Generaciones de posguerra y futuro del marketing en EE.UU.

En menos de un decenio, los nacidos entre 1945 y 1952 tendrán de 63 a 70 años. Pero los marquetineros norteamericanos deben prepararse ya para satisfacer necesidades y requerimientos de ese grupo etario.

30 enero, 2008

Será el sector mayor de cincuenta años más nutrido y rico de la clase media urbana, hecho sin precedentes en la historia. A criterio de la consultoría McKinsey, representará hacia 2015 casi 40% del gasto personal, que ya equivale a 67% del producto bruto interno. Su demanda será clave en rubros electrónicos de uso final, indumentaria, muebles, cosmética y, claro, atención médica.

Sin embargo, su capacidad de compra no excluye expecativas frustradas. Generaciones que ha vivido una fase de prosperidad inédita (1946 a 1970) se habituaron a esperar que –una vez en retiro- sus ingresos les permitirían afrontar sus problemas financieros, físicos y sociales. Pero un reciente trabajo de aquella entidad revela que 60% de esos estamentos no podrá mantener su tren de vida, a menos que siga activos.

Una proporción igual ya sufre problemas crónicos de salud. En ocho años, habrá 21 millones de personas entre 55 y 70, o sea el doble que los nacidos antes de 1946. De ese total, 45% vivirá solo o en geriátricos.

No obstante, esta investigación –que combina economía, demografía y perfiles de mercado- ofrece conclusiones más optimistas para los futuros jubilados, especialmente los que muestren imaginación y aptitud para cambiar. Por de punto, un sondeo anexo indica que 80% de ellos gusta probar o ensayar nuevos productos o servicios. Este sector tiene fe en su propia sobrevivencia.

Su ecuación de capacidad adquisitiva y apertura a las innovaciones creará oportunidades para compañías que sepan anticiparlas. Un número inédito de futuros jubilados querrá o precisará seguir trabajando. Otros requerirán asesoría financiera o médica, pero desconfiarán de esquemas convencionales. En síntesis, las firmas que innoven en cubertura de esas necesidades tendrá margen para crecer y hacer negrocios.

Hacia 2015, la población pasiva controlará 60% de los ingresos personales en Estados Unidos, contra 51% en 2007. Por ende, su capacidad adquistiva será 40% superior a la de las “generaciones silenciosas”, nacidas entre 1926 y 1945. Por vez primera, el grupo de 55 a 70 gastará y consumirá más que las generaciones posteriores a 1970.

Las empresas se contemplen ese mercado, por cierto, afrontarán una dicotomía. Por una parte, este grupo ha tenido más oportunidades que cualquier otro, pues nació durante un largo lapso próspero, con firme crecimiento del PBI, auge de la especulación bursátil minorista y de la educación. Particularmente en 1975-94. Por la otra, McKinsey detecta altos grados de inseguridad y frustración ante el futuro.

El trabajo revela que apenas 25% de ese grupo etario está financieramente preparado para el retiro Lo forma un segmento cuyo ingreso neto anual, US$ 240.000, no representa el conjunto. En el extemo opuesto, los pobres (otro 25%) ganan apenas 15.000, cuyas necesidades básicas deberán ser cubiertoa por la sociedad, o sea instancias federales, estaduales y municipales.

El restante 50% significará casi 25% de la demanda y el consumo hacia 2015. Pero tiende a gastar más de lo que tiene, cuyo promedio oscila en torno de 30/40% del grupo más desahogado.

Pese a esas dificultades, las generaciones nacidas de 1946 a 1965 deberán redefinir el retiro y la jubilación. De los consultados por McKinsey, 84% espera seguir trabajando un tiempo y 63% cree que nunca llegará a retirarse del todo. Además, 60% tendrá que seguir activo sólo para preservar 80% de su gasto actual.

Esa clase de personal les será necesaria a muchas compañías. Según la oficina federal de estadísticas laborales, de ahora a 2015 tendràn que cubrir 27,5 millones de vacantes netas. Un tercio de ellas implicará técnicos, profesionales y ejecutivos. Algo menos corresponderá a servicios. Los futuros jubilados serán un semillero imposible de soslayar.

