La imagen de la empresa

Cuando se piensa en imagen es inevitable imaginarse una oficina en una torre imponente, decorada con gusto y elegancia. Eso cuesta mucho dinero y no lo produce. La imagen se construye más que nada a través de los empleados.

25 septiembre, 2002

Además piense en esto. Cuando su negocio esté en dificultades y lo acosen los acreedores enojados porque no logran cobrar una factura, usted se arrepentirá de habitar oficinas que resuman prosperidad.
La apariencia de su oficina es irrelevante si su clientes no la van a ver. Ahora que los negocios se hacen muchas veces por teléfono, más importante que las alfombras es la forma en que se recibe a la gente. La voz que atiende el teléfono cuando alguien llama a su negocio es “la voz” de su negocio. De manera que lo mejor es preocuparse para que quien atienda lo haga de manera profesional, amable y respetuosa. Y se si opta por un contestador, tendrá que ser uno realmente bueno que nunca deje a las personas colgadas en espera de una comunicación que ya se cortó. Recuerde: su teléfono es su cordón umbilical con el mundo.

La importancia de la coherencia

Es importante que haya cierta homogeneidad entre todas las cosas que, ante el mundo, representan a su firma. El logo debe ser el mismo para toda la papelería; cartas, sobres, tarjetas comerciales, avisos, catálogos y folletería. También sus e-mails deberían ser identificables por el logo y su sitio en la Web, inequívocamente suyo.

Pero lo que más define la imagen de la empresa es la manera en que todos los miembros de la organización se conectan con el público en general: clientes y no clientes. Ésta es una de las cosas más difíciles de lograr. ¿Por qué? Porque no se inculca. Usted puede ordenar a la gente que sea amable, pero eso no es garantía de nada.

Para que empleados y gerentes de comporten de manera cordial y solícita con los clientes tienen que ser personas que están satisfechas con lo que hacen, que disfrutan de su tarea, que sienten que su trabajo en el lugar es valorado adecuadamente, que no están disconformes con la paga. Todo eso está detrás de una sonrisa o de un ceño fruncido.

Si usted da prioridad a lograr lo enumerado en el párrafo anterior, crear una buena imagen en la sociedad le va a resultar una tarea relativamente sencilla.

Además piense en esto. Cuando su negocio esté en dificultades y lo acosen los acreedores enojados porque no logran cobrar una factura, usted se arrepentirá de habitar oficinas que resuman prosperidad.
La apariencia de su oficina es irrelevante si su clientes no la van a ver. Ahora que los negocios se hacen muchas veces por teléfono, más importante que las alfombras es la forma en que se recibe a la gente. La voz que atiende el teléfono cuando alguien llama a su negocio es “la voz” de su negocio. De manera que lo mejor es preocuparse para que quien atienda lo haga de manera profesional, amable y respetuosa. Y se si opta por un contestador, tendrá que ser uno realmente bueno que nunca deje a las personas colgadas en espera de una comunicación que ya se cortó. Recuerde: su teléfono es su cordón umbilical con el mundo.

La importancia de la coherencia

Es importante que haya cierta homogeneidad entre todas las cosas que, ante el mundo, representan a su firma. El logo debe ser el mismo para toda la papelería; cartas, sobres, tarjetas comerciales, avisos, catálogos y folletería. También sus e-mails deberían ser identificables por el logo y su sitio en la Web, inequívocamente suyo.

Pero lo que más define la imagen de la empresa es la manera en que todos los miembros de la organización se conectan con el público en general: clientes y no clientes. Ésta es una de las cosas más difíciles de lograr. ¿Por qué? Porque no se inculca. Usted puede ordenar a la gente que sea amable, pero eso no es garantía de nada.

Para que empleados y gerentes de comporten de manera cordial y solícita con los clientes tienen que ser personas que están satisfechas con lo que hacen, que disfrutan de su tarea, que sienten que su trabajo en el lugar es valorado adecuadamente, que no están disconformes con la paga. Todo eso está detrás de una sonrisa o de un ceño fruncido.

Si usted da prioridad a lograr lo enumerado en el párrafo anterior, crear una buena imagen en la sociedad le va a resultar una tarea relativamente sencilla.

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