Securitización y valoración de activos intangibles y marcas

Las securitizaciones de marcas han alcanzado un mayor volumen recientemente. La aceptación de los métodos de valoración de marcas y la consolidación de los derechos marcarios han impulsado la securitización de las mismas.

14 marzo, 2006

En 1997 David Bowie emitió sus famosos “Bonos Bowie” a través
de los cuales recaudó US$55 millones respaldados por los ingresos de
royalty futuros provenientes de sus derechos de propiedad intelectual. Para
la emisión de estos bonos se aplicó una vieja técnica financiera
conocida como securitización a una nueva clase de activo: la propiedad
intelectual. Esta técnica se ha extendido también a marcas y patentes
y se pronostica un fuerte crecimiento de la misma a medida que corporaciones
e individuos busquen formas de incrementar su liquidez con un bajo coste de
financiamiento.

En los mercados desarrollados, las corporaciones son cada vez más conscientes
del valor de sus activos de propiedad intelectual (marcas, copyrights, patentes),
y de la necesidad de emplear herramientas de valoración que puedan adecuadamente
capturar ese valor. Numerosos estudios han evidenciado la creciente importancia
de los intangibles en el tiempo . Según un estudio realizado por Brand
Finance, los activos intangibles representan entre el 60% y el 75% del valor
de capitalización de los principales índices bursátiles
(Ver Figura 1). Esta proporción se ha incrementado dramáticamente
en los últimos 20 años, lo que se hace evidente al observar la
brecha creciente entre el valor libros y el valor de mercado de distintos índices.
Por ejemplo, el Múltiplo de Valor de Mercado a Valor Libros del índice
S&P 500 ha aumentado de 1,3 en los 1980s a 4,6 en Julio de 2004 (ver Figura
2). Esto significa que los activos tangibles registrados en los balances de
estas 500 compañías que representaban el 75% de su valor de mercado
a principios de los 80´s, ahora explican menos del 22% de su valor de
mercado.

Esta migración de valor tangible a intangible ha sido acompañada
de una creciente utilización de los activos intangibles, incluyendo las
marcas, como avales de operaciones crediticias. La utilización de Propiedad
Intelectual como aval, todavía representa una pequeña proporción
del mercado total de ABS (Asset-Backed Securitizations), pero recientemente
han tenido lugar transacciones muy relevantes sobre nombres de marca muy conocidos.

A pesar del creciente reconocimiento de la relevancia de los activos intangibles
en la generación de valor, las herramientas de gestión y control
de los mismos se encuentran en un estado muy incipiente de desarrollo. En 2003,
Accenture realizó una encuesta entre 210 altos directivos a nivel global
para indagar sobre el estado del arte en relación a la gestión
de intangibles. El 96% los entrevistados afirmaron que la gestión de
intangibles es uno de los tres factores más importantes para el éxito
de una compañía, pero sólo un 5% habían implementado
un sistema robusto para medir y comparar el desempeño de los mismos.
El coste de esta negligencia puede ser muy alto. Según el economista
Leonard Nakamura, los activos intangibles están infravalorados por los
mercados de capitales debido a la insuficiente información que las corporaciones
brindan sobre los mismos .

La información mejora la exactitud de la valoración de las compañías
y sus activos. Por ello, muchos especialistas en securitización creen
que la información provista por las herramientas de valoración
está descubriendo el valor oculto de la propiedad intelectual. Los inversores
estarán dispuestos a invertir en activos de propiedad intelectual securitizados
en tanto y en cuanto conozcan sus atributos específicos. Por eso, a medida
que las compañías reporten información sobre los intangibles
de manera más consistente, la securitización de Propiedad Intelectual
será tan común como las basadas en hipotecas y en otros activos
financieros.

¿Qué es la securitización de la Propiedad Intelectual?

La securitización de la Propiedad Intelectual (PI) es una técnica
financiera por la cual una compañía transfiere derechos de cobro
futuros sobre la propiedad intelectual (por ejemplo, royalties) a una
entidad independiente que a su vez emite títulos para el mercado de capitales
y transfiere los fondos recaudados a los propietarios de la Propiedad Intelectual.
La clave de esta práctica es que la fuente de “repago” del
crédito se separa de la compañía que obtiene el préstamo
(originadora). El objetivo es minimizar los efectos adversos sobre los inversores
en caso de que el originador quebrase. Por ello, la entidad originadora vende
ciertos activos a una nueva entidad conocida como “sociedad instrumental”
ó SPV (“special-purpose vehicle“). La misma representa
a los inversores y es independiente del originador a fin de lograr que el riesgo
de bancarrota no afecte la transferencia de activos. Para ello la venta se estructura
de manera tal que los activos vendidos no serán parte de la quiebra del
originador en caso de que se diera tal situación.