Será el sector mayor de cincuenta años más nutrido y rico de la clase media urbana, hecho sin precedentes en la historia. A criterio de la consultoría McKinsey, representará hacia 2015 casi 40% del gasto personal, que ya equivale a 67% del producto bruto interno. Su demanda será clave en rubros electrónicos de uso final, indumentaria, muebles, cosmética y, claro, atención médica.

Sin embargo, su capacidad de compra no excluye expecativas frustradas. Generaciones que ha vivido una fase de prosperidad inédita (1946 a 1970) se habituaron a esperar que –una vez en retiro- sus ingresos les permitirían afrontar sus problemas financieros, físicos y sociales. Pero un reciente trabajo de aquella entidad revela que 60% de esos estamentos no podrá mantener su tren de vida, a menos que siga activos.

Una proporción igual ya sufre problemas crónicos de salud. En ocho años, habrá 21 millones de personas entre 55 y 70, o sea el doble que los nacidos antes de 1946. De ese total, 45% vivirá solo o en geriátricos.

No obstante, esta investigación –que combina economía, demografía y perfiles de mercado- ofrece conclusiones más optimistas para los futuros jubilados, especialmente los que muestren imaginación y aptitud para cambiar. Por de punto, un sondeo anexo indica que 80% de ellos gusta probar o ensayar nuevos productos o servicios. Este sector tiene fe en su propia sobrevivencia.

Su ecuación de capacidad adquisitiva y apertura a las innovaciones creará oportunidades para compañías que sepan anticiparlas. Un número inédito de futuros jubilados querrá o precisará seguir trabajando. Otros requerirán asesoría financiera o médica, pero desconfiarán de esquemas convencionales. En síntesis, las firmas que innoven en cubertura de esas necesidades tendrá margen para crecer y hacer negrocios.

Hacia 2015, la población pasiva controlará 60% de los ingresos personales en Estados Unidos, contra 51% en 2007. Por ende, su capacidad adquistiva será 40% superior a la de las “generaciones silenciosas”, nacidas entre 1926 y 1945. Por vez primera, el grupo de 55 a 70 gastará y consumirá más que las generaciones posteriores a 1970.

Las empresas se contemplen ese mercado, por cierto, afrontarán una dicotomía. Por una parte, este grupo ha tenido más oportunidades que cualquier otro, pues nació durante un largo lapso próspero, con firme crecimiento del PBI, auge de la especulación bursátil minorista y de la educación. Particularmente en 1975-94. Por la otra, McKinsey detecta altos grados de inseguridad y frustración ante el futuro.

El trabajo revela que apenas 25% de ese grupo etario está financieramente preparado para el retiro Lo forma un segmento cuyo ingreso neto anual, US$ 240.000, no representa el conjunto. En el extemo opuesto, los pobres (otro 25%) ganan apenas 15.000, cuyas necesidades básicas deberán ser cubiertoa por la sociedad, o sea instancias federales, estaduales y municipales.

El restante 50% significará casi 25% de la demanda y el consumo hacia 2015. Pero tiende a gastar más de lo que tiene, cuyo promedio oscila en torno de 30/40% del grupo más desahogado.

Pese a esas dificultades, las generaciones nacidas de 1946 a 1965 deberán redefinir el retiro y la jubilación. De los consultados por McKinsey, 84% espera seguir trabajando un tiempo y 63% cree que nunca llegará a retirarse del todo. Además, 60% tendrá que seguir activo sólo para preservar 80% de su gasto actual.

Esa clase de personal les será necesaria a muchas compañías. Según la oficina federal de estadísticas laborales, de ahora a 2015 tendràn que cubrir 27,5 millones de vacantes netas. Un tercio de ellas implicará técnicos, profesionales y ejecutivos. Algo menos corresponderá a servicios. Los futuros jubilados serán un semillero imposible de soslayar.

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