Jack Welch enseñó a pensar en grande

Robert Slater, periodista que ha entrevistado a Jack Welch en numerosas ocasiones, es autor de dos best-sellers sobre él: “Jack Welch and the GE Way”(Jack Welch y el Estilo GE) y “Get Better or Get Beaten”. Lo que sigue es extracto de un tercero.

12 enero, 2007

Jack Welch, quien fuera Consejero Delegado de General Electric, está considerado como uno de los mayores líderes empresariales de nuestro tiempo. Robert Slater dice en su libro “Jack Welch on Leadership” que son dos los aspectos que le hacen sobresalir sobre el resto: por una parte, el hecho de haber sido pionero en la utilización de estrategias empresariales que marcaron un cambio radical y, por la otra, su profunda convicción de que el mundo empresarial en el fondo es muy sencillo.

Jubilado en 2002, en ningún momento este gran líder empresarial ha dejado de suscitar interés. Primero, por un complicado proceso de divorcio que proyectó algunas sombras sobre su admirada figura y luego por rumores que circularon en 2004 en torno al regreso de este septuagenario al mundo empresarial como consejero delegado de Disney o Coca-Cola.
El legado de Welch ha ayudado a numerosos líderes empresariales a administrar menos, disminuir la burocracia y reducir rangos directivos, al tiempo que ha servido de catalizador para dotar de mayor capacidad de acción a los empleados y hacer que sus ideas se tomen en cuenta. Estas y otras muchas estrategias empresariales se exponen y analizan de forma directa y concisa en Jack Welch on Leadership que es un compendio del libro titulado Jack Welch and the GE Way, anteriormente publicado por el mismo autor.

Welch, haciendo caso omiso de una realidad que podría condenar a cualquier empresa y desafiando a las circunstancias, reinventó constantemente General Electric (GE). Su receta para el cambio podría resumirse en tres puntos: aceptarlo siempre con una actitud positiva, no dejar nunca de pensar en formas de cambiar y no asumir que las cosas se deben hacer de un determinado modo porque es el más eficaz, ya que siempre será mejorable.

Los cambios que Welch introdujo a comienzos de los ochenta eran tan nuevos que ni siquiera tenían nombre.
En la actualidad se denominan “reestructuración”. Tan sólo un puñado de las 350 unidades empresariales
que componían GE eran líderes en sus respectivos mercados y únicamente tres productos tenían una tasa razonable en el mercado de exportación. Aunque los directivos de GE en aquel momento no comprendieran por qué se empeñaba en reparar algo que no estaba roto, Welch siguió adelante con su nueva estrategia de sanear ciertas empresas, mantener las que dominaban en sus mercados y deshacerse del resto. En adelante, todas las empresas de GE deberían ser primeras o segundas en sus mercados. De aquí el famoso dicho de Welch: “¡Reparar, Cerrar o Vender!” (en inglés: Fix, Close, or Sell!).

Construir la empresa líder
del mercado

Jack Welch afirmaba que en el mundo empresarial los fuertes sobreviven, mientras que los débiles están abocados al fracaso. Los grandes y rápidos entran en el juego, mientras que los pequeños y lentos quedan atrás. Y dado que el éxito sólo premia a los más competitivos, Welch desarrolló una estrategia que requería que todas las unidades empresariales de GE fuesen primeras o segundas en sus respectivos campos.

Jack Welch creía firmemente en el movimiento inesperado, en el juego intrépido; le encantaba pensar que podía hacer temblar los cimientos mientras otros observaban impotentes.

La sorpresa, la audacia y la conmoción eran los ingredientes básicos del salto cuántico que le llevó a la conquista de Radio Corporation of America (RCA), uno de las firmas más famosas de Estados Unidos, que en 1984 logró ventas superiores a los 10.000 millones de dólares. Welch consideraba que las empresas de servicios eran la solución a cualquier posible problema futuro de flujos financieros.

En resumen, para realizar una operación siguiendo los pasos de Jack Welch hay que pensar a lo grande a la hora de planear el crecimiento de la empresa; considerar las adquisiciones externas examinando con cuidado a las candidatas, dar el golpe en el momento justo y, por último, actuar con audacia y cautela para tomar a los rivales desprevenidos.

He aquí la receta de Jack Welch para arreglar una empresa: haga un estudio general de sus empresas y decida cuáles quiere conservar y cuáles va a salvar. Para ello, elabore una lista de lo que tiene que arreglar. Probablemente encabece la lista la búsqueda de nuevos talentos para su cúpula directiva.

Busque a las personas más calificadas para administrar la empresa y déjeles vía libre para trabajar sin ninguna intrusión o interferencia por su parte. Por último, el secreto para arreglar la empresa es alinear los costos, así que observe muy de cerca cómo se emplea el dinero en el seno de la empresa.

Forjar una organización sin fronteras

Cuando Welch tomó las riendas en 1981, GE era un dinosaurio burocrático que se movía con lentitud porque estaba ahogándose con la falta de iniciativa y entusiasmo. Por muy mal visto que estuviese, necesitaba reducir una plantilla de 412.000 empleados para crear una GE más ágil, competitiva y agresiva. Hasta comienzos de los ochenta, la mayoría fe las personas consideraba que un empleo era de por vida, pero cuando a GE le iba su futuro en ello no quedaba más remedio que acabar con esa vaca sagrada. Había comenzado la “Revolución Welch”, que produjo grandes cambios en el paisaje empresarial estadounidense con la primera gran reducción de plantilla, a la que sobrevivieron 270.000 empleados. Aunque más tarde reconoció que esta fue la parte más difícil de su trabajo, le acusaron de no tener corazón, de ser insensible y cruel y le apodaron “Neutron Jack“, en alusión a la bomba de neutrones que elimina a las personas pero deja los edificios en pie.