Esta técnica ofrece numerosos beneficios para los propietarios: no se
pierde el control sobre los activos de PI, se pueden obtener mayores montos,
menores plazos y tasas de interés más reducidas que los que se
obtendrían con un préstamo bancario tradicional. A su vez, el
rating crediticio de la securitización puede ser superior al de su originador
debido a la calidad de los activos securitizados. Por su parte, los inversores
invierten en un nicho que puede adecuarse mejor a su perfil de riesgo y horizonte
temporal, diversificándose hacia un sector que no tiene una gran representación
en el mundo de la renta fija.

Origen y evolución de la securitización de activos de PI

La securitización de activos financieros comenzó en los 60 con
los ingresos provenientes de tarjetas de crédito, se extendió
en los 80 a hipotecas y en los 90, a los activos intangibles con los “bonos
Bowie”. David Bowie, en 1997, emitió bonos avalados por los royalties
de 25 de sus álbumes. Con esta operación, estructurada por el
Grupo Pullman, el artista británico reunió $55 millones que utilizó
para resolver un conflicto fiscal con las autoridades británicas.

Pero las transacciones de securitización basadas en derechos musicales
que inauguraron la Propiedad Intelectual como un activo securitizable se han
extendido recientemente a los derechos cinematográficos, expresiones
artísticas y literarias, marcas y patentes. De hecho, el tamaño
del mercado americano de securitización de royalties se multiplicó
por 6 entre 1997 y 2002.

La creciente mejora y aceptación de los métodos de valoración
de la propiedad intelectual por parte de autoridades e inversores, así
como el crecimiento del mercado de royalties global que ya en 2003 se estimaba
en $10.000 millones de dólares , ha incrementado el potencial de este
mercado.

De todas maneras, el potencial para la securitización depende del activo
de propiedad intelectual del que estemos hablando.


Securitización de derechos musicales

Una de las grandes fortalezas de la securitización de derechos musicales,
particularmente los catálogos con “hits” clásicos es
que no están sujetos a obsolescencia. En el año 2001, la compañía
británica Chrysalis securitizó su catálogo completo que
incluía ingresos originados por más de 35.000 “copyrights”,
por £60 millones.

Una canción puede producir más ingresos en el tiempo debido al
uso, nuevas audiencias, crecimiento de la población mundial u otros factores
que puedan expandir su corriente de ingresos. Una película o show televisivo
generalmente reducirá su valor en el tiempo. Según David Pullman,
un trader de bonos que estructuró la securitización de
los derechos de James Brown, la canción “I Feel Good” genera
más ingresos hoy que en 1966. Entre los riesgos específicos de
las securitizaciones avaladas por royalties musicales encontramos: el cambio
en los gustos de los consumidores, acciones del propio artista que puedan afectar
la corriente de ingresos y la piratería.


Securitización de derechos televisivos y cinematográficos

Con el tiempo, se hizo evidente que utilizar derechos musicales para la securitización
no era tan óptimo como utilizar otro tipo de derechos ya que los ingresos
no eran tan predecibles como otras formas de licencia y están muy fragmentados
entre distintos beneficiarios. En cambio, los derechos cinematográficos
o televisivos son propiedad casi exclusiva de los grandes estudios y pueden
agruparse.

El beneficio de agregar las corrientes de royalty para la securitización
es que la diversificación reduce el riesgo de que los malos resultados
de cualquiera de estos flujos de caja provoque la quiebra. Justamente, la categoría
de derechos de cine y TV es la más exitosa porque los resultados de una
cartera de ingresos futuros de películas es generalmente predecible y
estable, con un pequeño número de éxitos consistentes y
una vasta mayoría de películas que sólo generan ingresos
modestos.

