Qué hacer con un mal jefe

Jefes, o gerentes, malos e ineficaces existen en toda organización. Los peores no confían en sus empleados, no los respetan y los intimidan. Si usted no aguanta más su trabajo a causa de su jefe, tendrá que aprender a manejarlo.

25 enero, 2006

Si usted está fatigado, frustrado, angustiado y desmotivado, la causa de todo eso puede atribuirse a un jefe prepotente, metido, excesivamente controlador o exigente con nimiedades, alguien que se luce con el trabajo ajeno, que nunca elogia un trabajo bien hecho ni se toma la molestia de asistir a reuniones que acordara con usted. O alguien que, bajo presión, cede al instante y no lo respalda en la ejecución de sus tareas.

Si su jefe tiene varias de estas características, se trata de un mal tipo hasta el tuétano, dice la experta Susan M. Heathfield en su página especializada en estos temas. Para un empleado, tener que lidiar con un superior de mala calidad es un gran desafío que exige conocer algunas estrategias.

Lo primero que usted tiene que hacer, aconseja Heathfield, es tratar de comprender que su jefe puede no advertir que es un mal tipo. La definición de malo depende de las necesidades del empleado, de las habilidades del gerente y de las circunstancias.

Un gerente que nunca mete mano en el trabajo puede no advertir que al no señalar un camino o no dar algún tipo de devolución sobre lo hecho, no está cumpliendo adecuadamente con su misión de “jefe”.

Él puede creer que está empowering (depositando poder en manos de) a su personal. Por otro lado, un gerente que señala el camino con demasiada precisión y da órdenes sobre cómo se deben hacer absolutamente todos los detalles (o sea que hace “micromanagement”) puede que se sienta inseguro sobre su propio trabajo. Puede no darse cuenta de que esa técnica es insultante para los miembros de su personal que son competentes, seguros de sí mismos y tienen capacidad para tomar decisiones.

Tal vez al jefe le falte capacitación o que se sienta tan abrumado con las exigencias de su trabajo que no puede apoyarle a usted. Tal vez lo hayan ascendido demasiado pronto, o sus responsabilidades hayan crecido más allá de sus capacidades. Ahora que las empresas han sido achicadas hasta el límite de lo posible, generalmente hay muy pocos miembros en el personal jerárquico para repartir las responsabilidades.

También está la posibilidad de que ese mal jefe no comparta los valores que tiene usted o sus compañeros. La nueva generación de trabajadores reclama invariablemente el uso de sus vacaciones y pretende lograr un buen equilibrio entre vida privada y vida laboral. No todos los jefes comparten estas ideas. Si sus valores no están en sintonía con los de su jefe, entonces usted está en problemas.

Método recomendado para lidiar con un mal jefe que no es consciente de sus debilidades:

· Hable con él. Dígalo lo que necesita de él en cuanto a dirección, retroalimentación yapoyo. Sea amable y concéntrese en sus necesidades, no en los defectos del otro. Decirle que usted cree que es un mal jefe es contraproducente y no le ayudará a lograr lo que busca.

· Pregunte a su gerente cómo puede usted ayudarlo a lograr sus objetivos. Asegúrese de escuchar muy bien y de brindar la asistencia requerida.

· Busque un mentor entre otros gerentes o pares más experimentados ara aumentar sus oportunidades de adquirir experiencia.

· Si usted ya ha hecho alguna de estas cosas y no han dado buen resultado, recurra al jefe de su jefe y pida ayuda. O, de lo contrario, puede ir primero al personal de Recursos Humanos para pedir consejo. Tenga claro que su actual jefe nunca se lo perdonará, de modo que asegúrese primero de hacer todo lo que puede directamente con él antes de llevar sus quejas a instancias superiores.

· Puede que usted nunca se entere de lo que el jefe de su jefe, o lo que el personal de RRHH hicieron para resolver la conducta de su mal gerente. Eso es muy confidencial, Pero deje que pase algún tiempo para que las medidas logren el impacto deseado.

· Si nada cambia a pesar de sus mejores esfuerzos, y si usted cree que el problema es que no le creen, reúna a los compañeros que también sufren con la conducta del gerente en cuestión. Juntos visiten al jefe de su jefe para ayudarlo a ver la dimensión y el impacto de la conducta.

· Si usted cree que el problema es que su feje no puede, o no quiere, cambiar, pida que lo transfieran a otro departamento. Esta recomendación presume que a usted le gusta la compañía en que trabaja, y la tarea que realiza allí.

