Gestión de conocimiento: concepto milenario cuya aplicación depende de la tecnología

Según este concepto, las organizaciones pueden obtener una enorme ventaja frente a sus competidoras mediante el mejor uso de sus activos, que son la información y el know-how de su personal.

17 julio, 2001

Nigel Vaz, estratega de Sapient, la consultora de empresas y tecnología, cree que las empresas modernas conforman redes complejas en las que áreas aparentemente separadas se pisan unas con otras. Por eso, compartir conocimiento es esencial para triunfar. “La verdadera gestión de conocimiento supone unir fuentes de información dispares para informar y capacitar a un individuo para que actúe dentro de un determinado contexto”, destaca.

“La cadena de suministro, por ejemplo, requiere del conocimiento de diversas áreas, que incluyen producto bruto, planeamiento, fabricación y distribución, mientras que, para el desarrollo de un producto, hay que comprender los requisitos del consumidor, lasciencias nuevas, las nuevas tecnologías y las comunicaciones de marketing. Con frecuencia, un sector de una empresa repite el trabajo que ya ha realizado otro sector, simplemente porque todavía no parece ser posible que todos los sectores estén al tanto de lo que sabe y hace otro sector, para así poder utilizarlo.”

Con las grandes sumas de dinero que las empresas invierten en consultoría e iniciativas internas para alcanzar este objetivo, ¿hasta qué punto la gestión de conocimiento es una realidad? Si bien la gestión de conocimiento es un concepto milenario, su actual aplicación a los principales temas de gerenciamiento se basa en los recientes desarrollos de una tecnología que permite el manejo efectivo de una cantidad inmensa de información.

Hoy en día, muchas organizaciones internacionales utilizan intranets para garantizar la distribución de información entre oficinas que se encuentran a miles de kilómetros de distancia y con husos horarios diferentes.

No obstante, para que la tecnología sea efectiva, es necesario que el sistema proporcione mucho más que una plataforma para distribuir información. Según Craig Ramsay, director de operaciones para la consultora de e-business, Scient, es importante garantizar que el contenido “… encierre contexto y vida propia. El mayor desafío reside en comprender lo que el usuario final quiere conseguir con el contenido y así proporcionar el contenido correcto para lograr dicho objetivo mientras actualiza conocimientos”. De no tomarse estas medidas, las empresas corren el riesgo de sufrir el exceso de información.

Si bien la tecnología es la herramienta que facilita la gestión de conocimiento, no es la única solución. Como afirma Deborah Brown, gerenta de conocimiento de Ernst & Young, “una exitosa gestión de conocimiento surge de combinar tecnología sólida y eficiente con el compromiso genuino de líderes y equipos de toda la organización”. Por otro lado, Malcolm Bird de GKN subraya que “… la revolución de la gestión de conocimiento está en manos de la gente y la tecnología es una herramienta que sirve para garantizar que todos los esfuerzos apunten a las necesidades comerciales”.

O, en otras palabras, sin la gente este sistema no funciona. Al parecer, el principal problema consiste en determinar cómo motivar a los empleados para que utilicen la tecnología una vez implementada, dado que posiblemente duden de la necesidad de su uso o se sientan amenazados por ella. Según Brown, la cultura predominante de la empresa ejercerá una fuerte influencia en esto. “Puede pasar que alguien intente introducir gestión de conocimiento a un entorno, repleto de sistemas y jerarquías bien establecidas, influido por una cultura en la que prevalezca la idea de que “el conocimiento es poder, por eso no lo comparto”. En empresas donde hay distribución de información pero un crecimiento extremadamente rápido, el desafío consistirá en encontrar la mejor manera de presentar estructura y proceso a un grupo de personas que lucha por saber cómo operar”.

Claro que cómo encarar este problema en particular es ciertamente un tema de debate. Por ejemplo, Ray Sono, arquitecto digital en el área de servicios de e-business, utiliza equipos de conocimiento, motivado por iniciativas individuales y grupales, mientras que Ernst & Young provee a cada unidad de negocios con un gerente de conocimiento, responsable de crear comunidades de conocimiento y garantizar que la información disponible se utilice para equiparar las oportunidades de desarrollo comercial.

Cualquiera que sea el modelo que las empresas utilicen para que funcione la gestión de conocimiento, tal vez el factor más importante sea el compromiso de la gerencia de todos los sectores para con este principio. Según remarca Malcolm Bird de GKN, “la gestión de conocimiento no puede ser ‘una iniciativa’ o la responsabilidad de una sola persona o departamento. Es posible que los recursos exclusivos proporcionen coordinación y dirección, pero, como en cualquier otra actividad, es la gente y la capacidad de cambiar y utilizar las herramientas lo que conforma la gestión de conocimiento”.