Así, por ejemplo, en 1992, Disney emitió un bono de US$400m que
ofrecía a los inversores un retorno vinculado a las ganancias de una
cartera de futuras películas. Los mercados demostraron tal confianza
en la marca Disney que un banquero japonés llegó a afirmar que
Mickey Mouse tenía un riesgo menor que el gobierno americano .

Diez años después, Dreamworks LLC obtuvo US$1.000 millones respaldados
con una cartera de 37 películas producidas o planificadas por el estudio,
con el fin de incrementar la capacidad de producción del estudio. DreamWorks
transfirió los derechos de las 37 películas a una compañía
separada denominada DreamWorks Funding. Estas películas incluyen Gladiator,
Shrek, American Beauty y Saving Private Ryan. Los royalties en exceso de los
pagos debidos son transferidos de DreamWorks Funding a DreamWorks.

Vivendi Universal Entertainment, completó en 2003 un préstamo
de US$950 millones con un consorcio de bancos respaldado en su mayor parte con
derechos de distribución y royalties que Vivendi esperaba generar de
la venta de videos y de la emisión de películas que había
producido (incluyendo 121 películas estrenadas desde 1995) o podía
producir en el futuro.

En el mismo año, el Estudio Cinematográfico Australiano Village
Roadshow estableció un préstamo avalado por los ingresos provenientes
de derechos de distribución de las secuelas aún no estrenadas
de The Matrix, Ocean´s Eleven, y Cats and Dogs, entre otros.

Securitización de patentes

Esta categoría de activos securitizables es la menos popular debido
a diversos factores:
1. La dificultad de agrupar pagos de royalties por patentes, lo que incrementa
el riesgo único. Por ejemplo, la Universidad de Yale securitizó
la corriente de flujos de caja asociada con una única patente que protegía
la droga para el sida Zerit. Cuando las ventas de Zerit resultaron mucho más
bajas de lo previsto, una porción significativa del flujo de caja requerida
para garantizar la transacción no se materializó. Como resultado,
la transacción fracasó. Un año más tarde, cuando
se realizó una segunda securitización que incluía royalties
de patentes correspondientes a 13 drogas diferentes, propiedad de distintas
compañías, se generaron más de $225 millones y se pudieron
cubrir las obligaciones.
2. La inestabilidad de los ingresos por patentes. La inversión y el tiempo
necesario para crear una patente puede ser significativo, pero los retornos
son generalmente muy volátiles. Por ejemplo, Viagra no cumplió
con las expectativas de ventas iniciales, por lo tanto, cualquier securitización
que hubiese estado basada en las expectativas iniciales que rodearon su lanzamiento
habría resultado un fracaso.
3. La falta de “singularidad” del activo: Según Pullman, “Una
canción de James Brown es más única que una patente”.

Securitización de marcas

Las securitizaciones de marcas han alcanzado un mayor volumen recientemente.
La aceptación de los métodos de valoración de marcas y
la consolidación de los derechos marcarios han impulsado la securitización
de las mismas.

Por ejemplo, Guess Inc., securitizó una corriente de royalties de 14
acuerdos de licencia -12 domésticos y 2 internacionales- por US$ 75 millones.
El emisor de los títulos era “Guess Royalty Finance LLC”, una
“sociedad instrumental” creada para el propósito de la securitización.
La transacción resultó muy exitosa debido a la trayectoria de
la marca en la industria y la capacidad de la compañía de respaldar
la transacción con otras licencias si fuese necesario (Guess tiene 21
acuerdos de licencia en total).

En agosto de 2003 Athlete´s Foot completó la primera securitización
sobre los ingresos de una franquicia. El bono se vendió por $40 millones
de dólares aproximadamente.

En agosto de 2002, Candie´s Inc. obtuvo $20 millones por la securitización
de las marcas Candie´s y Bongo orientadas al mercado femenino joven de
calzado y accesorios. Los bonos fueron emitidos por IP Holdings LLC, una subsidiaria
100% propiedad de Candie´s, con un interés fijo de 7,93% a 7 años.

Etapas de una securitización de PI

1. Definir el activo y su propiedad
Siempre es importante determinar quién es el propietario del activo y
qué otros activos pueden ser necesarios para explotar la propiedad intelectual.
Por ejemplo, si el nombre de marca Coca Cola se securitizase, por sí
mismo no sería suficiente, ya que el nombre sin la fórmula tendría
un valor más reducido. El propietario necesita así entender que
otros activos intangibles puede necesitar el inversor para explotar la Propiedad
Intelectual en caso de ser necesario.

