Difícil negocio el del lujo

El modelo multimarcas que distingue al grupo francés PPR (Pinault-Printemps-Redoute) es defendido por su dueño, François-Henri Pinault. Según él, es la única manera de hacer frente a los vaivenes del mercado.

26 enero, 2006

François-Henri Pinault es heredero de uno de los grupos de lujo más
grandes de Francia, que además de englobar marcas como Château Latour,
Gucci, Yves Saint Laurent y Bottega Veneta en el extremo más sofisticado,
también tiene la tienda por departamentos Printemps y Fnac (la cadena de
venta de libros y discos) en el extremo “clase media”.

En los últimos tiempos y paralelamente con el trastabilleo de las economías
europeas, las ventas del grupo cayeron. En productos de lujo, los resultados fueron
desparejos: Gucci sigue siendo la marca estrella y generadora de dinero, pero
algunas de las otras marcas – como Yves Saint Laurent, Alexander McQueen y Stella
McCartney, tienen problemas y arrojan o pérdidas o sólo ganancias
marginales.

Esos resultados han dado lugar a un debate sobre el futuro del modelo de negocios
con múltiples marcas. El creador de la idea de agrupar marcas y ponerlas
bajo el control de una holding company fue Pinault padre, François. Así
las cosas, Artemis es la holding, que administra las marcas a través de
una compañía operativa: PPR, anteriormente Pinault-Printemps-Redoute.
En tiempos del primer Pinault, el grupo barajaba marcas y productos, vendía
los negocios poco favorables y compraba los más promisorios.

Pero de alguna forma el método “cluster” está debilitando
la totalidad. En 2004, la compañía registró ganancias por
un total de € 940, 6 millones euros por ventas valuadas en € 24.000
millones, pero esas cifras incluían dos empresas que ya fueron vendidas.
En los primeros nueve meses de 2005 el ingreso fue de € 12.300 millones,
5m2% más que el año anterior usando cifras comparables. Todavía
no se han divulgado cifras de ganancias para 2005.

En períodos cuando el consumo de la gente es bajo, la venta común
actúa como freno a los activos de lujo de PPR y quema las ganancias que
generan los artículos suntuarios, casi siempre en el mercado internacional.

Hasta ahora, sin embargo, Pinault no da señales de tener intención
de abandonar el modelo de negocios. Luego de asumir, de manos de su padre, el
control del grupo en 2003, Pinault dejó en libertad a los colaboradores
de su padre – intuitivos por naturaleza y formación – y trajo profesionales.
Una de ellas fue Valérie Hermann a Yves Saint Laurent; Jean-François
Palus, como director financiero de PPR y Christophe Cuvillier, número uno
de Conforama, una unidad especializada en muebles.
Si bien las actividades minoristas de PPR están dispersas por el mundo,
ellas dependen en gran medida del mercado nacional francés. Y allí,
un informe publicado por un analista del HSBC, reveló que las ventas en
grandes tiendas, están frenando las ganancias generales de PPR porque,
el año pasado, representaron 67% de las ganancias totales. Y agrega: “el
mercado francés representa 58% del negocio”.

Interrogado, Pinault reconoció que el grupo está sujeto a la economía
francesa, pero dijo que para el futuro proyecta aumentar a 60% la participación
en mercados extranjeros. En particular piensa expandir las actividades de PPR
en Europa meridional, especialmente España, Italia y Grecia, donde está
abriendo sucursales Fnac y salones exposición de muebles Conforama. En
Estados Unidos, además de marcas de lujo como Gucci, planea expandir actividades
de Redcats, una cadena de compras para el hogar que posee las marcas Lerner, Chadwick´s
y Lane Bryant.

Los conglomerados multimarcas como PPR necesitan con urgencia resultados rápidos
porque corren el riesgo de depender demasiado de una sola marca. Hasta ahora,
la usina de PPR ha sido Gucci, y el efectivo que genera va a emparchar operaciones
menos afortunadas, como Yves Saint Laurent.

Pinault hace la siguiente evaluación sobre el comportamiento de sus cuatro
principales marcas de lujo:

Gucci, que generó aproximadamente € 1.500 millones el año
pasado, podría duplicar esa cifra en los próximos tres años.

Yves Saint Laurent, en dificultades actualmente, mostró resultados
impresionantes con sus últimas colecciones de noviembre y ha generado un
crecimiento de dos dígitos en los ingresos. Para 2009, le proyecta ingresos
por valor de € 300 millones.

Balenciaga, una compañía que el grupo estuvo a punto de cerrar
hace algunos años, mostró su potencial gracias a los buenos oficios
de su diseñador, Nicolas Ghesquière, que supo aprovechar los archivos
de Cristóbal Balenciaga, el creador de la marca.

Bottega Veneta, la marca italiana que Gucci adquirió en los ´90,
fue rentable el año pasado y sigue creciendo. En 2005 sus ingresos crecieron
más de 50%, aunque reconoce que partiendo de una base muy baja.

