El riesgo de invertir en merchandising

El mundial hizo invertir millones a empresas grandes y pequeñas. Las grandes, para reforzar vínculos con el público. Las pequeñas, con esperanza de fugaz prosperidad. Ahora quedan banderas, remeras y gorros de bufón para varios años.

12 junio, 2002

Repsol YPF, con ánimo de combatir el resentimiento del pueblo
con la empresa privatizada, se vistió de celeste y blanco asociándose
con la Selección Argentina (Mercado Junio 2002). Con esa meta apostó
$3,5 millones y se convirtió en Sponsor de la selección nacional.

Coca Cola, McDonald´s y Quilmes fueron otros tres sponsors
que invirtieron millones, no tanto con el ánimo de aumentar notablemente
sus ventas durante todo el transcurso del campeonato mundial, sino para fortalecer
el vínculo con el público consumidor.

En otro plano muy diferente están los pequeños emprendedores
que arriesgaron su capital en una variadísima gama de artículos
de merchandising – ropa, banderas, gorros, cornetas, pelotas – que salieron
a vender por las calles en la esperanza de cosechar ventas con la hipótesis
de triunfo como condición.

El fiasco comenzó a sentirse en la mañana misma del partido con
Inglaterra. Los vendedores ambulantes paseaban su desaliento por las esquinas
sin lograr las ventas que debían salvar la inversión.

Hoy, con la eliminación definitiva de la selección nacional de
la copa mundial, el negocio desapareció de la calle, hasta nuevo aviso.

Repsol YPF, con ánimo de combatir el resentimiento del pueblo
con la empresa privatizada, se vistió de celeste y blanco asociándose
con la Selección Argentina (Mercado Junio 2002). Con esa meta apostó
$3,5 millones y se convirtió en Sponsor de la selección nacional.

Coca Cola, McDonald´s y Quilmes fueron otros tres sponsors
que invirtieron millones, no tanto con el ánimo de aumentar notablemente
sus ventas durante todo el transcurso del campeonato mundial, sino para fortalecer
el vínculo con el público consumidor.

En otro plano muy diferente están los pequeños emprendedores
que arriesgaron su capital en una variadísima gama de artículos
de merchandising – ropa, banderas, gorros, cornetas, pelotas – que salieron
a vender por las calles en la esperanza de cosechar ventas con la hipótesis
de triunfo como condición.

El fiasco comenzó a sentirse en la mañana misma del partido con
Inglaterra. Los vendedores ambulantes paseaban su desaliento por las esquinas
sin lograr las ventas que debían salvar la inversión.

Hoy, con la eliminación definitiva de la selección nacional de
la copa mundial, el negocio desapareció de la calle, hasta nuevo aviso.

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