Comienza el reemplazo de los combustibles fósiles

Una empresa canadiense produce el nuevo combustible y Daimler-Crysler fabricará los primeros colectivos, que al principio serán mucho más caros. Tendrán una emisión cero de contaminantes.

20 julio, 2001

Este año, los operadores del sistema de tránsito de 10 ciudades europeas anunciaron que, en 2002, pondrán en funcionamiento la primera flota de colectivos propulsados por células de combustible de emisión cero de contaminantes. La empresa automotriz alemana-estadounidense Daimler-Chrysler fabricará estos colectivos y la compañía canadiense Ballard Power Systems producirá las células de combustible.

Estos colectivos cuestan mucho más que los comunes, específicamente US$ 1,1 millones versus US$ 250.000. Pero como explicó Andre Testa, gerente general del transporte público de la ciudad de Amsterdam: “Somos conscientes de que no podemos seguir usando combustible fósil eternamente y tenemos la obligación de buscar alternativas efectivas”.

Hoy es el momento

Debido a las críticas crecientes respecto del suministro limitado de petróleo, los altos precios de la gasolina y la clara evidencia de que la combustión del combustible fósil contribuye al calentamiento global, comenzó el desarrollo de células de combustible para alimentar automóviles.

Como consecuencia de la creciente demanda y dependencia de dispositivos portátiles, es posible que incrementen los desechos tóxicos. Las baterías alimentan los productos electrónicos portátiles y, a la larga, terminan diseminadas en algún basural. Con el tiempo, los químicos tóxicos de las baterías se filtran en la tierra y en las aguas que rodean estos basurales. Por eso, es necesario que se busquen mejores alternativas para producir energía.
Otro incentivo poderoso: las células de combustible operan como las baterías, pero duran mucho más. Además, son recargables casi indefinidamente, mientras que las baterías comunes sólo pueden ser recargadas unas cientos de veces antes de extinguirse por completo.

La principal ventaja: las células de combustible queman combustible de hidrógeno – u otro hidrocarburo como metanol o etanol – y oxígeno del aire. La combinación genera electricidad y agua. La electricidad proporciona energía y el agua se descarga en la atmósfera. Dado que las células de combustible dependen de la química y no de la combustión, las emisiones que produce este tipo de sistema son mucho menores que las de los productos derivados del petróleo o de las baterías.

Automóviles del futuro

No sólo se crearán flotas de colectivos propulsados por células de combustible, sino que el automóvil de un futuro no muy lejano también estará alimentado por células de combustible.
La firma California Fuel Cell Partnership, con sede en Sacramento, California, – consorcio de fabricantes de automóviles, desarrolladores de células de combustible, compañías petroleras y agencias gubernamentales – destinará los próximos tres años a poner a prueba unos 60 automóviles y 20 colectivos alimentados por células de combustible. Los primeros vehículos utilizarán hidrógeno, pero luego probarán el uso de otros combustibles de hidrocarburo.

Casi todas las compañías automotrices del mundo desarrollan automóviles alimentados por células de combustible. Las empresas más avanzadas – Ford Motor Co., Honda y DaimlerChrysler – esperan dar a conocer estos vehículos dentro de los próximos cinco años.

Productos electrónicos

Otra novedad en el mercado es el desarrollo de células de combustible a menor escala para alimentar productos electrónicos de consumo generalizado.

En abril último, más de 260 ingenieros se reunieron en Washington, DC, en el Simposio Internacional sobre Tecnologías de Baterías y Pequeñas Células de Combustible organizado por la Fundación Mundo de Sabiduría con el propósito de compartir desarrollos de vanguardia.

Con la intención de poner a prueba la viabilidad de esta tecnología, los asistentes de la conferencia demostraron que una fuente de células de combustible de 15 W – casi el tamaño de una videocasete – podía dar energía a una laptop.

La tecnología de células de combustible deberá sortear varios obstáculos. Pero como la promesa es reducir las emisiones a cero y obtener fuentes de energía de mayor duración, se continuará con el desarrollo de estas tecnologías.

Este año, los operadores del sistema de tránsito de 10 ciudades europeas anunciaron que, en 2002, pondrán en funcionamiento la primera flota de colectivos propulsados por células de combustible de emisión cero de contaminantes. La empresa automotriz alemana-estadounidense Daimler-Chrysler fabricará estos colectivos y la compañía canadiense Ballard Power Systems producirá las células de combustible.

Estos colectivos cuestan mucho más que los comunes, específicamente US$ 1,1 millones versus US$ 250.000. Pero como explicó Andre Testa, gerente general del transporte público de la ciudad de Amsterdam: “Somos conscientes de que no podemos seguir usando combustible fósil eternamente y tenemos la obligación de buscar alternativas efectivas”.

Hoy es el momento

Debido a las críticas crecientes respecto del suministro limitado de petróleo, los altos precios de la gasolina y la clara evidencia de que la combustión del combustible fósil contribuye al calentamiento global, comenzó el desarrollo de células de combustible para alimentar automóviles.

Como consecuencia de la creciente demanda y dependencia de dispositivos portátiles, es posible que incrementen los desechos tóxicos. Las baterías alimentan los productos electrónicos portátiles y, a la larga, terminan diseminadas en algún basural. Con el tiempo, los químicos tóxicos de las baterías se filtran en la tierra y en las aguas que rodean estos basurales. Por eso, es necesario que se busquen mejores alternativas para producir energía.
Otro incentivo poderoso: las células de combustible operan como las baterías, pero duran mucho más. Además, son recargables casi indefinidamente, mientras que las baterías comunes sólo pueden ser recargadas unas cientos de veces antes de extinguirse por completo.

La principal ventaja: las células de combustible queman combustible de hidrógeno – u otro hidrocarburo como metanol o etanol – y oxígeno del aire. La combinación genera electricidad y agua. La electricidad proporciona energía y el agua se descarga en la atmósfera. Dado que las células de combustible dependen de la química y no de la combustión, las emisiones que produce este tipo de sistema son mucho menores que las de los productos derivados del petróleo o de las baterías.

Automóviles del futuro

No sólo se crearán flotas de colectivos propulsados por células de combustible, sino que el automóvil de un futuro no muy lejano también estará alimentado por células de combustible.
La firma California Fuel Cell Partnership, con sede en Sacramento, California, – consorcio de fabricantes de automóviles, desarrolladores de células de combustible, compañías petroleras y agencias gubernamentales – destinará los próximos tres años a poner a prueba unos 60 automóviles y 20 colectivos alimentados por células de combustible. Los primeros vehículos utilizarán hidrógeno, pero luego probarán el uso de otros combustibles de hidrocarburo.

Casi todas las compañías automotrices del mundo desarrollan automóviles alimentados por células de combustible. Las empresas más avanzadas – Ford Motor Co., Honda y DaimlerChrysler – esperan dar a conocer estos vehículos dentro de los próximos cinco años.

Productos electrónicos

Otra novedad en el mercado es el desarrollo de células de combustible a menor escala para alimentar productos electrónicos de consumo generalizado.

En abril último, más de 260 ingenieros se reunieron en Washington, DC, en el Simposio Internacional sobre Tecnologías de Baterías y Pequeñas Células de Combustible organizado por la Fundación Mundo de Sabiduría con el propósito de compartir desarrollos de vanguardia.

Con la intención de poner a prueba la viabilidad de esta tecnología, los asistentes de la conferencia demostraron que una fuente de células de combustible de 15 W – casi el tamaño de una videocasete – podía dar energía a una laptop.

La tecnología de células de combustible deberá sortear varios obstáculos. Pero como la promesa es reducir las emisiones a cero y obtener fuentes de energía de mayor duración, se continuará con el desarrollo de estas tecnologías.

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