· Si la transferencia o promoción no es posible, comience a buscarse otro empleo. La retirada siempre es una opción, y si todo lo anterior falló, es que ha llegado la hora de irse.

Si usted está fatigado, frustrado, angustiado y desmotivado, la causa de todo eso puede atribuirse a un jefe prepotente, metido, excesivamente controlador o exigente con nimiedades, alguien que se luce con el trabajo ajeno, que nunca elogia un trabajo bien hecho ni se toma la molestia de asistir a reuniones que acordara con usted. O alguien que, bajo presión, cede al instante y no lo respalda en la ejecución de sus tareas.

Si su jefe tiene varias de estas características, se trata de un mal tipo hasta el tuétano, dice la experta Susan M. Heathfield en su página especializada en estos temas. Para un empleado, tener que lidiar con un superior de mala calidad es un gran desafío que exige conocer algunas estrategias.

Lo primero que usted tiene que hacer, aconseja Heathfield, es tratar de comprender que su jefe puede no advertir que es un mal tipo. La definición de malo depende de las necesidades del empleado, de las habilidades del gerente y de las circunstancias.

Un gerente que nunca mete mano en el trabajo puede no advertir que al no señalar un camino o no dar algún tipo de devolución sobre lo hecho, no está cumpliendo adecuadamente con su misión de “jefe”.

Él puede creer que está empowering (depositando poder en manos de) a su personal. Por otro lado, un gerente que señala el camino con demasiada precisión y da órdenes sobre cómo se deben hacer absolutamente todos los detalles (o sea que hace “micromanagement”) puede que se sienta inseguro sobre su propio trabajo. Puede no darse cuenta de que esa técnica es insultante para los miembros de su personal que son competentes, seguros de sí mismos y tienen capacidad para tomar decisiones.

Tal vez al jefe le falte capacitación o que se sienta tan abrumado con las exigencias de su trabajo que no puede apoyarle a usted. Tal vez lo hayan ascendido demasiado pronto, o sus responsabilidades hayan crecido más allá de sus capacidades. Ahora que las empresas han sido achicadas hasta el límite de lo posible, generalmente hay muy pocos miembros en el personal jerárquico para repartir las responsabilidades.

También está la posibilidad de que ese mal jefe no comparta los valores que tiene usted o sus compañeros. La nueva generación de trabajadores reclama invariablemente el uso de sus vacaciones y pretende lograr un buen equilibrio entre vida privada y vida laboral. No todos los jefes comparten estas ideas. Si sus valores no están en sintonía con los de su jefe, entonces usted está en problemas.

Método recomendado para lidiar con un mal jefe que no es consciente de sus debilidades:

· Hable con él. Dígalo lo que necesita de él en cuanto a dirección, retroalimentación yapoyo. Sea amable y concéntrese en sus necesidades, no en los defectos del otro. Decirle que usted cree que es un mal jefe es contraproducente y no le ayudará a lograr lo que busca.

· Pregunte a su gerente cómo puede usted ayudarlo a lograr sus objetivos. Asegúrese de escuchar muy bien y de brindar la asistencia requerida.

· Busque un mentor entre otros gerentes o pares más experimentados ara aumentar sus oportunidades de adquirir experiencia.

· Si usted ya ha hecho alguna de estas cosas y no han dado buen resultado, recurra al jefe de su jefe y pida ayuda. O, de lo contrario, puede ir primero al personal de Recursos Humanos para pedir consejo. Tenga claro que su actual jefe nunca se lo perdonará, de modo que asegúrese primero de hacer todo lo que puede directamente con él antes de llevar sus quejas a instancias superiores.

· Puede que usted nunca se entere de lo que el jefe de su jefe, o lo que el personal de RRHH hicieron para resolver la conducta de su mal gerente. Eso es muy confidencial, Pero deje que pase algún tiempo para que las medidas logren el impacto deseado.

· Si nada cambia a pesar de sus mejores esfuerzos, y si usted cree que el problema es que no le creen, reúna a los compañeros que también sufren con la conducta del gerente en cuestión. Juntos visiten al jefe de su jefe para ayudarlo a ver la dimensión y el impacto de la conducta.

· Si usted cree que el problema es que su feje no puede, o no quiere, cambiar, pida que lo transfieran a otro departamento. Esta recomendación presume que a usted le gusta la compañía en que trabaja, y la tarea que realiza allí.

· Si la transferencia o promoción no es posible, comience a buscarse otro empleo. La retirada siempre es una opción, y si todo lo anterior falló, es que ha llegado la hora de irse.

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