2. Modelización y estimación del valor
Para evaluar la fortaleza y proyectar los flujos de caja futuros del activo
intangible a securitizar, en general, se tiene en cuenta la información
histórica, el tiempo en el mercado, la diversificación, y el conocimiento
de la propiedad intelectual entre otros (Ver Cuadro 1).

3.Transferir los activos a una “sociedad instrumental” independiente
La transferencia de los activos de Propiedad Intelectual a una “sociedad
instrumental” ó SPV permite preservar el valor del activo.

4. Asegurar la gestión de los activos transferidos
Para asegurarse de que los activos intangibles continúan generando royalties,
la “sociedad instrumental” a la que se transfieren los activos debe
ser esponsable de su gestión y explotación vía nuevas transacciones
de licencias, control de la violación de los derechos por terceras partes
no autorizadas, etc.


¿Cómo obtener mejores condiciones crediticias en operaciones respaldadas
por activos intangibles?

En la “nueva economía” donde se ha producido una migración
de valor de activos tangibles a intangibles, es lógico que estos últimos
se utilicen cada vez más como avales. La mayor aceptación de los
métodos de medición y estimación de su valor, ha popularizado
la aplicación de técnicas financieras como la securitización
a los activos intangibles. Para maximizar el valor en este tipo de operaciones,
los CFOs deben intentar obtener el menor coste de financiamiento y las mejores
condiciones de repago. Para ello, deben ser capaces de probar la fortaleza y
el valor de sus activos intangibles.

Para la mejor valoración económica de nuestros activos intangibles
con fines crediticios es necesario implementar sistemas de medición y
control periódicos que nos permitan detectar la contribución de
los activos intangibles a la creación de valor. La falta de estos sistemas
pueden provocar la pérdida de valiosísimas oportunidades de ahorro
ó financiaciones ventajosas.

Por Gabriela Salinas
Managing Director, Brand Finance Iberia
A member of TheBrandPartners
g.salinas@thebrandpartners.com

Sobre la autora:

Gabriela Salinas es Directora General de Brand Finance Iberia, A Member of
TheBrandPartners. Puede ser contactada en
g.salinas@thebrandpartners.com

En 1997 David Bowie emitió sus famosos “Bonos Bowie” a través
de los cuales recaudó US$55 millones respaldados por los ingresos de
royalty futuros provenientes de sus derechos de propiedad intelectual. Para
la emisión de estos bonos se aplicó una vieja técnica financiera
conocida como securitización a una nueva clase de activo: la propiedad
intelectual. Esta técnica se ha extendido también a marcas y patentes
y se pronostica un fuerte crecimiento de la misma a medida que corporaciones
e individuos busquen formas de incrementar su liquidez con un bajo coste de
financiamiento.

En los mercados desarrollados, las corporaciones son cada vez más conscientes
del valor de sus activos de propiedad intelectual (marcas, copyrights, patentes),
y de la necesidad de emplear herramientas de valoración que puedan adecuadamente
capturar ese valor. Numerosos estudios han evidenciado la creciente importancia
de los intangibles en el tiempo . Según un estudio realizado por Brand
Finance, los activos intangibles representan entre el 60% y el 75% del valor
de capitalización de los principales índices bursátiles
(Ver Figura 1). Esta proporción se ha incrementado dramáticamente
en los últimos 20 años, lo que se hace evidente al observar la
brecha creciente entre el valor libros y el valor de mercado de distintos índices.
Por ejemplo, el Múltiplo de Valor de Mercado a Valor Libros del índice
S&P 500 ha aumentado de 1,3 en los 1980s a 4,6 en Julio de 2004 (ver Figura
2). Esto significa que los activos tangibles registrados en los balances de
estas 500 compañías que representaban el 75% de su valor de mercado
a principios de los 80´s, ahora explican menos del 22% de su valor de
mercado.

Esta migración de valor tangible a intangible ha sido acompañada
de una creciente utilización de los activos intangibles, incluyendo las
marcas, como avales de operaciones crediticias. La utilización de Propiedad
Intelectual como aval, todavía representa una pequeña proporción
del mercado total de ABS (Asset-Backed Securitizations), pero recientemente
han tenido lugar transacciones muy relevantes sobre nombres de marca muy conocidos.