Pinault defendió ante la prensa la estrategia de la compañía
diciendo que la única manera de hacer frente a los vaivenes del mercado
es con una cartera de marcas.

François-Henri Pinault es heredero de uno de los grupos de lujo más
grandes de Francia, que además de englobar marcas como Château Latour,
Gucci, Yves Saint Laurent y Bottega Veneta en el extremo más sofisticado,
también tiene la tienda por departamentos Printemps y Fnac (la cadena de
venta de libros y discos) en el extremo “clase media”.

En los últimos tiempos y paralelamente con el trastabilleo de las economías
europeas, las ventas del grupo cayeron. En productos de lujo, los resultados fueron
desparejos: Gucci sigue siendo la marca estrella y generadora de dinero, pero
algunas de las otras marcas – como Yves Saint Laurent, Alexander McQueen y Stella
McCartney, tienen problemas y arrojan o pérdidas o sólo ganancias
marginales.

Esos resultados han dado lugar a un debate sobre el futuro del modelo de negocios
con múltiples marcas. El creador de la idea de agrupar marcas y ponerlas
bajo el control de una holding company fue Pinault padre, François. Así
las cosas, Artemis es la holding, que administra las marcas a través de
una compañía operativa: PPR, anteriormente Pinault-Printemps-Redoute.
En tiempos del primer Pinault, el grupo barajaba marcas y productos, vendía
los negocios poco favorables y compraba los más promisorios.

Pero de alguna forma el método “cluster” está debilitando
la totalidad. En 2004, la compañía registró ganancias por
un total de € 940, 6 millones euros por ventas valuadas en € 24.000
millones, pero esas cifras incluían dos empresas que ya fueron vendidas.
En los primeros nueve meses de 2005 el ingreso fue de € 12.300 millones,
5m2% más que el año anterior usando cifras comparables. Todavía
no se han divulgado cifras de ganancias para 2005.

En períodos cuando el consumo de la gente es bajo, la venta común
actúa como freno a los activos de lujo de PPR y quema las ganancias que
generan los artículos suntuarios, casi siempre en el mercado internacional.

Hasta ahora, sin embargo, Pinault no da señales de tener intención
de abandonar el modelo de negocios. Luego de asumir, de manos de su padre, el
control del grupo en 2003, Pinault dejó en libertad a los colaboradores
de su padre – intuitivos por naturaleza y formación – y trajo profesionales.
Una de ellas fue Valérie Hermann a Yves Saint Laurent; Jean-François
Palus, como director financiero de PPR y Christophe Cuvillier, número uno
de Conforama, una unidad especializada en muebles.
Si bien las actividades minoristas de PPR están dispersas por el mundo,
ellas dependen en gran medida del mercado nacional francés. Y allí,
un informe publicado por un analista del HSBC, reveló que las ventas en
grandes tiendas, están frenando las ganancias generales de PPR porque,
el año pasado, representaron 67% de las ganancias totales. Y agrega: “el
mercado francés representa 58% del negocio”.

Interrogado, Pinault reconoció que el grupo está sujeto a la economía
francesa, pero dijo que para el futuro proyecta aumentar a 60% la participación
en mercados extranjeros. En particular piensa expandir las actividades de PPR
en Europa meridional, especialmente España, Italia y Grecia, donde está
abriendo sucursales Fnac y salones exposición de muebles Conforama. En
Estados Unidos, además de marcas de lujo como Gucci, planea expandir actividades
de Redcats, una cadena de compras para el hogar que posee las marcas Lerner, Chadwick´s
y Lane Bryant.

Los conglomerados multimarcas como PPR necesitan con urgencia resultados rápidos
porque corren el riesgo de depender demasiado de una sola marca. Hasta ahora,
la usina de PPR ha sido Gucci, y el efectivo que genera va a emparchar operaciones
menos afortunadas, como Yves Saint Laurent.

Pinault hace la siguiente evaluación sobre el comportamiento de sus cuatro
principales marcas de lujo:

Gucci, que generó aproximadamente € 1.500 millones el año
pasado, podría duplicar esa cifra en los próximos tres años.

Yves Saint Laurent, en dificultades actualmente, mostró resultados
impresionantes con sus últimas colecciones de noviembre y ha generado un
crecimiento de dos dígitos en los ingresos. Para 2009, le proyecta ingresos
por valor de € 300 millones.

Balenciaga, una compañía que el grupo estuvo a punto de cerrar
hace algunos años, mostró su potencial gracias a los buenos oficios
de su diseñador, Nicolas Ghesquière, que supo aprovechar los archivos
de Cristóbal Balenciaga, el creador de la marca.

Bottega Veneta, la marca italiana que Gucci adquirió en los ´90,
fue rentable el año pasado y sigue creciendo. En 2005 sus ingresos crecieron
más de 50%, aunque reconoce que partiendo de una base muy baja.

Pinault defendió ante la prensa la estrategia de la compañía
diciendo que la única manera de hacer frente a los vaivenes del mercado
es con una cartera de marcas.

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