Las comidas transportables

Es una nueva manera de vender alimentos que busca adecuarse al ritmo de vida sin descanso de los ciudadanos de hoy. Son comidas tan fáciles de manejar que se pueden comer conduciendo el auto, en la peluquería o caminando por la calle.

5 noviembre, 2003

Según una firma de investigación de mercado de Chicago, los compradores son capaces de pagar dos y hasta tres veces más por cada ración de la misma comida si ésta viene presentada en una forma más fácil de consumir.
Las comidas transportables amplían el mercado de los alimentos envasados porque crean más ocasiones para comer. Permiten a los atareados consumidores mordisquearlas o sorberlas mientras manejan el auto, o suben en el ascensor o hasta mientras el pedicuro les atiende los pies.

Los analistas del negocio no se ponen de acuerdo sobre el tamaño de del mercado de este tipo de comidas porque no hay un estándar para saber cuáles productos debería incluirse. En realidad, el nuevo rubro engloba desde un trozo de fruta hasta taquitos listos para comer. Los cálculos oscilan entre US$ 8.000 millones y US$ 80.000 millones. Lo que nadie discute es que la demanda va en aumento.

Campbell Soup, por ejemplo, ha sacado una línea de sopas llamada “Soup at Hand”. Viene en recipientes aptos para microondas y la tapa está preparada para perforar dejando un pico para sorber. Además, el recipiente tiene el tamaño justo para encajar en los soportes de los autos. Salió en julio del año pasado y ya vendió más de US$ 75 millones.

Lo novedoso acerca de este nuevo tipo de comidas no es tanto que se puedan llevar de aquí para allá, sino que se pueden “comer” en cualquier parte. En inglés las llaman comidas “de conveniencia”.
“Es más importante que uno no termine hecho una inmundicia después de comer y que sea fácil de comer mientras hace diligencias por la calle o mientras trabaja en su escritorio”, opina Anne Crawford, consumidora de muchos de esos productos. Crawford tiene ahora muchas más opciones, gracias a los 145 productos “de conveniencia” que los fabricantes han sacado este año.

Según un estudio realizado en 2002 por Information Resources, 46% de los estadounidenses come la mayoría de sus comidas fuera de su casa o en movimiento. Don Montuori, editor de la publicación especializada Packaged Facts dice que hasta ahora los fabricantes de alimentos se han concentrado exclusivamente en el sabor como factor determinante en la decisión de compra de los consumidores. Ahora, sin embargo, con más horas de trajo y más tránsito en las calles, el factor de terminante ha pasado a ser “la conveniencia”. Esto quiere decir a) facilidad para encontrarlo: no sólo supermercados y kioscos sino también máquinas expendedoras en oficinas, escuelas, clubes, hoteles y aeropuertos; y b) facilidad para consumirlos: sin cuchara, sin cuchillo, sin tenedor, sin ensuciar, sin refrigerar.

Según una firma de investigación de mercado de Chicago, los compradores son capaces de pagar dos y hasta tres veces más por cada ración de la misma comida si ésta viene presentada en una forma más fácil de consumir.
Las comidas transportables amplían el mercado de los alimentos envasados porque crean más ocasiones para comer. Permiten a los atareados consumidores mordisquearlas o sorberlas mientras manejan el auto, o suben en el ascensor o hasta mientras el pedicuro les atiende los pies.

Los analistas del negocio no se ponen de acuerdo sobre el tamaño de del mercado de este tipo de comidas porque no hay un estándar para saber cuáles productos debería incluirse. En realidad, el nuevo rubro engloba desde un trozo de fruta hasta taquitos listos para comer. Los cálculos oscilan entre US$ 8.000 millones y US$ 80.000 millones. Lo que nadie discute es que la demanda va en aumento.

Campbell Soup, por ejemplo, ha sacado una línea de sopas llamada “Soup at Hand”. Viene en recipientes aptos para microondas y la tapa está preparada para perforar dejando un pico para sorber. Además, el recipiente tiene el tamaño justo para encajar en los soportes de los autos. Salió en julio del año pasado y ya vendió más de US$ 75 millones.

Lo novedoso acerca de este nuevo tipo de comidas no es tanto que se puedan llevar de aquí para allá, sino que se pueden “comer” en cualquier parte. En inglés las llaman comidas “de conveniencia”.
“Es más importante que uno no termine hecho una inmundicia después de comer y que sea fácil de comer mientras hace diligencias por la calle o mientras trabaja en su escritorio”, opina Anne Crawford, consumidora de muchos de esos productos. Crawford tiene ahora muchas más opciones, gracias a los 145 productos “de conveniencia” que los fabricantes han sacado este año.

Según un estudio realizado en 2002 por Information Resources, 46% de los estadounidenses come la mayoría de sus comidas fuera de su casa o en movimiento. Don Montuori, editor de la publicación especializada Packaged Facts dice que hasta ahora los fabricantes de alimentos se han concentrado exclusivamente en el sabor como factor determinante en la decisión de compra de los consumidores. Ahora, sin embargo, con más horas de trajo y más tránsito en las calles, el factor de terminante ha pasado a ser “la conveniencia”. Esto quiere decir a) facilidad para encontrarlo: no sólo supermercados y kioscos sino también máquinas expendedoras en oficinas, escuelas, clubes, hoteles y aeropuertos; y b) facilidad para consumirlos: sin cuchara, sin cuchillo, sin tenedor, sin ensuciar, sin refrigerar.

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