El boicot árabe daña las marcas globales

El jabón en polvo Ariel, de Procter & Gamble, es víctima desde septiembre pasado del boicot que los consumidores palestinos imponen a los productos que consideran pro-israelíes. El motivo: se llama igual que el premier de Israel, Ariel Sharon.

9 mayo, 2001

Procter & Gamble tuvo la gran sorpresa cuando su producto líder, el jabón en polvo Ariel fue alcanzado por el boicot de los manifestantes palestinos contra Israel .

“No existe conexión con ninguna facción política, dice Roberto Marinucci gerente general y vicepresidente de Procter & Gamble en Egipto.

Marinucci explica que los manifestantes atacan el jabón Ariel debido a que su nombre coincide con el de Ariel Sharon, el nuevo primer ministro de Israel. “Ariel era un personaje en La Tempestad de Shakespeare” Ése fue uno de los muchos productos que cayeron en el listado de productos a los que consumidores palestinos declararon un boicot en septiembre del año pasado. El boicot tiene como objetivo presionar a Occidente para que reduzca su apoyo a Israel. Pepsi se hizo famosa como la bebida que representa la ayuda a Israel” y también ha corrido la versión que el supermercado inglés Saintsbury’s es de propiedad judía.

Aunque el boicot ya está aflojando, para P&G tuvo un costo de 10 por ciento menos en ventas desde su inicio en octubre. Para reparar el daño la compañía realizó repetidas reuniones con los diarios locales y sigue haciendo investigación de mercado todos los meses para medir la adhesión al boicot.

Además saca avisos por televisión para informar sobre la historia de Ariel en Egipto y explicar que el jabón se fabrica en el país con mano de obra egipcia.

Otras empresas, como Chilis, tratan de aplacar los ánimos prometiendo destinar un porcentaje de las ventas en restaurantes a la ayuda a los heridos palestinos.

Pero Marinucci y otros empresarios insisten en que el boicot, que fue más agudo en Egipto que en ninguna otra parte, no debería ser interpretado como un nuevo factor de riesgo para hacer negocios en la región.

Hisham Fahmy, director de la Cámara Americana de Comercio en Cairo, dice que sus miembros creen que el boicot ya se acabó. Fahmy añade que el boicot se difundió rápidamente debido a la ayuda de la Internet y al alto nivel de frustración con lo que estaba pasando en los territorios palestinos a principios del otoño. Aunque las cadenas de supermercados dicen haber perdido 20% de su negocio, él insiste en que las empresas que venden computadoras y autos hechos en Estados Unidos — como Chrysler, que ensambla en Egipto el Jeep Cherokee — no sufrieron mayores daños.

El gobierno de Egipto, preocupado por la posibilidad de perder inversiones extranjeras, también tomó medidas para contener el movimiento anti-occidental: publicó en los diarios oficiales que el boicot no hacía mella en los extranjeros, pero que sin embargo estaba afectando a los egipcios que compraron las franquicias o trabajan en las tiendas de origen extranjero.
Aún así, los locales de las cadenas Pizza Hut y KFC en Cairo no están tan llenos como antes. Aunque son una minoría muy pequeña , podrían tener que cerrar en el futuro cercano.

Marwa Mohamed, una joven de 22 años graduada en la American University en Cairo, dice que ella fue una de las primeras en comenzar el boicot y que cree en la medida ahora tanto como al comienzo. “Si todos actuamos al unísono podemos darle una lección a los americanos”, dice. “Yo no voy a interrumpir el boicot hasta que vea una posición totalmente imparcial de Estados Unidos con respecto al problema palestino.”

Susan Postlewaite
Adage Global
© Advertising Age / MERCADO

Procter & Gamble tuvo la gran sorpresa cuando su producto líder, el jabón en polvo Ariel fue alcanzado por el boicot de los manifestantes palestinos contra Israel .

“No existe conexión con ninguna facción política, dice Roberto Marinucci gerente general y vicepresidente de Procter & Gamble en Egipto.

Marinucci explica que los manifestantes atacan el jabón Ariel debido a que su nombre coincide con el de Ariel Sharon, el nuevo primer ministro de Israel. “Ariel era un personaje en La Tempestad de Shakespeare” Ése fue uno de los muchos productos que cayeron en el listado de productos a los que consumidores palestinos declararon un boicot en septiembre del año pasado. El boicot tiene como objetivo presionar a Occidente para que reduzca su apoyo a Israel. Pepsi se hizo famosa como la bebida que representa la ayuda a Israel” y también ha corrido la versión que el supermercado inglés Saintsbury’s es de propiedad judía.

Aunque el boicot ya está aflojando, para P&G tuvo un costo de 10 por ciento menos en ventas desde su inicio en octubre. Para reparar el daño la compañía realizó repetidas reuniones con los diarios locales y sigue haciendo investigación de mercado todos los meses para medir la adhesión al boicot.

Además saca avisos por televisión para informar sobre la historia de Ariel en Egipto y explicar que el jabón se fabrica en el país con mano de obra egipcia.

Otras empresas, como Chilis, tratan de aplacar los ánimos prometiendo destinar un porcentaje de las ventas en restaurantes a la ayuda a los heridos palestinos.

Pero Marinucci y otros empresarios insisten en que el boicot, que fue más agudo en Egipto que en ninguna otra parte, no debería ser interpretado como un nuevo factor de riesgo para hacer negocios en la región.

Hisham Fahmy, director de la Cámara Americana de Comercio en Cairo, dice que sus miembros creen que el boicot ya se acabó. Fahmy añade que el boicot se difundió rápidamente debido a la ayuda de la Internet y al alto nivel de frustración con lo que estaba pasando en los territorios palestinos a principios del otoño. Aunque las cadenas de supermercados dicen haber perdido 20% de su negocio, él insiste en que las empresas que venden computadoras y autos hechos en Estados Unidos — como Chrysler, que ensambla en Egipto el Jeep Cherokee — no sufrieron mayores daños.

El gobierno de Egipto, preocupado por la posibilidad de perder inversiones extranjeras, también tomó medidas para contener el movimiento anti-occidental: publicó en los diarios oficiales que el boicot no hacía mella en los extranjeros, pero que sin embargo estaba afectando a los egipcios que compraron las franquicias o trabajan en las tiendas de origen extranjero.
Aún así, los locales de las cadenas Pizza Hut y KFC en Cairo no están tan llenos como antes. Aunque son una minoría muy pequeña , podrían tener que cerrar en el futuro cercano.

Marwa Mohamed, una joven de 22 años graduada en la American University en Cairo, dice que ella fue una de las primeras en comenzar el boicot y que cree en la medida ahora tanto como al comienzo. “Si todos actuamos al unísono podemos darle una lección a los americanos”, dice. “Yo no voy a interrumpir el boicot hasta que vea una posición totalmente imparcial de Estados Unidos con respecto al problema palestino.”

Susan Postlewaite
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