A pesar del creciente reconocimiento de la relevancia de los activos intangibles
en la generación de valor, las herramientas de gestión y control
de los mismos se encuentran en un estado muy incipiente de desarrollo. En 2003,
Accenture realizó una encuesta entre 210 altos directivos a nivel global
para indagar sobre el estado del arte en relación a la gestión
de intangibles. El 96% los entrevistados afirmaron que la gestión de
intangibles es uno de los tres factores más importantes para el éxito
de una compañía, pero sólo un 5% habían implementado
un sistema robusto para medir y comparar el desempeño de los mismos.
El coste de esta negligencia puede ser muy alto. Según el economista
Leonard Nakamura, los activos intangibles están infravalorados por los
mercados de capitales debido a la insuficiente información que las corporaciones
brindan sobre los mismos .

La información mejora la exactitud de la valoración de las compañías
y sus activos. Por ello, muchos especialistas en securitización creen
que la información provista por las herramientas de valoración
está descubriendo el valor oculto de la propiedad intelectual. Los inversores
estarán dispuestos a invertir en activos de propiedad intelectual securitizados
en tanto y en cuanto conozcan sus atributos específicos. Por eso, a medida
que las compañías reporten información sobre los intangibles
de manera más consistente, la securitización de Propiedad Intelectual
será tan común como las basadas en hipotecas y en otros activos
financieros.

¿Qué es la securitización de la Propiedad Intelectual?

La securitización de la Propiedad Intelectual (PI) es una técnica
financiera por la cual una compañía transfiere derechos de cobro
futuros sobre la propiedad intelectual (por ejemplo, royalties) a una
entidad independiente que a su vez emite títulos para el mercado de capitales
y transfiere los fondos recaudados a los propietarios de la Propiedad Intelectual.
La clave de esta práctica es que la fuente de “repago” del
crédito se separa de la compañía que obtiene el préstamo
(originadora). El objetivo es minimizar los efectos adversos sobre los inversores
en caso de que el originador quebrase. Por ello, la entidad originadora vende
ciertos activos a una nueva entidad conocida como “sociedad instrumental”
ó SPV (“special-purpose vehicle“). La misma representa
a los inversores y es independiente del originador a fin de lograr que el riesgo
de bancarrota no afecte la transferencia de activos. Para ello la venta se estructura
de manera tal que los activos vendidos no serán parte de la quiebra del
originador en caso de que se diera tal situación.

Esta técnica ofrece numerosos beneficios para los propietarios: no se
pierde el control sobre los activos de PI, se pueden obtener mayores montos,
menores plazos y tasas de interés más reducidas que los que se
obtendrían con un préstamo bancario tradicional. A su vez, el
rating crediticio de la securitización puede ser superior al de su originador
debido a la calidad de los activos securitizados. Por su parte, los inversores
invierten en un nicho que puede adecuarse mejor a su perfil de riesgo y horizonte
temporal, diversificándose hacia un sector que no tiene una gran representación
en el mundo de la renta fija.

Origen y evolución de la securitización de activos de PI

La securitización de activos financieros comenzó en los 60 con
los ingresos provenientes de tarjetas de crédito, se extendió
en los 80 a hipotecas y en los 90, a los activos intangibles con los “bonos
Bowie”. David Bowie, en 1997, emitió bonos avalados por los royalties
de 25 de sus álbumes. Con esta operación, estructurada por el
Grupo Pullman, el artista británico reunió $55 millones que utilizó
para resolver un conflicto fiscal con las autoridades británicas.

Pero las transacciones de securitización basadas en derechos musicales
que inauguraron la Propiedad Intelectual como un activo securitizable se han
extendido recientemente a los derechos cinematográficos, expresiones
artísticas y literarias, marcas y patentes. De hecho, el tamaño
del mercado americano de securitización de royalties se multiplicó
por 6 entre 1997 y 2002.

La creciente mejora y aceptación de los métodos de valoración
de la propiedad intelectual por parte de autoridades e inversores, así
como el crecimiento del mercado de royalties global que ya en 2003 se estimaba
en $10.000 millones de dólares , ha incrementado el potencial de este
mercado.

De todas maneras, el potencial para la securitización depende del activo
de propiedad intelectual del que estemos hablando.