Jack Welch, quien fuera Consejero Delegado de General Electric, está considerado como uno de los mayores líderes empresariales de nuestro tiempo. Robert Slater dice en su libro “Jack Welch on Leadership” que son dos los aspectos que le hacen sobresalir sobre el resto: por una parte, el hecho de haber sido pionero en la utilización de estrategias empresariales que marcaron un cambio radical y, por la otra, su profunda convicción de que el mundo empresarial en el fondo es muy sencillo.

Jubilado en 2002, en ningún momento este gran líder empresarial ha dejado de suscitar interés. Primero, por un complicado proceso de divorcio que proyectó algunas sombras sobre su admirada figura y luego por rumores que circularon en 2004 en torno al regreso de este septuagenario al mundo empresarial como consejero delegado de Disney o Coca-Cola.
El legado de Welch ha ayudado a numerosos líderes empresariales a administrar menos, disminuir la burocracia y reducir rangos directivos, al tiempo que ha servido de catalizador para dotar de mayor capacidad de acción a los empleados y hacer que sus ideas se tomen en cuenta. Estas y otras muchas estrategias empresariales se exponen y analizan de forma directa y concisa en Jack Welch on Leadership que es un compendio del libro titulado Jack Welch and the GE Way, anteriormente publicado por el mismo autor.

Welch, haciendo caso omiso de una realidad que podría condenar a cualquier empresa y desafiando a las circunstancias, reinventó constantemente General Electric (GE). Su receta para el cambio podría resumirse en tres puntos: aceptarlo siempre con una actitud positiva, no dejar nunca de pensar en formas de cambiar y no asumir que las cosas se deben hacer de un determinado modo porque es el más eficaz, ya que siempre será mejorable.

Los cambios que Welch introdujo a comienzos de los ochenta eran tan nuevos que ni siquiera tenían nombre.
En la actualidad se denominan “reestructuración”. Tan sólo un puñado de las 350 unidades empresariales que componían GE eran líderes en sus respectivos mercados y únicamente tres productos tenían una tasa razonable en el mercado de exportación. Aunque los directivos de GE en aquel momento no comprendieran por qué se empeñaba en reparar algo que no estaba roto, Welch siguió adelante con su nueva estrategia de sanear ciertas empresas, mantener las que dominaban en sus mercados y deshacerse del resto. En adelante, todas las empresas de GE deberían ser primeras o segundas en sus mercados. De aquí el famoso dicho de Welch: “¡Reparar, Cerrar o Vender!” (en inglés: Fix, Close, or Sell!).

Construir la empresa líder
del mercado

Jack Welch afirmaba que en el mundo empresarial los fuertes sobreviven, mientras que los débiles están abocados al fracaso. Los grandes y rápidos entran en el juego, mientras que los pequeños y lentos quedan atrás. Y dado que el éxito sólo premia a los más competitivos, Welch desarrolló una estrategia que requería que todas las unidades empresariales de GE fuesen primeras o segundas en sus respectivos campos.

Jack Welch creía firmemente en el movimiento inesperado, en el juego intrépido; le encantaba pensar que podía hacer temblar los cimientos mientras otros observaban impotentes.

La sorpresa, la audacia y la conmoción eran los ingredientes básicos del salto cuántico que le llevó a la conquista de Radio Corporation of America (RCA), uno de las firmas más famosas de Estados Unidos, que en 1984 logró ventas superiores a los 10.000 millones de dólares. Welch consideraba que las empresas de servicios eran la solución a cualquier posible problema futuro de flujos financieros.

En resumen, para realizar una operación siguiendo los pasos de Jack Welch hay que pensar a lo grande a la hora de planear el crecimiento de la empresa; considerar las adquisiciones externas examinando con cuidado a las candidatas, dar el golpe en el momento justo y, por último, actuar con audacia y cautela para tomar a los rivales desprevenidos.

He aquí la receta de Jack Welch para arreglar una empresa: haga un estudio general de sus empresas y decida cuáles quiere conservar y cuáles va a salvar. Para ello, elabore una lista de lo que tiene que arreglar. Probablemente encabece la lista la búsqueda de nuevos talentos para su cúpula directiva.

Busque a las personas más calificadas para administrar la empresa y déjeles vía libre para trabajar sin ninguna intrusión o interferencia por su parte. Por último, el secreto para arreglar la empresa es alinear los costos, así que observe muy de cerca cómo se emplea el dinero en el seno de la empresa.

Forjar una organización sin fronteras

Cuando Welch tomó las riendas en 1981, GE era un dinosaurio burocrático que se movía con lentitud porque estaba ahogándose con la falta de iniciativa y entusiasmo. Por muy mal visto que estuviese, necesitaba reducir una plantilla de 412.000 empleados para crear una GE más ágil, competitiva y agresiva. Hasta comienzos de los ochenta, la mayoría fe las personas consideraba que un empleo era de por vida, pero cuando a GE le iba su futuro en ello no quedaba más remedio que acabar con esa vaca sagrada. Había comenzado la “Revolución Welch”, que produjo grandes cambios en el paisaje empresarial estadounidense con la primera gran reducción de plantilla, a la que sobrevivieron 270.000 empleados. Aunque más tarde reconoció que esta fue la parte más difícil de su trabajo, le acusaron de no tener corazón, de ser insensible y cruel y le apodaron “Neutron Jack“, en alusión a la bomba de neutrones que elimina a las personas pero deja los edificios en pie.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades