El mundo necesita una estrategia de innovación

John Cao, autor estadounidense, dice en su último libro que su país necesita cortar su pérdida de capacidad de innovar. En Entrevista con Strategy & Business dice, también, que es todo el mundo el que necesita innovar. Aquí, sus principales ideas.

20 noviembre, 2007

El nuevo libro donde Kao expone sus ideas se llama “Innovation Nation:
How America is Losing Its Innovation Edge, Why it Matters, and What We Can Do
to Get it Back
“. El título no revela demasiado interés
por la innovaciaón en el mundo sino más bien preocupación
por la pérdida de ésta en Estados Unidos. Kao fue profesor de la
Harvard Business School, del MIT Media Lab y de la U.S. Naval
Postgraduate School.

Según él, la capacidad para innovar está en el corazón
de la capacidad de cualquier sociedad para encarar los mayores desafíos,
que incluyen educación, salud y seguridad nacional. Aquel que no lo hace,
pone a toda la sociedad en peligro. En una entrevista que dio en septiembre a
strategy+business, dijo que Estados Unidos debía convertirse en
una nación que practica sistemáticamente la innovación y
desarrolla esas capacidades para buscar objetivos que cambien el mundo.

“Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos estaba en el
pico de su etapa innovadora. La capacidad productiva era inigualable. Los productos
que producíamos recorrían el mundo. Inventamos plataformas para
la innovación juntando recursos públicos y privados en el ambiente
universitario. Innovamos las finanzas, inventamos el concepto de capital de riesgo.

Pero luego llegó el momento del Sputnik en 1957 y nos dimos cuenta de que
no éramos tan inteligentes después de todo. Los soviéticos
nos habían pasado no sólo con el primer satélite sino con
el primer animal en el espacio, el primer hombre y la primera mujer en el espacio,
la primera caminata espacial, etc. Aquel fue un verdadero toque de alarma para
Estados Unidos.”

“Creo que ahora estamos en otro momento Sputnik, sólo que silencioso.
No hay nada evidente, como un adversario político poniendo un objeto en
el espacio antes que nosotros. Pero, en comparación con el mundo, estamos
mal en nuestra inversión en capital humano, lo cual se refleja en la educación
, la capacidad para generar talento, en la capacidad para generar ideas y en la
capacidad para investigar y desarrollar cosas nuevas. También tenemos déficit
en capital financiero.”

“Siempre hubo en el país una aptitud para la exploración, pero
ahora parece que hemos perdido el sensación de por qué buscamos
nuevos campos. La vieja idea americana necesita revisión en el siglo 21.
¿Qué representamos como país? Lo mismo que ocurre con una
empresa. Una empresa puede ser muy buena técnicamente en innovar, pero
si no significa algo grande, si su cultura no está animada por valores
poderosos que entusiasman a la gente y la hacen ir con entusiasmo a su trabajo,
no será el tipo de compañía que puede transformarse continuamente
al servicio de los grandes objetivos de cambio.”

Los países que innovan hoy

“El último Foro Económico Mundial nombró a Finlandia
como la primer economía del mundo; sus alumnos secundarios salen primeros
en comparaciones de desempeño académico. Tiene un ecosistema impresionantemente
equilibrado entre jugadores públicos y privados en el esfuerzo innovador.
El gobierno finlandés hace una inversión conciente en capital social
mediante infraestructura educativa; profesores, maestros, planes de estudio y
cosas este tipo. Los maestros ganan muy bien en Finlandia y merecen mucho respeto.
Hay una gran competencia por cada cargo que queda vacante en la enseñanza.

Pero esto no ocurre sólo con países pequeños. Entre los grandes
está China. Beijing acaba de promulgar su onceavo plan quinquenalm que
pone la innovación como prioridad nacional. Allí ahora hay mucho
dinero, y China produce más graduados de doctorados que Estados Unidos.
Beijing ha reformulado la empresa académica y la empresa de investigación
y desarrollo como elementos de la agenda nacional. Ha establecido objetivos científicos
y técnicos muy ambiciosos, junto con cifras de productividad. Ellos tienen
una visión nacional.”

Recuperar la ventaja

La innovación tiene tres ingredientes – capital humano, generación
de idea y financiamiento – cada uno de esos tres está en estado de erosión
en Estados Unidos. Tenemos que entender que éste no es simplemente un problema
con un solo aspecto, como decir “nuestras escuelas no están bien”
o “deberíamos invertir más en ciencia”. Esas son respuestas
automáticas y políticamente ventajosas para un problema muy complejo.
Debemos atender la naturaleza sistémica del problema con una estrategia.
Y los líderes de nuestra nación deben armar una estrategia para
crear alineación entre todos los grupos afectados de la sociedad.

“Necesitamos un líder que pueda articular la importancia de esta agenda
y nuestra habilidad para hacer algo significativo con ella, y que trace una hoja
de ruta. Eso es lo que hizo Dwight Eisenhower en 1957. Eisenhower no dijo, “Vamos
a bombardear a los soviéticos.” Creó el National Defense
Education Act.
Creó la NASA. Creó la Defense Advanced Research
Projects Agency
[DARPA]. Y cuando finalmente lanzó una satélite
al espacio, llevaba dentro una grabación de Eisenhower donde declaraba
que el espacio no sería militarizado y sería usado con propósitos
pacíficos para el beneficio de toda la humanidad. Fue una muy elegante
pieza de liderazgo. Hizo que la gente se sintiera inspirada a actuar. La ayudó
a conquistar el miedo. Y nos dio esperanza. Hoy necesitamos un discurso nuevo.
Necesitamos un sentido de urgencia. Necesitamos volver a inyectar en la rama ejecutiva
del gobierno la idea que la ciencia y la tecnología son importantes.”

Como país, necesitamos haber apuestas inteligentes en las tecnologías
del futuro. Hay campos que requieren miles de millones de dólares de inversión
coordinada durante largos años. La energía, por ejemplo, es uno
de nuestros desafíos más urgentes. Obviamente, el resultado final
dependería de la cooperación entre los sectores público y
privado., la participación de emprendedores y políticos, y esfuerzos
de abajo arriba y de arriba abajo.

“Yo estoy a favor de un mundo que, en general, sea más inteligente
sobre la innovación. En última instancia, eso va a ser algo bueno.
La capacidad de innovación, no importa a qué nación pertenezca,
es clave para hacer frente a los mayores desafíos de la actualidad. Antes
la lógica era, lo que es bueno para Estados Unidos es bueno para el mundo.
Eso formó parte de nuestro síndrome “sómos número
uno”. En el siglo 21 haríamos bien en considerar revertir la lógica
y decir que lo que es bueno para el mundo es bueno para Estados Unidos. La innovación
puede darnos los medios para volver a conectarnos con el mundo de manera positiva.”

El nuevo libro donde Kao expone sus ideas se llama “Innovation Nation:
How America is Losing Its Innovation Edge, Why it Matters, and What We Can Do
to Get it Back
“. El título no revela demasiado interés
por la innovaciaón en el mundo sino más bien preocupación
por la pérdida de ésta en Estados Unidos. Kao fue profesor de la
Harvard Business School, del MIT Media Lab y de la U.S. Naval
Postgraduate School.

Según él, la capacidad para innovar está en el corazón
de la capacidad de cualquier sociedad para encarar los mayores desafíos,
que incluyen educación, salud y seguridad nacional. Aquel que no lo hace,
pone a toda la sociedad en peligro. En una entrevista que dio en septiembre a
strategy+business, dijo que Estados Unidos debía convertirse en
una nación que practica sistemáticamente la innovación y
desarrolla esas capacidades para buscar objetivos que cambien el mundo.

“Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos estaba en el
pico de su etapa innovadora. La capacidad productiva era inigualable. Los productos
que producíamos recorrían el mundo. Inventamos plataformas para
la innovación juntando recursos públicos y privados en el ambiente
universitario. Innovamos las finanzas, inventamos el concepto de capital de riesgo.

Pero luego llegó el momento del Sputnik en 1957 y nos dimos cuenta de que
no éramos tan inteligentes después de todo. Los soviéticos
nos habían pasado no sólo con el primer satélite sino con
el primer animal en el espacio, el primer hombre y la primera mujer en el espacio,
la primera caminata espacial, etc. Aquel fue un verdadero toque de alarma para
Estados Unidos.”

“Creo que ahora estamos en otro momento Sputnik, sólo que silencioso.
No hay nada evidente, como un adversario político poniendo un objeto en
el espacio antes que nosotros. Pero, en comparación con el mundo, estamos
mal en nuestra inversión en capital humano, lo cual se refleja en la educación
, la capacidad para generar talento, en la capacidad para generar ideas y en la
capacidad para investigar y desarrollar cosas nuevas. También tenemos déficit
en capital financiero.”

