Publicidad para el padre del siglo 21

Si antes era mamá la que hacía las compras para el hogar y los hijos, los cambios ocurridos en las últimas décadas ponen cada vez más al padre en las mismas circunstancias. La publicidad, al fin, comienza a tomar nota.

12 junio, 2006

En Estados Unidos hay una organización – la National Fatherhood Initiative – que premia anualmente a todas las marcas que presentan la paternidad en forma positiva en sus campañas publicitarias. Esto ocurre, entre otras cosas, porque los roles de género están cambiando en la vida real. El hombre está hoy mucho más involucrado en la vida hogareña y en muchos casos toma las decisiones sobre los productos a comprar.

De manera que por primera vez comienza a verse, al menos en el país del norte, que el mercado de los padres comienza a ser explorado por los marketineros.

Un estudio nacional realizado en 2003 que compara 1977 con 2002, dice que mientras se ve poco cambio en la cantidad de horas que las madres con trabajo afuera dedican al cuidado de la casa y los niños, aumentó notablemente el número de horas que los padres dedican a esas actividades. De modo que, desde el punto de vista del marketing, el dato es interesante.

Con respecto a la toma de decisiones de compra específicamente, un informe de Mediamark Research realizado en 2002. muestra que los hombres eran los principales compradores de cosas como productos de almacén, ropa de niños en 21% de los hogares de Estados Unidos. La cifra representa un gran aumento desde 1985, cuando sólo 13% de los hombres hacían la mayor parte de las compras.

Con esos datos, sólo era cuestión de darles tiempo a los marketineros para que admitan que el padre ya no es la figura que se sienta a la mesa con la nariz enterrada en el diario. Hoy hay una versión mucho más suave de papá, una persona cálida que además disfruta de educar a sus niños. Entonces, es natural que las marcas tomen nota y creen campañas publicitarias para el padre del siglo 21 como decisor de las compras familiares.

En Estados Unidos hay una organización – la National Fatherhood Initiative – que premia anualmente a todas las marcas que presentan la paternidad en forma positiva en sus campañas publicitarias. Esto ocurre, entre otras cosas, porque los roles de género están cambiando en la vida real. El hombre está hoy mucho más involucrado en la vida hogareña y en muchos casos toma las decisiones sobre los productos a comprar.

De manera que por primera vez comienza a verse, al menos en el país del norte, que el mercado de los padres comienza a ser explorado por los marketineros.

Un estudio nacional realizado en 2003 que compara 1977 con 2002, dice que mientras se ve poco cambio en la cantidad de horas que las madres con trabajo afuera dedican al cuidado de la casa y los niños, aumentó notablemente el número de horas que los padres dedican a esas actividades. De modo que, desde el punto de vista del marketing, el dato es interesante.

Con respecto a la toma de decisiones de compra específicamente, un informe de Mediamark Research realizado en 2002. muestra que los hombres eran los principales compradores de cosas como productos de almacén, ropa de niños en 21% de los hogares de Estados Unidos. La cifra representa un gran aumento desde 1985, cuando sólo 13% de los hombres hacían la mayor parte de las compras.

Con esos datos, sólo era cuestión de darles tiempo a los marketineros para que admitan que el padre ya no es la figura que se sienta a la mesa con la nariz enterrada en el diario. Hoy hay una versión mucho más suave de papá, una persona cálida que además disfruta de educar a sus niños. Entonces, es natural que las marcas tomen nota y creen campañas publicitarias para el padre del siglo 21 como decisor de las compras familiares.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades