Robert Soloway: ¿rey del spam o chivo emisario?

Con apenas 25 años, este norteamericano fue arrestado días atrás por la FBI. Su crimen: saturar las computadoras del mundo con docenas de miles de “spams”. Era el rey del correo basura.

4 junio, 2007

Ahora, afronta una serie de cargos que pueden dar con sus huesos en gayola por varios años. No, claro, los “decenios” que imagina algún corresponsal conservador. En esta oportunidad, la oficina federal de investigaciones sostiene haber contado con ayuda de Microsoft y otros grande del negocio.

El ”rey del spam” ocupaba un rumboso dúplex en Seattle, extremo noroeste del país. Su empresa, Newport Internet Marketing, le daba inclusive para un Mercedes convertible y champagne Grand Dame, el más caro de la marca Veuve Clicqot-Ponsardin. Obviamente, es más refinado que Diego Maradona o Ronaldinho.

Antes de ser detenido, Soloway había perdido ya dos litigios y abonado multas por US$ 17 millones en 2005/6. Pero, como hacen los grandes motores de búsqueda como Google o Yahoo, el audaz emprendedor continuó remitiendo millones de mensajes indeseables. Al cabo, logró figurar entre los diez máximos “espameros” de la Red.

Con cierta ingenuidad, la FBI (sigla femenina, así como KGB lo es masculina) espera una notorio descenso de correos molestos, especialmente publicitarios, alrededor del globo. Analistas menos ilusos, por el contrario, creen que Soloway es apenas un chivo emisario y el tamaño del negocio asegura una continua lluvia de spams. Hay una forma fácil de limitar daños: no tener casilla de e-mail en casa, sino sólo en la oficina o algún locutorio.

Ahora, afronta una serie de cargos que pueden dar con sus huesos en gayola por varios años. No, claro, los “decenios” que imagina algún corresponsal conservador. En esta oportunidad, la oficina federal de investigaciones sostiene haber contado con ayuda de Microsoft y otros grande del negocio.

El ”rey del spam” ocupaba un rumboso dúplex en Seattle, extremo noroeste del país. Su empresa, Newport Internet Marketing, le daba inclusive para un Mercedes convertible y champagne Grand Dame, el más caro de la marca Veuve Clicqot-Ponsardin. Obviamente, es más refinado que Diego Maradona o Ronaldinho.

Antes de ser detenido, Soloway había perdido ya dos litigios y abonado multas por US$ 17 millones en 2005/6. Pero, como hacen los grandes motores de búsqueda como Google o Yahoo, el audaz emprendedor continuó remitiendo millones de mensajes indeseables. Al cabo, logró figurar entre los diez máximos “espameros” de la Red.

Con cierta ingenuidad, la FBI (sigla femenina, así como KGB lo es masculina) espera una notorio descenso de correos molestos, especialmente publicitarios, alrededor del globo. Analistas menos ilusos, por el contrario, creen que Soloway es apenas un chivo emisario y el tamaño del negocio asegura una continua lluvia de spams. Hay una forma fácil de limitar daños: no tener casilla de e-mail en casa, sino sólo en la oficina o algún locutorio.

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