“Siempre hubo en el país una aptitud para la exploración, pero
ahora parece que hemos perdido el sensación de por qué buscamos
nuevos campos. La vieja idea americana necesita revisión en el siglo 21.
¿Qué representamos como país? Lo mismo que ocurre con una
empresa. Una empresa puede ser muy buena técnicamente en innovar, pero
si no significa algo grande, si su cultura no está animada por valores
poderosos que entusiasman a la gente y la hacen ir con entusiasmo a su trabajo,
no será el tipo de compañía que puede transformarse continuamente
al servicio de los grandes objetivos de cambio.”

Los países que innovan hoy

“El último Foro Económico Mundial nombró a Finlandia
como la primer economía del mundo; sus alumnos secundarios salen primeros
en comparaciones de desempeño académico. Tiene un ecosistema impresionantemente
equilibrado entre jugadores públicos y privados en el esfuerzo innovador.
El gobierno finlandés hace una inversión conciente en capital social
mediante infraestructura educativa; profesores, maestros, planes de estudio y
cosas este tipo. Los maestros ganan muy bien en Finlandia y merecen mucho respeto.
Hay una gran competencia por cada cargo que queda vacante en la enseñanza.

Pero esto no ocurre sólo con países pequeños. Entre los grandes
está China. Beijing acaba de promulgar su onceavo plan quinquenalm que
pone la innovación como prioridad nacional. Allí ahora hay mucho
dinero, y China produce más graduados de doctorados que Estados Unidos.
Beijing ha reformulado la empresa académica y la empresa de investigación
y desarrollo como elementos de la agenda nacional. Ha establecido objetivos científicos
y técnicos muy ambiciosos, junto con cifras de productividad. Ellos tienen
una visión nacional.”

Recuperar la ventaja

La innovación tiene tres ingredientes – capital humano, generación
de idea y financiamiento – cada uno de esos tres está en estado de erosión
en Estados Unidos. Tenemos que entender que éste no es simplemente un problema
con un solo aspecto, como decir “nuestras escuelas no están bien”
o “deberíamos invertir más en ciencia”. Esas son respuestas
automáticas y políticamente ventajosas para un problema muy complejo.
Debemos atender la naturaleza sistémica del problema con una estrategia.
Y los líderes de nuestra nación deben armar una estrategia para
crear alineación entre todos los grupos afectados de la sociedad.

“Necesitamos un líder que pueda articular la importancia de esta agenda
y nuestra habilidad para hacer algo significativo con ella, y que trace una hoja
de ruta. Eso es lo que hizo Dwight Eisenhower en 1957. Eisenhower no dijo, “Vamos
a bombardear a los soviéticos.” Creó el National Defense
Education Act.
Creó la NASA. Creó la Defense Advanced Research
Projects Agency
[DARPA]. Y cuando finalmente lanzó una satélite
al espacio, llevaba dentro una grabación de Eisenhower donde declaraba
que el espacio no sería militarizado y sería usado con propósitos
pacíficos para el beneficio de toda la humanidad. Fue una muy elegante
pieza de liderazgo. Hizo que la gente se sintiera inspirada a actuar. La ayudó
a conquistar el miedo. Y nos dio esperanza. Hoy necesitamos un discurso nuevo.
Necesitamos un sentido de urgencia. Necesitamos volver a inyectar en la rama ejecutiva
del gobierno la idea que la ciencia y la tecnología son importantes.”

Como país, necesitamos haber apuestas inteligentes en las tecnologías
del futuro. Hay campos que requieren miles de millones de dólares de inversión
coordinada durante largos años. La energía, por ejemplo, es uno
de nuestros desafíos más urgentes. Obviamente, el resultado final
dependería de la cooperación entre los sectores público y
privado., la participación de emprendedores y políticos, y esfuerzos
de abajo arriba y de arriba abajo.

“Yo estoy a favor de un mundo que, en general, sea más inteligente
sobre la innovación. En última instancia, eso va a ser algo bueno.
La capacidad de innovación, no importa a qué nación pertenezca,
es clave para hacer frente a los mayores desafíos de la actualidad. Antes
la lógica era, lo que es bueno para Estados Unidos es bueno para el mundo.
Eso formó parte de nuestro síndrome “sómos número
uno”. En el siglo 21 haríamos bien en considerar revertir la lógica
y decir que lo que es bueno para el mundo es bueno para Estados Unidos. La innovación
puede darnos los medios para volver a conectarnos con el mundo de manera positiva.”

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