Securitización de derechos musicales

Una de las grandes fortalezas de la securitización de derechos musicales,
particularmente los catálogos con “hits” clásicos es
que no están sujetos a obsolescencia. En el año 2001, la compañía
británica Chrysalis securitizó su catálogo completo que
incluía ingresos originados por más de 35.000 “copyrights”,
por £60 millones.

Una canción puede producir más ingresos en el tiempo debido al
uso, nuevas audiencias, crecimiento de la población mundial u otros factores
que puedan expandir su corriente de ingresos. Una película o show televisivo
generalmente reducirá su valor en el tiempo. Según David Pullman,
un trader de bonos que estructuró la securitización de
los derechos de James Brown, la canción “I Feel Good” genera
más ingresos hoy que en 1966. Entre los riesgos específicos de
las securitizaciones avaladas por royalties musicales encontramos: el cambio
en los gustos de los consumidores, acciones del propio artista que puedan afectar
la corriente de ingresos y la piratería.


Securitización de derechos televisivos y cinematográficos

Con el tiempo, se hizo evidente que utilizar derechos musicales para la securitización
no era tan óptimo como utilizar otro tipo de derechos ya que los ingresos
no eran tan predecibles como otras formas de licencia y están muy fragmentados
entre distintos beneficiarios. En cambio, los derechos cinematográficos
o televisivos son propiedad casi exclusiva de los grandes estudios y pueden
agruparse.

El beneficio de agregar las corrientes de royalty para la securitización
es que la diversificación reduce el riesgo de que los malos resultados
de cualquiera de estos flujos de caja provoque la quiebra. Justamente, la categoría
de derechos de cine y TV es la más exitosa porque los resultados de una
cartera de ingresos futuros de películas es generalmente predecible y
estable, con un pequeño número de éxitos consistentes y
una vasta mayoría de películas que sólo generan ingresos
modestos.

Así, por ejemplo, en 1992, Disney emitió un bono de US$400m que
ofrecía a los inversores un retorno vinculado a las ganancias de una
cartera de futuras películas. Los mercados demostraron tal confianza
en la marca Disney que un banquero japonés llegó a afirmar que
Mickey Mouse tenía un riesgo menor que el gobierno americano .

Diez años después, Dreamworks LLC obtuvo US$1.000 millones respaldados
con una cartera de 37 películas producidas o planificadas por el estudio,
con el fin de incrementar la capacidad de producción del estudio. DreamWorks
transfirió los derechos de las 37 películas a una compañía
separada denominada DreamWorks Funding. Estas películas incluyen Gladiator,
Shrek, American Beauty y Saving Private Ryan. Los royalties en exceso de los
pagos debidos son transferidos de DreamWorks Funding a DreamWorks.

Vivendi Universal Entertainment, completó en 2003 un préstamo
de US$950 millones con un consorcio de bancos respaldado en su mayor parte con
derechos de distribución y royalties que Vivendi esperaba generar de
la venta de videos y de la emisión de películas que había
producido (incluyendo 121 películas estrenadas desde 1995) o podía
producir en el futuro.

En el mismo año, el Estudio Cinematográfico Australiano Village
Roadshow estableció un préstamo avalado por los ingresos provenientes
de derechos de distribución de las secuelas aún no estrenadas
de The Matrix, Ocean´s Eleven, y Cats and Dogs, entre otros.

Securitización de patentes

Esta categoría de activos securitizables es la menos popular debido
a diversos factores:
1. La dificultad de agrupar pagos de royalties por patentes, lo que incrementa
el riesgo único. Por ejemplo, la Universidad de Yale securitizó
la corriente de flujos de caja asociada con una única patente que protegía
la droga para el sida Zerit. Cuando las ventas de Zerit resultaron mucho más
bajas de lo previsto, una porción significativa del flujo de caja requerida
para garantizar la transacción no se materializó. Como resultado,
la transacción fracasó. Un año más tarde, cuando
se realizó una segunda securitización que incluía royalties
de patentes correspondientes a 13 drogas diferentes, propiedad de distintas
compañías, se generaron más de $225 millones y se pudieron
cubrir las obligaciones.
2. La inestabilidad de los ingresos por patentes. La inversión y el tiempo
necesario para crear una patente puede ser significativo, pero los retornos
son generalmente muy volátiles. Por ejemplo, Viagra no cumplió
con las expectativas de ventas iniciales, por lo tanto, cualquier securitización
que hubiese estado basada en las expectativas iniciales que rodearon su lanzamiento
habría resultado un fracaso.
3. La falta de “singularidad” del activo: Según Pullman, “Una
canción de James Brown es más única que una patente”.

Securitización de marcas

Las securitizaciones de marcas han alcanzado un mayor volumen recientemente.
La aceptación de los métodos de valoración de marcas y
la consolidación de los derechos marcarios han impulsado la securitización
de las mismas.

Por ejemplo, Guess Inc., securitizó una corriente de royalties de 14
acuerdos de licencia -12 domésticos y 2 internacionales- por US$ 75 millones.
El emisor de los títulos era “Guess Royalty Finance LLC”, una
“sociedad instrumental” creada para el propósito de la securitización.
La transacción resultó muy exitosa debido a la trayectoria de
la marca en la industria y la capacidad de la compañía de respaldar
la transacción con otras licencias si fuese necesario (Guess tiene 21
acuerdos de licencia en total).

En agosto de 2003 Athlete´s Foot completó la primera securitización
sobre los ingresos de una franquicia. El bono se vendió por $40 millones
de dólares aproximadamente.

En agosto de 2002, Candie´s Inc. obtuvo $20 millones por la securitización
de las marcas Candie´s y Bongo orientadas al mercado femenino joven de
calzado y accesorios. Los bonos fueron emitidos por IP Holdings LLC, una subsidiaria
100% propiedad de Candie´s, con un interés fijo de 7,93% a 7 años.

Etapas de una securitización de PI

1. Definir el activo y su propiedad
Siempre es importante determinar quién es el propietario del activo y
qué otros activos pueden ser necesarios para explotar la propiedad intelectual.
Por ejemplo, si el nombre de marca Coca Cola se securitizase, por sí
mismo no sería suficiente, ya que el nombre sin la fórmula tendría
un valor más reducido. El propietario necesita así entender que
otros activos intangibles puede necesitar el inversor para explotar la Propiedad
Intelectual en caso de ser necesario.

2. Modelización y estimación del valor
Para evaluar la fortaleza y proyectar los flujos de caja futuros del activo
intangible a securitizar, en general, se tiene en cuenta la información
histórica, el tiempo en el mercado, la diversificación, y el conocimiento
de la propiedad intelectual entre otros (Ver Cuadro 1).

3.Transferir los activos a una “sociedad instrumental” independiente
La transferencia de los activos de Propiedad Intelectual a una “sociedad
instrumental” ó SPV permite preservar el valor del activo.

4. Asegurar la gestión de los activos transferidos
Para asegurarse de que los activos intangibles continúan generando royalties,
la “sociedad instrumental” a la que se transfieren los activos debe
ser esponsable de su gestión y explotación vía nuevas transacciones
de licencias, control de la violación de los derechos por terceras partes
no autorizadas, etc.


¿Cómo obtener mejores condiciones crediticias en operaciones respaldadas
por activos intangibles?

En la “nueva economía” donde se ha producido una migración
de valor de activos tangibles a intangibles, es lógico que estos últimos
se utilicen cada vez más como avales. La mayor aceptación de los
métodos de medición y estimación de su valor, ha popularizado
la aplicación de técnicas financieras como la securitización
a los activos intangibles. Para maximizar el valor en este tipo de operaciones,
los CFOs deben intentar obtener el menor coste de financiamiento y las mejores
condiciones de repago. Para ello, deben ser capaces de probar la fortaleza y
el valor de sus activos intangibles.

Para la mejor valoración económica de nuestros activos intangibles
con fines crediticios es necesario implementar sistemas de medición y
control periódicos que nos permitan detectar la contribución de
los activos intangibles a la creación de valor. La falta de estos sistemas
pueden provocar la pérdida de valiosísimas oportunidades de ahorro
ó financiaciones ventajosas.

Por Gabriela Salinas
Managing Director, Brand Finance Iberia
A member of TheBrandPartners
g.salinas@thebrandpartners.com

Sobre la autora:

Gabriela Salinas es Directora General de Brand Finance Iberia, A Member of
TheBrandPartners. Puede ser contactada en
g.salinas@thebrandpartners.com

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