácticas para aplicar al terreno corporativo.

Preciso y accesible, este texto probablemente sea el único modelo que elijan los directivos para poner en funcionamiento una organización de aprendizaje.

Las empresas de hoy en día necesitan saber más acerca de los procesos de aprendizaje, dice Garvin.

La mayoría de los altos directivos ya saben que los grupos de focalización y las encuestas al consumidor son importantes herramientas de aprendizaje.

No obstante, este libro detalla el camino para lograr que estas herramientas resulten efectivas para la empresa.

A partir de extensos estudios de casos que reafirman el sentido práctico que predomina en este texto, Garvin obsequia valiosas sugerencias para aplicar a las organizaciones del tercer milenio.

En Learning in Action, Garvin comienza por identificar los pasos básicos del proceso de aprendizaje: es decir, adquirir, interpretar y aplicar conocimiento.

Asimismo, se refiere a las “discapacidades generales en el aprendizaje” que impiden que la organización incorpore las técnicas de aprendizaje.

Por eso, ofrece algunos pasos básicos que sirven para crear entornos de apoyo para el aprendizaje como feedback oportuno.

Garvin introduce al núcleo del libro a través de la presentación general del proceso típico de aprendizaje.

En otras palabras, explica cómo implementar los tres tipos principales de aprendizaje: inteligencia, experiencia y experimentación.

Según asegura el autor, cada uno de estos tipos de aprendizaje presenta una orientación diferente.

La acumulación de inteligencia está concentrada en el presente, en destapar y utilizar la información que está disponible.

Garvin describe el proceso de búsqueda, investigación u observación que puede utilizar cada empresa para adquirir información pertinente y práctica según sus necesidades.

Como ejemplo, hace referencia al sistema extensivo de L. L. Bean para obtener feedback del cliente y así demuestra el potencial de los procesos de búsqueda, elaborados con cuidado y creatividad.

El aprendizaje de la experiencia se basa en el pasado: cómo aprender de la experiencia pasada.

Las empresas deben diseñar procesos que apunten a la reflexión y la revisión sistemática. Además, deben aprender a partir de problemas reales o simulados.

El último paso para el aprendizaje es la experimentación, localizada en el futuro. El autor aborda los dos tipos de experimentos que más interesan a los altos directivos: los experimentos de exploración –especialmente cuando la empresa se adentra en terrenos desconocidos o inciertos– y los experimentos de prueba de hipótesis.

Para finalizar, menciona los problemas para lograr un buen aprendizaje.

En síntesis, los lectores encontrarán herramientas valiosas en temas como la delineación de los pasos de los tres tipos de aprendizaje corporativo, así como también, en los estudios de casos detallados y repletos de ejemplos vanguardistas.

David Garvin, ganador en tres oportunidades del premio McKinsey Award, que se otorga al mejor artículo de la publicación Harvard Business Review, acaba de publicar un libro (Learning in Action, Harvard Business School Press) que transforma teorías de aprendizaje en herramientas prácticas para aplicar al terreno corporativo.

Preciso y accesible, este texto probablemente sea el único modelo que elijan los directivos para poner en funcionamiento una organización de aprendizaje.

Las empresas de hoy en día necesitan saber más acerca de los procesos de aprendizaje, dice Garvin.

La mayoría de los altos directivos ya saben que los grupos de focalización y las encuestas al consumidor son importantes herramientas de aprendizaje.

No obstante, este libro detalla el camino para lograr que estas herramientas resulten efectivas para la empresa.

A partir de extensos estudios de casos que reafirman el sentido práctico que predomina en este texto, Garvin obsequia valiosas sugerencias para aplicar a las organizaciones del tercer milenio.

En Learning in Action, Garvin comienza por identificar los pasos básicos del proceso de aprendizaje: es decir, adquirir, interpretar y aplicar conocimiento.

Asimismo, se refiere a las “discapacidades generales en el aprendizaje” que impiden que la organización incorpore las técnicas de aprendizaje.

Por eso, ofrece algunos pasos básicos que sirven para crear entornos de apoyo para el aprendizaje como feedback oportuno.

Garvin introduce al núcleo del libro a través de la presentación general del proceso típico de aprendizaje.

En otras palabras, explica cómo implementar los tres tipos principales de aprendizaje: inteligencia, experiencia y experimentación.

Según asegura el autor, cada uno de estos tipos de aprendizaje presenta una orientación diferente.

La acumulación de inteligencia está concentrada en el presente, en destapar y utilizar la información que está disponible.

Garvin describe el proceso de búsqueda, investigación u observación que puede utilizar cada empresa para adquirir información pertinente y práctica según sus necesidades.

Como ejemplo, hace referencia al sistema extensivo de L. L. Bean para obtener feedback del cliente y así demuestra el potencial de los procesos de búsqueda, elaborados con cuidado y creatividad.

El aprendizaje de la experiencia se basa en el pasado: cómo aprender de la experiencia pasada.

Las empresas deben diseñar procesos que apunten a la reflexión y la revisión sistemática. Además, deben aprender a partir de problemas reales o simulados.

El último paso para el aprendizaje es la experimentación, localizada en el futuro. El autor aborda los dos tipos de experimentos que más interesan a los altos directivos: los experimentos de exploración –especialmente cuando la empresa se adentra en terrenos desconocidos o inciertos– y los experimentos de prueba de hipótesis.

Para finalizar, menciona los problemas para lograr un buen aprendizaje.

En síntesis, los lectores encontrarán herramientas valiosas en temas como la delineación de los pasos de los tres tipos de aprendizaje corporativo, así como también, en los estudios de casos detallados y repletos de ejemplos vanguardistas.

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