Nielsen en el centro de una polémica sobre número de televidentes jóvenes

Nielsen Media Research, dijo el año pasado que los hombres jóvenes ya no miraban televisión, lo cual indicaba un cambio cultural. Eso redujo la cantidad de publicidad que recibió la TV abierta y de cable. Ahora, dice que los jóvenes han vuelto.

10 agosto, 2004

Nielsen, es el único árbitro del rating en Estados Unidos, que además determina cómo se gasta cada año el presupuesto publicitario para televisión. Cuando el año pasado dijo que los varones entre 18 y 34 años – el grupo más buscado por los anunciantes – estaban abandonando la televisión abierta, satelital y de cable en favor de Internet, DVD y videojuegos, las consecuencias financieras para los canales fueron devastadoras.

Aunque Nielsen insiste que sus conclusiones de entonces fueron acertadas, pruebas recientes indican que los jóvenes han vuelto a sentarse frente al televisor tanto como hace dos años.
El problema para la televisión es que revocar el estatus monopólico de Nielsen sería extremadamente caro. Las cadenas lo intentaron a finales de los ’90 con una empresa llamada Smart y dirigida por Statistical Research Inc. Pero cuando la compañía dijo que necesitaba US$ 12 millones de cada cadena para convertirse en un competidor aceptable, el acuerdo fracasó y por ahora no hay planes de intentarlo de nuevo.

De todas maneras, todos reconocen que lo que Nielsen intenta hacer es intrínsecamente difícil: medir con precisión una conducta pasiva como mirar televisión. Pero además es especialmente difícil cuando se trata de hombres jóvenes, porque ese grupo es el menos proclive a hacer lo que Nielsen quiere: que cooperen con un sistema que les exige que pulsen botones cada vez que miran televisión o que cambian de canal. Para colmo, muchos de esos televidentes todavía viven con sus padres pero pueden mirar televisión en otra parte.

Después del informe emitido el año pasado sobre la declinación en el número de televidentes jóvenes, ejecutivos de Nielsen sugirieron razones culturales para la tendencia. Enviaron un memorando a los anunciantes en el que especulaban que una de las posibles causas era la preferencia por los videojuegos o los DVD.

Finalmente, presionada por sus críticos que la obligaron a analizar su sistema, la compañía admitió que la caída de 40% en la audiencia que informara el año pasado podía tal vez atribuirse a cambios en la metodología de medición.

Nielsen, es el único árbitro del rating en Estados Unidos, que además determina cómo se gasta cada año el presupuesto publicitario para televisión. Cuando el año pasado dijo que los varones entre 18 y 34 años – el grupo más buscado por los anunciantes – estaban abandonando la televisión abierta, satelital y de cable en favor de Internet, DVD y videojuegos, las consecuencias financieras para los canales fueron devastadoras.

Aunque Nielsen insiste que sus conclusiones de entonces fueron acertadas, pruebas recientes indican que los jóvenes han vuelto a sentarse frente al televisor tanto como hace dos años.
El problema para la televisión es que revocar el estatus monopólico de Nielsen sería extremadamente caro. Las cadenas lo intentaron a finales de los ’90 con una empresa llamada Smart y dirigida por Statistical Research Inc. Pero cuando la compañía dijo que necesitaba US$ 12 millones de cada cadena para convertirse en un competidor aceptable, el acuerdo fracasó y por ahora no hay planes de intentarlo de nuevo.

De todas maneras, todos reconocen que lo que Nielsen intenta hacer es intrínsecamente difícil: medir con precisión una conducta pasiva como mirar televisión. Pero además es especialmente difícil cuando se trata de hombres jóvenes, porque ese grupo es el menos proclive a hacer lo que Nielsen quiere: que cooperen con un sistema que les exige que pulsen botones cada vez que miran televisión o que cambian de canal. Para colmo, muchos de esos televidentes todavía viven con sus padres pero pueden mirar televisión en otra parte.

Después del informe emitido el año pasado sobre la declinación en el número de televidentes jóvenes, ejecutivos de Nielsen sugirieron razones culturales para la tendencia. Enviaron un memorando a los anunciantes en el que especulaban que una de las posibles causas era la preferencia por los videojuegos o los DVD.

Finalmente, presionada por sus críticos que la obligaron a analizar su sistema, la compañía admitió que la caída de 40% en la audiencia que informara el año pasado podía tal vez atribuirse a cambios en la metodología de medición.

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