Los minoristas frente a Internet
Siempre respondieron a los cambios del mercado y a las innovaciones tecnológicas. Sin embargo, se han mostrado reticentes a aceptar el impacto de las compras electrónicas.
Hoy, toda la actividad minorista enfatiza en proporcionar múltiples servicios para que el consumidor pueda realizar todas las compras en un único lugar durante un periodo prolongado.
Algunos supermercados han ampliado la gama de productos e incluido indumentaria, juguetes, combustibles, servicios bancarios, cafeterías y demás.
Sin embargo, los minoristas se han mostrado reticentes a aceptar el impacto de las compras electrónicas, tal vez ya que temen que esta nueva modalidad amenace la base de activos: costosas propiedades con alquileres a largo plazo.
O quizás porque temen que las compras virtuales tornen obsoletas sus principales ventajas, es decir, la selección de lugar y la maximización de ventas por metro cuadrado.
No obstante, la experiencia en tercerización les servirá a la hora de establecer los nuevos sistemas de ventas por Internet, las redes de entrega, los centros automatizados de llamadas y los depósitos, todo esto imprescindible para realizar las compras electrónicas. Con la reputación y la marca, sobrellevarán los posibles cambios.
Según indican las tendencias, los compradores del futuro electrónico harán compras de una manera completamente diferente a la de los compradores actuales. Ya habrán realizado envíos de comestibles básicos y productos típicos; ya habrán efectuado compras electrónicas de productos como libros y CD o servicios como seguros y viajes; y, más aún, ya estarán dispuestos a experimentar y probar nuevos productos.
Es probable que este tipo de actividad se lleve a cabo en entornos de compras integradas que apunten a proporcionar experiencias de compras entretenidas, combinadas con actividades sociales y de tiempo libre.
Los pequeños paseos de compras -como calles principales- tendrán cada vez menos adeptos dado que no brindan la variedad y la calidad que requiere un verdadero paseo de compras.
Todavía pueden prosperar las tiendas nicho si se concentran en atraer a un público específico, como es el caso de los minimercados, los centros de turismo y los minoristas integrados.
Kare-Silver cree que esta polarización es inminente y que se producirá en los próximos diez años. Resistirse a esta revolución minorista no es una opción viable.
Durante 30 años, minoristas y distribuidores han sobrepasado a los fabricantes. Sin embargo, la compra electrónica representa una oportunidad única para compensar el equilibrio y redefinir la relación con los consumidores.
Los fabricantes deciden si eligen conservar los consumidores minoristas existentes, y así mantener los niveles actuales de actividad comercial, pero perpetuar la dependencia, o bien, controlar sus propias líneas de suministro, y poner así en peligro las relaciones minoristas actuales, pero ganar la posibilidad de aumentar el ingreso a través de la compra electrónica.
La decisión dependerá, en gran medida, de la evaluación del propio poder de mercado, la competencia y las posibilidades de aumentar la compra electrónica.
Hoy, toda la actividad minorista enfatiza en proporcionar múltiples servicios para que el consumidor pueda realizar todas las compras en un único lugar durante un periodo prolongado.
Algunos supermercados han ampliado la gama de productos e incluido indumentaria, juguetes, combustibles, servicios bancarios, cafeterías y demás.
Sin embargo, los minoristas se han mostrado reticentes a aceptar el impacto de las compras electrónicas, tal vez ya que temen que esta nueva modalidad amenace la base de activos: costosas propiedades con alquileres a largo plazo.
O quizás porque temen que las compras virtuales tornen obsoletas sus principales ventajas, es decir, la selección de lugar y la maximización de ventas por metro cuadrado.
No obstante, la experiencia en tercerización les servirá a la hora de establecer los nuevos sistemas de ventas por Internet, las redes de entrega, los centros automatizados de llamadas y los depósitos, todo esto imprescindible para realizar las compras electrónicas. Con la reputación y la marca, sobrellevarán los posibles cambios.
Según indican las tendencias, los compradores del futuro electrónico harán compras de una manera completamente diferente a la de los compradores actuales. Ya habrán realizado envíos de comestibles básicos y productos típicos; ya habrán efectuado compras electrónicas de productos como libros y CD o servicios como seguros y viajes; y, más aún, ya estarán dispuestos a experimentar y probar nuevos productos.
Es probable que este tipo de actividad se lleve a cabo en entornos de compras integradas que apunten a proporcionar experiencias de compras entretenidas, combinadas con actividades sociales y de tiempo libre.
Los pequeños paseos de compras -como calles principales- tendrán cada vez menos adeptos dado que no brindan la variedad y la calidad que requiere un verdadero paseo de compras.
Todavía pueden prosperar las tiendas nicho si se concentran en atraer a un público específico, como es el caso de los minimercados, los centros de turismo y los minoristas integrados.
Kare-Silver cree que esta polarización es inminente y que se producirá en los próximos diez años. Resistirse a esta revolución minorista no es una opción viable.
Durante 30 años, minoristas y distribuidores han sobrepasado a los fabricantes. Sin embargo, la compra electrónica representa una oportunidad única para compensar el equilibrio y redefinir la relación con los consumidores.
Los fabricantes deciden si eligen conservar los consumidores minoristas existentes, y así mantener los niveles actuales de actividad comercial, pero perpetuar la dependencia, o bien, controlar sus propias líneas de suministro, y poner así en peligro las relaciones minoristas actuales, pero ganar la posibilidad de aumentar el ingreso a través de la compra electrónica.
La decisión dependerá, en gran medida, de la evaluación del propio poder de mercado, la competencia y las posibilidades de aumentar la compra electrónica.