Adrian Barrett

Adrian Barrett escribe sobre temas especializados de topcareers.net, sitio dedicado al manejo de carreras profesionales

Nigel Vaz, estratega de Sapient, la consultora de empresas y tecnología, cree que las empresas modernas conforman redes complejas en las que áreas aparentemente separadas se pisan unas con otras. Por eso, compartir conocimiento es esencial para triunfar. “La verdadera gestión de conocimiento supone unir fuentes de información dispares para informar y capacitar a un individuo para que actúe dentro de un determinado contexto”, destaca.

“La cadena de suministro, por ejemplo, requiere del conocimiento de diversas áreas, que incluyen producto bruto, planeamiento, fabricación y distribución, mientras que, para el desarrollo de un producto, hay que comprender los requisitos del consumidor, lasciencias nuevas, las nuevas tecnologías y las comunicaciones de marketing. Con frecuencia, un sector de una empresa repite el trabajo que ya ha realizado otro sector, simplemente porque todavía no parece ser posible que todos los sectores estén al tanto de lo que sabe y hace otro sector, para así poder utilizarlo.”

Con las grandes sumas de dinero que las empresas invierten en consultoría e iniciativas internas para alcanzar este objetivo, ¿hasta qué punto la gestión de conocimiento es una realidad? Si bien la gestión de conocimiento es un concepto milenario, su actual aplicación a los principales temas de gerenciamiento se basa en los recientes desarrollos de una tecnología que permite el manejo efectivo de una cantidad inmensa de información.

Hoy en día, muchas organizaciones internacionales utilizan intranets para garantizar la distribución de información entre oficinas que se encuentran a miles de kilómetros de distancia y con husos horarios diferentes.

No obstante, para que la tecnología sea efectiva, es necesario que el sistema proporcione mucho más que una plataforma para distribuir información. Según Craig Ramsay, director de operaciones para la consultora de e-business, Scient, es importante garantizar que el contenido “… encierre contexto y vida propia. El mayor desafío reside en comprender lo que el usuario final quiere conseguir con el contenido y así proporcionar el contenido correcto para lograr dicho objetivo mientras actualiza conocimientos”. De no tomarse estas medidas, las empresas corren el riesgo de sufrir el exceso de información.

Si bien la tecnología es la herramienta que facilita la gestión de conocimiento, no es la única solución. Como afirma Deborah Brown, gerenta de conocimiento de Ernst & Young, “una exitosa gestión de conocimiento surge de combinar tecnología sólida y eficiente con el compromiso genuino de líderes y equipos de toda la organización”. Por otro lado, Malcolm Bird de GKN subraya que “… la revolución de la gestión de conocimiento está en manos de la gente y la tecnología es una herramienta que sirve para garantizar que todos los esfuerzos apunten a las necesidades comerciales”.

O, en otras palabras, sin la gente este sistema no funciona. Al parecer, el principal problema consiste en determinar cómo motivar a los empleados para que utilicen la tecnología una vez implementada, dado que posiblemente duden de la necesidad de su uso o se sientan amenazados por ella. Según Brown, la cultura predominante de la empresa ejercerá una fuerte influencia en esto. “Puede pasar que alguien intente introducir gestión de conocimiento a un entorno, repleto de sistemas y jerarquías bien establecidas, influido por una cultura en la que prevalezca la idea de que “el conocimiento es poder, por eso no lo comparto”. En empresas donde hay distribución de información pero un crecimiento extremadamente rápido, el desafío consistirá en encontrar la mejor manera de presentar estructura y proceso a un grupo de personas que lucha por saber cómo operar”.

Claro que cómo encarar este problema en particular es ciertamente un tema de debate. Por ejemplo, Ray Sono, arquitecto digital en el área de servicios de e-business, utiliza equipos de conocimiento, motivado por iniciativas individuales y grupales, mientras que Ernst & Young provee a cada unidad de negocios con un gerente de conocimiento, responsable de crear comunidades de conocimiento y garantizar que la información disponible se utilice para equiparar las oportunidades de desarrollo comercial.

Cualquiera que sea el modelo que las empresas utilicen para que funcione la gestión de conocimiento, tal vez el factor más importante sea el compromiso de la gerencia de todos los sectores para con este principio. Según remarca Malcolm Bird de GKN, “la gestión de conocimiento no puede ser ‘una iniciativa’ o la responsabilidad de una sola persona o departamento. Es posible que los recursos exclusivos proporcionen coordinación y dirección, pero, como en cualquier otra actividad, es la gente y la capacidad de cambiar y utilizar las herramientas lo que conforma la gestión de conocimiento”.

Adrian Barrett

Adrian Barrett escribe sobre temas especializados de topcareers.net, sitio dedicado al manejo de carreras profesionales

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