El mercado que se perdió McDonalds

En Clichy-Sous-Bois, Francia, hay una nueva cadena de fast-food. Se llama BKM, o Beurger King Muslim y se apresta a competir en las grandes ligas atendiendo las necesidades de los musulmanes, que sólo pueden comer respetando las leyes del Corán.

19 septiembre, 2005

Las cadenas de comida rápida norteamericanas siempre han adaptado sus menús
a los gustos y hábitos locales de los pueblos, pero se han perdido un mercado
impresionante: la creciente población musulmana de Europa, que sólo
en Francia suma cinco millones. Los musulmanes religiosos de Europa, que también
incluyen jóvenes modernos con costumbres occidentales, tenían pocas
opciones más allá de los ocasionales kioscos de kebab.

El Beurger King Muslim, cuyo nombre es una mezcla entre el tradicional nombre
de la cadena norteamericana y la palabra coloquial francesa para decir “árabe”:
“beur”. El logo del restaurante está formado por las letras BKM,
que además coinciden con las iniciales de los tres fundadores del restaurante:
Morad Benhamida, Abdelmalik Khiter y Majib Mokkedem.

No es el primer intento de ofrecer fast-food halal de estilo occidental.
Hay un restaurante llamado MkHalal que desde hace años ofrece hamburguesas
halal en los alrededores de Lyon, y un británico de origen pakistaní
abrió en Inglaterra y Francia una sucesión de puestos especializados
en sandwiches de pollo. Pero Beurger King Muslim tiene el “look and feel
de las grandes cadenas multinacionales.

Hakim Badaoui, gerente del restaurante de Clichy-sous-Bois, explica que la compañía
ya tiene 30 candidatos a adquirir la franquicia , la mayoría en Francia.
Los dueños ya están trabajando en un segundo restaurante que tendrá
el doble del tamaño del primero y tendrá una ventanilla para atender
a los autos.

El restaurante adhiere estrictamente a las leyes dietarias musulmanas, que prohíben
el consumo de alcohol o sangre, además de cerdo. Toda la carne que se usa
en el restaurante proviene de animales sacrificados según los ritos del
Corán: el animal debe ser acostado en el suelo y su gaznate debe ser seccionado
con un cuchillo de mucho filo para asegurar que queden cortados los tres principales
vasos sanguíneos. Luego el animal deberá ser colgado boca abajo
hasta que se desangre. Las diferentes salsas y aderezos que usa el restaurante
también son vigiladas para asegurar que no contengan rastros de alcohol
o grasa de animales no matados según la tradición.

Representantes de un servicio de certificación independiente visitan el
restaurante tres veces al día para asegurar que todo es halal. El restaurante
contrató, además, a una compañía halal para que haga
una salsa secreta para su hamburguesa líder, una muy parecida a la Big
Mac llamada BKM.
Hasta ahora, hace 800 transacciones por día. Lo único que podría
hacerle fracasar sus planes de expansión es Burger King, que ya los ha
contactado a través de abogados.

Las cadenas de comida rápida norteamericanas siempre han adaptado sus menús
a los gustos y hábitos locales de los pueblos, pero se han perdido un mercado
impresionante: la creciente población musulmana de Europa, que sólo
en Francia suma cinco millones. Los musulmanes religiosos de Europa, que también
incluyen jóvenes modernos con costumbres occidentales, tenían pocas
opciones más allá de los ocasionales kioscos de kebab.

El Beurger King Muslim, cuyo nombre es una mezcla entre el tradicional nombre
de la cadena norteamericana y la palabra coloquial francesa para decir “árabe”:
“beur”. El logo del restaurante está formado por las letras BKM,
que además coinciden con las iniciales de los tres fundadores del restaurante:
Morad Benhamida, Abdelmalik Khiter y Majib Mokkedem.

No es el primer intento de ofrecer fast-food halal de estilo occidental.
Hay un restaurante llamado MkHalal que desde hace años ofrece hamburguesas
halal en los alrededores de Lyon, y un británico de origen pakistaní
abrió en Inglaterra y Francia una sucesión de puestos especializados
en sandwiches de pollo. Pero Beurger King Muslim tiene el “look and feel
de las grandes cadenas multinacionales.

Hakim Badaoui, gerente del restaurante de Clichy-sous-Bois, explica que la compañía
ya tiene 30 candidatos a adquirir la franquicia , la mayoría en Francia.
Los dueños ya están trabajando en un segundo restaurante que tendrá
el doble del tamaño del primero y tendrá una ventanilla para atender
a los autos.

El restaurante adhiere estrictamente a las leyes dietarias musulmanas, que prohíben
el consumo de alcohol o sangre, además de cerdo. Toda la carne que se usa
en el restaurante proviene de animales sacrificados según los ritos del
Corán: el animal debe ser acostado en el suelo y su gaznate debe ser seccionado
con un cuchillo de mucho filo para asegurar que queden cortados los tres principales
vasos sanguíneos. Luego el animal deberá ser colgado boca abajo
hasta que se desangre. Las diferentes salsas y aderezos que usa el restaurante
también son vigiladas para asegurar que no contengan rastros de alcohol
o grasa de animales no matados según la tradición.

Representantes de un servicio de certificación independiente visitan el
restaurante tres veces al día para asegurar que todo es halal. El restaurante
contrató, además, a una compañía halal para que haga
una salsa secreta para su hamburguesa líder, una muy parecida a la Big
Mac llamada BKM.
Hasta ahora, hace 800 transacciones por día. Lo único que podría
hacerle fracasar sus planes de expansión es Burger King, que ya los ha
contactado a través de abogados.

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